El Parlamento insta al Gobierno regional a recurrir la ley de amnistía al 'procés'

Siguiendo el mismo camino que han tomado otras comunidades de liderazgo conservador, los populares llevaron al Parlamento una cuestión de Estado «que, sin embargo, nos afecta a todos», recordó Íñigo Fernández durante su defensa de una proposición que vio la luz incorporando una enmienda presentada por los regionalistas que incluía que se recurra también cualquier disposición con rango de ley que conlleve cambios en las condiciones de financiación, condonación o refinanciación de la deuda pública en relación con cualquier comunidad autónoma que pueda perjudicar a Cantabria.

Amarrados los 'síes' necesarios para sacar la iniciativa adelante, Fernández, para quien «el Gobierno nace de un fraude», se dirigió a los socialistas a sabiendas de que no la iba a respaldar –«no, porque está preso de Sánchez»– para afearles su conducta en su intervención: «Sigan leyendo el whatsaap y agachando la cabeza, aquí y en la calle», les recriminó.

En su turno de intervención, el regionalista Pedro Hernando recordó que su grupo ya dejó clara, al inicio de esta legislatura, su posición «contraria» a esa ley, aunque para él y su formación «lo importante no es la amnistía, sino las concesiones hechas a unos determinados territorios a cambio de la investidura de Pedro Sánchez y que pueden quebrar el principio de cohesión territorial».

Coalición Canaria, PNV, BNG, ERC, JxCat... «Todos tienen su 'papeluco' menos Cantabria», se lamentó Hernando, que piensa que los acuerdos alcanzados por el PSOE con esos partidos «van a incidir directamente en la financiación de las comunidades autónomas y, al final, no va a haber dinero para todos». De ahí que el regionalista se dirigiera a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, para hacerle una petición: «Céntrese en la pasta; lo de la amnistía es algo secundario. Tanto que estoy seguro de que no le preocupa ni al presidente Pedro Sánchez».

También a ella se dirigió la portavoz de Vox, Leticia Díaz, en su caso para pedirle que, además de ocuparse del dinero, «se preocupe de España y de la libertad de los españoles, de que no terminemos sumidos en un régimen totalitario».

Muy alejado de los anteriores, el socialista Joaquín Gómez defendió en la tribuna que la amnistía, una figura ya utilizada por «otros gobiernos y otros gobernantes», es «entenderse», criticó a quienes interpretan ese 'entendimiento' como un golpe de estado y dejó su sospecha de que «algunos quieren votar y votar y seguir votando hasta que salga lo que ellos quieren».