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La abstención de los regionalistas, y también la de Vox y su exdiputado, Cristóbal Palacio, permitió al Partido Popular, con sus quince votos, consumar su rebelión contra el 'tasazo' de las basuras impuesto por el Gobierno central. Ahora, el Parlamento «instará» al Ejecutivo cántabro a ... que se dirija a Madrid para pedirle que derogue la obligatoriedad de la implantación y aplicación de este impuesto en todos los municipios para costear el 100% de los gastos de gestión de sus basuras, tal y como se contempla en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados por una Economía Circular.
Se trata, según sostuvo el portavoz del PP, Juan José Alonso, de una medida que atenta contra la autonomía municipal, y defendió el derecho de los ayuntamientos a establecer sus propios tributos. Acusó, además, al presidente español, Pedro Sánchez, de «escudarse en Europa» para seguir adelante con su política «recaudatoria» y su agenda «ideológica», y dedicó buena parte de su intervención a desmentir que sea Bruselas la responsable de ese 'tasazo'.
Alonso explicó que la opción de implantar esta medida es sólo una de las quince alternativas propuestas por la Unión Europea, y recordó que, aunque sí señala los objetivos para la reducción, reutilización y reciclaje de los residuos municipales, muestra diferentes instrumentos económicos y medidas para conseguirlo, entre otros la correcta planificación de las inversiones en infraestructuras de gestión de residuos, el uso de las mejores técnicas disponibles para su tratamiento o el establecimiento de incentivos para mejorar la recogida selectiva.
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El portavoz del PP cargó contra Sánchez, y llegó a sacar a colación al lobo y hasta la estación intermodal de La Pasiega en su enumeración de afrentas. «El espíritu de esta ley es que quien contamina, paga, y Sánchez ha tomado la solución más sencilla, la que más le gusta, que es meter mano en el bolsillo de todos los cántabros. Establece un nuevo impuesto y obliga a los ayuntamientos a que lo recauden».
«Ya está bien de gobernar a base de saquear a los ciudadanos», criticó Alonso, que contrapuso a esa política la de su propio partido: «Buruaga demuestra que se puede avanzar bajando los impuestos».
Advirtió también de los «cientos de recursos» a que dará origen una tasa que «genera inseguridad jurídica en los ayuntamientos», puesto que la trasposición de la directiva europea «carece de rigor técnico». Su propuesta, mejorar la gestión de los residuos fortaleciendo la responsabilidad ciudadana mediante incentivos. Finalmente, negó que su propuesta se redujese a una pataleta ante la medida. «El Gobierno de España está a tiempo de corregirlo», concluyó.
Los regionalistas, de acuerdo con que pague más quien más residuos genere, insistieron en que la tasa no puede ser igual para todos, y que las administraciones locales deberían poder determinar a quién le tiene que costar más o menos. Según Pedro Hernando, su portavoz, tanto el Gobierno de Cantabria como los ayuntamientos cuentan con herramientas para amortiguar la subida de tasas: el primero, con los costes del depósito en el vertedero, la incineración de residuos o su transporte; los segundos, compensando el encarecimiento de este impuesto con la rebaja de otros como el IBI.
Con esa misma idea se dirigió a la Cámara la socialista Ana Belén Álvarez, aunque en su caso lo que propuso fue utilizar todos los recursos financieros, como el impuesto de patrimonio, para emplearlos en una política de residuos que reduzca éstos al mínimo. Insistió también en que España ha dispuesto de un amplio periodo de tiempo para adaptarse a la normativa europea, y la tasa que antes tenía un carácter potestativo ha pasado a ser obligatoria.
Vox enmarcó el debate en la corriente generalizada de «fanatismo climático» y agenda globalista, y acusó al PP de tirar la piedra en el Parlamento Europeo y esconder la mano en el Parlamento regional y en los ayuntamientos, donde la Administración está más cerca del ciudadano. Según Leticia Díaz, la proposición no de ley con que el PP acudía este lunes al pleno era «la típica iniciativa popular para blanquear lo que hacen en Bruselas», donde, subrayó, el sentido del voto de PP y PSOE coincide «en el 89% de los casos».
El Pleno del Parlamento apoyó de forma unánime que el Gobierno regional inicie una negociación con los docentes para su adecuación salarial, sin actualizar desde hace 16 años. La iniciativa, una proposición no de ley del PSOE, solicitaba al Gobierno que comience a dar ese paso para atender la reclamación de los docentes, que, como señaló el socialista Jorge Gutiérrez, han hecho «un esfuerzo durante los últimos lustros» para adaptarse a los cambios y «han cumplido sobradamente con la sociedad».
La propuesta inicial pedía plasmar ya en los presupuestos de Cantabria para 2025 la actualización del componente general del complemento específico autonómico de los docentes, si bien el PP, mediante una enmienda que fue aceptada, ha modificado esta premisa por la de fijar un calendario para su implementación en función de la disponibilidad presupuestaria en caso de alcanzarse acuerdo al respecto.
«Es el momento de revertir aquellos recortes que hizo el PP» en educación en la legislatura 2011-2015, dijo Gutiérrez, quien reclamó que el Gobierno se siente «con urgencia» con el colectivo para llegar a un acuerdo.
Los votos del Grupo Popular también ayudaron a sacar adelante una moción de Vox que insta al Ejecutivo cántabro a «prestar especial atención» al estudio de la extensión de los conciertos en Bachillerato para los centros que ya cuenten con Infantil y la ESO concertados.
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