El partido de Alvise fuerza la revisión de las actas del 9J en las 739 mesas de la región

El recuento de los residentes en el extranjero tuvo lugar el pasado viernes en Las Salesas, donde se ubica la Junta Electoral de Cantabria. Como la misma noche de los comicios, Vox fue la tercera fuerza, con cuatro puntos más de apoyos que el 9 de junio. Sí hubo variaciones en la parte baja. Por ejemplo, Podemos superó a Sumar, con 96 apoyos frente a los 74 de la formación de Yolanda Díaz. Y una de las sorpresas de la noche electoral, la agrupación del agitador Alvise Pérez, que fue cuarta fuerza en Cantabria el 9J, cayó hasta la sexta posición entre los cántabros en la diáspora.

Se Acabó la Fiesta (SALF) obtuvo solo 39 votos (2,6%), pero en cambio sí tuvo un papel protagonista durante el recuento. Un proceso que habitualmente se resuelve en una mañana duró más de 16 horas por las pegas que pusieron los interventores de esta formación, que pusieron en duda la limpieza del proceso y cuestionaron la labor de los funcionarios que participaron en el mismo. Primero, durante más de una hora, trataron de impedir la presencia durante el recuento de un trabajador de Indra, la empresa contratada por el Ministerio del Interior para la transmisión de los datos, dando a entender que existía riesgo de manipulación de los resultados. Tras una hora de discusiones, el presidente de la Junta Electoral -tuvo mucha paciencia, según explican los representantes del resto de partidos- decidió poner en marcha el recuento del voto extranjero, que arrancó a las nueve de la mañana y se extendió hasta las cuatro de la tarde.

Tras un receso para almorzar y para que trabajadores e interventores pudieran dar una vuelta a la manzana y estirar las piernas, la jornada continuó con la revisión de errores en el escrutinio en urna. Es costumbre que los partidos pidan analizar aquellas mesas en las que han detectado problemas. El PP pidió hacerlo en una de Torrelavega y el PSOE en la de Limpias en la que, por un error a la hora de llevar los números al papel, se asignaron 104 votos socialistas a Junts. En ambos casos, estos fallos fueron corregidos. Lo que no es normal es revisar una a una las actas de las 739 mesas de Cantabria, como exigieron los apoderados de SALF. Así, los funcionarios judiciales tuvieron que cantar el resultado de todas ellas, por lo que la jornada no se cerró hasta pasada la medianoche.

Los de Alvise Pérez aún no se quedaron contentos y registraron una queja formal más por los 2.390 votos nulos, dando a entender que habían sido anulados sin justificación. «Ha sido esperpéntico», señala el representante de otro partido, habitual en estas citas, que señala la actitud histriónica de los miembros de esta formación emergente: además de cuestionar el proceso, fueron hasta nueve distintos -lo normal es dos o tres por partido- y no se conocían entre ellos.

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