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e. p.
Lunes, 4 de diciembre 2017, 13:24
El pleno del Parlamento de Cantabria ha aprobado, por unanimidad, la propuesta consensuada por todos los grupos de la Cámara para reformar el Estatuto de Autonomía y suprimir el aforamiento de los diputados regionales, del presidente y de los consejeros del Gobierno. Es ... decir, suprimir el privilegio que tienen sus señorías de no ser detenidos –salvo que sean sorprendidos cometiendo un delito flagrante– ni juzgados por los tribunales de primera instancia sino por tribunales superiores.
Con esta iniciativa se plantea modificar el Estatuto de Autonomía de Cantabria para suprimir el artículo 20, que señala que «la decisión sobre la inculpación, prisión, procesamiento y juicio del presidente y de los demás miembros del Gobierno, en relación con los presuntos actos delictivos que hayan podido cometer dentro del territorio de la comunidad autónoma, corresponde al Tribunal Superior de Justicia de Cantabria».
Este artículo también dice que «fuera de dicho territorio», la responsabilidad penal de estos cargos públicos «será exigible ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo».
Además se pide modificar el artículo 11.1 del Estatuto, de forma que establezca que los diputados del Parlamento de Cantabria, tras cesar en su mandato, gocen de inviolabilidad por las opiniones que hayan manifestado en actos parlamentarios y que no puedan ser detenidos salvo en casos de flagrante delito, correspondiendo decidir sobre su inculpación o presión a los jueces ordinarios.
El pleno también ha designado, tras someterlo a votación secreta, a Pedro Hernando (PRC), Víctor Casal (PSOE) y Francisco Rodríguez (PP), para que defiendan ante el Congreso de los diputados la propuesta de reforma del Estatuto de Cantabria.
Los portavoces de todos los grupos ( PP, PRC, PSOE, Podemos y mixto) han coincidido en que los aforamientos son una figura que ya resulta «anacrónica».
Asimismo, han valorado la importancia y trascendencia que supone reformar el Estatuto de Cantabria, pero, como ha enfatizado el parlamentario popular Francisco Rodríguez, «más importante aún es hacerlo por consenso».
El debate de esta iniciativa fue abierto por el consejero de Presidencia, Rafael de la Sierra, «por una cuestión de protocolo», y ha explicado que el Gobierno de Cantabria «no tiene nada que oponer» a la propuesta de reforma del Estatuto, porque es una «cuestión política, que depende de los grupos parlamentarios».
El portavoz regionalista, Pedro Hernando, ha afirmado que se trata de acabar con una prerrogativa que, en un estado de derecho con plena separación de poderes, «carece de sentido».
Para Hernando hay que defender la idea de que los políticos son iguales en derechos personales que el resto de ciudadanos, que requieren unas condiciones para ejercer correctamente su función, pero que entre ellas no puede estar el hecho de no ser juzgados por el «juez natural» predeterminado por la ley, sino por un «tribunal especial».
En esta línea, el portavoz socialista Víctor Casal, ha considerado que los parlamentarios o miembros del gobierno, actualmente reciben un trato «diferente», lo que, en su opinión no supone que sean unos «privilegiados».
Pero ha coincido en la necesidad de acabar con los aforamientos por ser una «figura arcaica, condenada a la extinción».
«Lo que antes no se consideraba un privilegio hoy tampoco lo es», ha opinado el parlamentario popular Francisco Rodríguez, quien además de reconocer que los aforamientos son anacrónicos, ha matizado que «lo que se necesita son buenos jueces y buenos políticos».
Lo importante, para Rodríguez, es que los políticos «no la líen» y que si lo hacen y tienen que pasar por los tribunales«que les juzgue o buen juez».
Por su parte, Rubén Gómez (Ciudadanos) sí ha considerado que los aforamientos son un «privilegio» que, en su opinión, «no aporta más que separación entre los ciudadanos y sus representantes»; recordando que mientras que en Italia solo está aforado el presidente; en Francia el presidente, el primer ministro y su Gobierno; y en Alemania nadie; en España hay 10.000 aforados, entre ellos «alrededor de 2.300 políticos».
El exdiputado de Ciudadanos Juan Ramón Carrancio, en su defensa de la propuesta, también ha lamentado que en España «casi toda la cúpula del poder judicial depende del poder político y los asuntos verdaderamente importantes se resuelven en la cúpula».
Y Alberto Bolado (Podemos) ha aplaudido que el resto de grupos parlamentarios apoyen ahora una iniciativa que ya planteo su grupo hace un año, pero ha considerado que, si el año transcurrido ha servido para alcanzar un consenso, se puede considerar como «un tiempo bien invertido».
El Pleno del Parlamento ha rechazado este lunes la moción del PP que instaba al Gobierno de Cantabria a abrir un programa específico en Sodercán para propiciar la presentación de proyectos industriales por parte de las empresas de la comarca del Besaya, para acceder a las ayudas de carácter financiero del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
La iniciativa del PP, defendida por el exalcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón, únicamente ha contado con el apoyo del diputado de Ciudadanos (Cs). Podemos se ha abstenido y han votado en contra el PRC y el PSOE, así como el diputado del Grupo Mixto Juan Ramón Carrancio, exparlamentario de Cs.
Todos los portavoces han recriminado al Partido Popular el incumplimiento por parte del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, de su compromiso de incluir a Torrelavega en el Plan Reindus, adquirido con el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, en noviembre de 2015, justo antes de las elecciones, y firmado en una carta. Calderón ha replicado que «no pide más dinero sino mejor gestió». Ha defendido que hasta el momento se han concedido a siete proyectos 14 millones, «el 90% de los fondos solicitados», mientras el Gobierno regional «recorta todos los años las partidas que destina a este fin y además las deja sin ejecutar».
El portavoz del PP ha vuelto a sacar a colación que la empresa pública Sodercán no dependa de la Consejería de Industria, sino de la Vicepresidencia, "un apaño partidista y electoralista sin pies ni cabeza" que, a su entender, provoca "una descoordinación total" y está "retrasando gravemente la recuperación económica de Cantabria".
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