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consuelo de la peña
Martes, 26 de septiembre 2017, 09:20
Se quejaba amargamente el presidente Revilla la semana pasada en el Parlamento de que no hubiera unidad entre partidos para pedir al Gobierno de España que pague lo que debe a Cantabria. Este mismo lunes se ha visualizado esa misma fractura infranqueable en torno al desafío independentista catalán. Ni siquiera la gravedad de este asunto ha servido de acicate para conseguir una postura unánime entre los cinco grupos políticos de la Cámara. Incluso, la división ha llegado al Gobierno regional. PP y PRC apoyaron la iniciativa de Ciudadanos que pretendía visualizar el apoyo de la Cámara al Gobierno de España, al Tribunal Constitucional, al Ministerio Fiscal, al Poder Judicial y a las autoridades públicas «en defensa de la legalidad democrática en Cataluña», así como a impedir la organización del referéndum de secesión. Pero socialistas y Podemos se posicionaron en contra. Los primeros, porque habían presentado su propia enmienda con un llamamiento explícito al diálogo, a la negociación y al acuerdo entre los gobiernos español y catalán en torno al conflicto territorial, y consideraron «maniquea y frentista» la propuesta de Ciudadanos. Los segundos, porque culpan a las «actitudes amenazantes y autoritarias del Gobierno de Rajoy» de la «grave polarización» que se vive en Cataluña.
La oposición ha mordido pieza con la Sociedad del Año Jubilar Lebaniego y no la va a soltar tan fácil. Podemos está dispuesto a pasar de las palabras a los hechos y amenaza con acudir a los tribunales si en el plazo de cinco días el Gobierno no remite al Parlamento todos los contratos firmados con motivo del acontecimiento. La advertencia la cursó el diputado José Ramón Blanco en sede parlamentaria, durante el pleno celebrado ayer, en el que, de nuevo, el Ejecutivo fue interpelado por los contratos suscritos por la sociedad, con especial énfasis en los de Enrique Iglesias y Jean Michel Jarre, ambos atados por cláusulas de confidencialidad.
Fuera del pleno, el diputado popular Santiago Recio, que lleva la voz cantante de su grupo en este asunto, aseguró a este periódico que se sumará a la iniciativa judicial de Podemos si la información que reclama no llega.
Como el lunes pasado, Recio coló en el pleno una intervención para poner contra las cuerdas al Ejecutivo por su gestión del Año Jubilar. En esta ocasión quería que el Parlamento instara al Gobierno para que en cinco días remitiera todos los contratos firmados por la Sociedad Año Jubilar 2017. La iniciativa, apoyada por toda la oposición, quedó en tablas (17 votos a favor y otros tantos en contra) porque el diputado del PP Eduardo Van den Eynde no se encontraba en el hemiciclo.
Mientras, el diputado de Podemos aseguró que «cuanto más transparencia haya más difícil será que exista corrupción», y con esta máxima amenazó al Ejecutivo con pedir el amparo de los tribunales si en el plazo de cinco días no hay noticias. «Ya estamos cansados de tanta opacidad», exclamó.
Recio se sumó a la advertencia: «Sigan ocultando los datos que ya tendremos alguna otra forma de encontrarlos».
La deriva independentista catalana se coló en el debate parlamentario de los lunes de la mano de Ciudadanos, que presentó una proposición no de ley de apoyo al Gobierno de España y a las instituciones del Estado frente al desafío independentista de la Generalitat, así como a las medidas adoptadas «de manera proporcional» para impedir la consulta. El texto suponía un respaldo incondicional y sin crítica al Gobierno de Rajoy, y evitaba apelaciones al diálogo como salida al conflicto, y, mucho menos, contenía alusión alguna a futuras reformas constitucionales para reconocer la singularidad catalana.
También en el pleno...
Los partidos que sustentan el Gobierno regional, PRC y PSOE, no se quedaron a la zaga y buscaron su propio protagonismo introduciendo dos enmiendas que iban mucho más allá del simple apoyo institucional. Apelaban al diálogo entre los gobiernos español y catalán para frenar la confrontación, y a la reforma de la Constitución para reconocer las autonomías y singularidades de los territorios.
El diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez, defendió que «será la fuerza del Estado de Derecho y de la democracia la que impida que la ilegalidad se imponga sobre la ley» y aseguró que la respuesta «ante este golpe insólito a la democracia ha de ser unánime», una idea que compartió el PP, cuya diputada Isabel Urrutia advirtió de que «no existen espacios de impunidad para nadie» y «quien desafía al Estado de Derecho nunca es víctima». Urrutia expresó su apoyo a los «alcaldes y concejales» por la «represión» que están sufriendo, y también «a los catalanes que no apoyan el independentismo». En la tribuna de oradores apeló a la «unidad» y a la «firmeza» frente al proceso de secesión catalán, pero sus palabras no encontraron suelo abonado en la Cámara cántabra, ya que socialistas y podemitas se desmarcaron del respaldo incondicional que pretendía Ciudadanos.
El nuevo consejero de Educación, el socialista Francisco Fernández Mañanes, se estrenó ante el pleno del Parlamento para responder sobre el inicio del curso escolar y la incidencia que los cambios en este departamento han tenido en la ‘vuelta al cole’. Para ser su primer día estuvo especialmente activo y puso énfasis por dar normalidad al hecho sucesorio y «no por méritos propios», sino de su sucesor, el cesado Ramón Ruiz, y «especialmente por los funcionarios».
«El curso ha empezado con la normalidad que empieza prácticamente todos los años», señaló tras rechazar el «caos escolar» denunciado por el PP como consecuencia del relevo en el departamento educativo. En tono especialmente sosegado, Fernández Mañanes, que volvió a su «casa» tras ocho años en la institución parlamentaria, defendió el calendario escolar aprobado para 2017-2018 por su predecesor, y destacó que seguirá «en la misma línea» que Ruiz, porque «soy un consejero socialista que sustituye a otro consejero socialista». «Estese tranquilo», calmó al diputado Rubén Gómez, «aquí las cosas van a ir con gran serenidad», sentenció.
Los regionalistas terminaron por refrendar la propuesta de Ciudadanos, aunque a regañadientes y después de una crítica feroz al Gobierno de la nación por parte de su portavoz, Pedro Hernando. El regionalista situó al PP en el origen del problema catalán por recurrir el Estatuto de Cataluña, aprobado en 2006, ante el Constitucional, un tribunal que «no es un ejemplo de imparcialidad si no de politización», acusó. Hernando aseguró que «el desprecio del Gobierno de Rajoy a Cataluña ha sido inadmisible». En su opinión, «alguien lo ha hecho mal todos estos años», en alusión a «los partidos que han usado sus votos para la confrontación».
En términos igual de duros se pronunció el diputado socialista Guillermo del Corral, que acusó a «los dos últimos gobiernos de Rajoy de ser una máquina de crear independentistas en Cataluña» y de no haber tenido interés alguno «en buscar soluciones políticas al problema territorial».
La portavoz de Podemos, Verónica Ordóñez, apostó por el diálogo para «superar el marco de agotamiento del modelo autonómico», y denunció que «la falta de calidad democrática y diálogo del Gobierno de Rajoy está llevando a una polarización extrema de las posiciones».
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