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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Miércoles, 17 de febrero 2021, 07:24
El Parlamento de Cantabria alzó ayer unánime su voz contra la decisión del Gobierno de España de incluir a todas las poblaciones de lobo ibérico ... en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespres) por considerar su propósito altamente lesivo para los intereses del mundo rural y, más en concreto, para el sector ganadero. Uno tras otro, los portavoces de los cinco grupos parlamentarios de la región, PRC, PP, PSOE, Ciudadanos y Vox, se dirigieron al consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, para decirle que a esta batalla no irá solo. Muy al contrario, le repitieron, «Tiene nuestro apoyo».
Comparecía Blanco en la Cámara a petición propia para explicar el camino andado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico hasta llegar a la tramitación del borrador de la catalogación del lobo como especie protegida, así como sus razonamientos -«de escaso rigor técnico y científico», subrayó el consejero-, sus consecuencias y, sobre todo, la postura del Gobierno regional. Una oposición frontal a tal decisión que ha llevado a Cantabria -como a Galicia, Asturias y Castilla y León, también afectadas- a solicitar a la ministra Teresa Ribera que paralice los trámites y se siente a hablar.
Con un discurso muy directo en el que puso en duda la capacidad profesional de los miembros del comité para pronunciarse sobre el lobo - «el dictamen lo firma un especialista en peces»-, arremetió ferozmente contra los «ecologistas más radicales», a quienes reprochó varias veces sus «constantes tácticas de bloqueo» y afeó la conducta del presidente Sánchez y su ministra Ribera, de quienes llegó a decir que «serán responsables de las consecuencias que esta medida tenga en el desarrollo rural», el consejero se ganó el respaldo unánime de un Parlamento al que rogó «unidad de acción para impedir este dislate».
Guillermo BlancoConsejero de Ganadería
Ninguno le decepcionó, porque el único que podía hacerlo, el socialista Javier García Oliva, de fuertes convicciones conservacionistas, no acudió ayer a la sesión parlamentaria.
Puestos de su lado, los tres grupos en la oposición mostraron su «apoyo» al consejero Blanco, que hasta en dos ocasiones escuchó la misma propuesta dicha con palabras distintas.
«Si esto se lleva adelante, le animo a que plantee al presidente Revilla que le diga a Sánchez que rompe su pacto en Cantabria», le dijo Pedro Gómez (PP) finalizando ya su intervención. En la suya, anterior, Marta García (Ciudadanos) le dijo lo mismo. Ante lo que ella considera «el mayor pucherazo democrático en el mundo rural de este país», la diputada del partido naranja pidió al consejero Blanco que «exija al presidente Revilla la ruptura de su pacto de gobierno» con los socialistas.
Un socio que, contrario al objetivo que se han trazado sus jefes en Madrid, también se posicionó del lado de quienes defienden el «diálogo» y el «consenso» frente a una decisión que, según reconoció Noelia Cobo (PSOE), «también a nosotros nos genera muchas dudas» .
También Ana Obregón (PRC), a la que sorprende bastante que «a los ecologistas radicales les preocupe el lobo y, sin embargo, no les preocupen en absoluto esos otros animales a los que mata», y Cristóbal Palacio (Vox), que cree que «los políticos estamos fallando en este desafío que supone el equilibrio entre las dos especies», pidieron con sus voces a Madrid que «dé un paso atrás».
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