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La mejor forma de que no haya problemas dentro de un equipo de Gobierno municipal es tener mayoría absoluta, y ni así siempre se consigue. Tras las elecciones de mayo de 2019, hasta 69 alcaldes de Cantabria consiguieron un apoyo tan abrumador de sus vecinos ... que su partido no necesitó cerrar acuerdos de coalición para dirigir sus ayuntamientos. Ocurrió, sobre todo, en localidades pequeñas y medianas. En la mayoría de los grandes consistorios sí que hubo que sentarse a negociar. Y casi siempre con el PRC -mantiene 18 acuerdos con el PSOE y 4 con el PP- como parte imprescindible. «En general, el clima es bueno y hay gobiernos serios. Incluso en los lugares en los que se ha ido Cs, como San Vicente de la Barquera, hemos seguido apoyando a alcaldes socialistas, porque somos un partido serio. Los problemas son normales, pero no se han cruzado líneas rojas. Nada que ver con lo que ha ocurrido en otros momentos», explica Paula Fernández, que además de consejera de Presidencia, es la responsable de Organización del PRC.
Lo cierto es que la legislatura, marcada por la pandemia, ha sido más tranquila a nivel municipal. Menos choques internos entre socios, menos rupturas abruptas, menos declaraciones incendiarias... Si en el anterior ciclo socialistas y regionalistas se 'pegaron' en lugares tan sensibles como El Astillero, Polanco y Reocín, en esta ocasión la situación ha sido más llevadera. Por lo menos hasta ahora. A ocho meses de las elecciones, marcan sus diferencias en lugares como Laredo y mucho más en Camargo, donde están abiertos todos los escenarios. Caso distinto es el de Santander, donde PP y Cs no es que no se entiendan como consecuencia de los roces que han surgido por la convivencia, sino que desde el inicio la moción de censura ha sido una posibilidad.
Santander
El acuerdo de Gobierno en Santander parece tan sólido como forzado e incómodo para ambas partes. Los dos protagonistas del pacto, la alcaldesa Gema Igual y el portavoz naranja Javier Ceruti, asumen que son socios irreconciliables, pero también que están condenados a entenderse. Pese a sus diferencias en temas tan sensibles como la integración ferroviaria o el contrato de basuras, Ciudadanos -a nivel nacional- obligó a sus concejales en la capital cántabra a formar gobierno con el PP y desde entonces ha frenado todos los intentos de Ceruti por romper y explorar otras mayorías con la oposición.
El contrato de basuras también ha sido lo que ha dinamitado internamente el pacto, aunque el PRC sigue en la Junta de Gobierno con la alcaldesa socialista, Esther Bolado. Los regionalistas -el concejal Héctor Lavín, que fue cabeza de lista del PRC, sí apoyó al PSOE- votaron en contra por sorpresa de la propuesta para la adjudicación del servicio y desde ese momento la tensión ha ido en aumento. Sí se pusieron de acuerdo para aprobar el último Presupuesto de la legislatura, lo que le daría a la regidora la posibilidad de expulsarles del equipo de Gobierno, pero por el momento los socialistas descartan esa posibilidad. Lo mismo que los tres concejales del PRC -cuentan con el apoyo de la dirección regional- no ven viable una moción de censura con el PP que se podría volver en su contra el próximo mes de mayo.
Laredo
La legislatura arrancó en Laredo con tres socios de gobierno sustentando a la socialista Charo Losa. Pronto se quedaron solos PSOE y PRC y los regionalistas se han desmarcado en los últimos días de sus compañeros de coalición al no acudir a la inauguración al monumento a la Batalla de Flores. Una forma de mostrar su desacuerdo con la gestión de la regidora y, concretamente, con el contrato para la creación de esta obra, que también ha generado suspicacias entre el resto de partidos de la oposición. En principio, la sangre no llegará al río.
Reinosa
El PP, el socio minoritario del pacto de Gobierno de Reinosa donde es alcalde José Miguel Barrio (PRC), acusó recientemente a los regionalistas de apropiarse de proyectos que salen adelante gracias a su trabajo. En concreto, el portavoz popular acusó al regidor y al consejero de Industria de atribuirse un mérito que no le corresponde en la concesión de una subvención europea para el fortalecimiento del tejido comercial.
Rionansa
Es quizás el caso más curioso. Empezó gobernando el PP con apoyo externo del único concejal del PSOE por las incompatibilidades con el PRC pese a que daban los números para el pacto. Ese pacto llegó a mitad de legislatura. Los cuatro ediles regionalistas hicieron alcalde al socialista José Luis Herrero y recientemente este ha vuelto a virar: con el respaldo del PP, el regidor ha quitado todas las atribuciones al equipo de Gobierno y se las ha dado al pleno.
Santa María de Cayón
El PP tiene mayoría absolutísima en Santa María de Cayón, pero el grupo municipal se ha roto después de la salida de Gastón Gómez -inhabilitado por la Justicia- de la Alcaldía. La convivencia y los conflictos están a la orden del día.
Entre los grandes ayuntamientos de Cantabria también hay ejemplos de pactos municipales que han transcurrido sin grandes sobresaltos. En Torrelavega, las diferencias de criterio entre PRC y PSOE no se han materializado en grandes choques o polémicas más allá de asuntos muy anecdóticos como el rechazo de los socialistas a estudiar la posibilidad de convertir la casa consistorial en un Parador. La siempre tensa política local de Castro Urdiales, donde el pacto entre PSOE y Cs no se materializó hasta el último momento –parecía que PP, PRC y Castro Verde tendría una mayoría alternativa– no se ha traducido en un conflicto entre los dos partidos que forman el equipo de Gobierno. En tres años y medio no ha habido grandes diferencias –al menos públicas– entre la alcaldesa, Susana Herrán, y los concejales naranja.
Lo mismo ocurre en Los Corrales de Buelna, donde reina el «buen clima» en uno de los pocos municipios en los que los regionalistas eligieron como compañero de viaje tras analizar los resultados de las elecciones de 2019 al PP y no a los socialistas. Tampoco hay dramas en Santoña. Ni en Piélagos y Santa Cruz de Bezana pese a que el PSOE tiene más de un socio, AVIC y Podemos, respectivamente. En Cabuérniga, el único gobierno PSOE-PP, se repartieron la Alcaldía dos años cada uno y la actual regidora, Rosa Fernández, afirma que seguimos trabajando «tan bien como al principio».
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