¿Tienes pasado? Inventa la fiesta de recreación

Si se encuentra el motivo, lo demás viene rodado: vecinos disfrazados y encantados del protagonismo, los niños que aprenden Historia e historias, mercadillos, quedadas, músicas y citas gastronómicas. Todo, con el asesoramiento de algún historiador. Las fiestas de recreación de hechos rescatables del pasado vienen de Europa, están en auge en España y también 'in crescendo' en Cantabria. Según Fernando Rebanal, actor que colabora con dos de ellas, serán exitosas siempre que el ayuntamiento las respalde «convencido», que «un equipo artístico trabaje todo el año» y que las actividades «se presenten de una forma atractiva».

Quitando las asociadas a Carnavales y a las tradiciones religiosas (La Pasión de Castro o Los Reyes Magos de Santillana del Mar), la recreación de los tiempos de los Baños de Ola de Santander fue la primera en Cantabria, hace ya 27 años. El último ayuntamiento en sumarse ha sido Liérganes y, en El Astillero, están buscando un 'leitmotiv'. En medio, han escarbado en sus archivos para encontrar esa excusa que permita llenar las calles, la hostelería y las tiendas poblaciones como Laredo y Comillas, que estiran así su temporada turística. A Los Corrales de Buelna y Camargo les ha servido para ponerse en ese codiciado mapa de 'destino por unos días'. Y en Noja, La Cavada y Solares aspiran a seguir creciendo mientras en la Consejería de Turismo creen que estas fiestas «son un revulsivo».

La cita que se inventó el concejal Aurelio Montes va camino de cumplir tres décadas recordando la primera campaña de promoción de la ciudad en 1847. Los Baños de Ola vivieron en los inicios unos años de esplendor en los que la marca Santander daba la vuelta por los medios de comunicación de toda España gracias a la contratación de personajes de fama nacional para dar lustre a los actos en el Casino, los conciertos y las exposiciones, donde siempre aparecían santanderinos ataviados al estilo de principios del siglo XX como extras. Durante una larga década el evento decayó, pero existe voluntad de relanzarlo. La concejala Lorena Gutiérrez no es partidaria de difundir lo que se ha gastado el Ayuntamiento en el montaje que este año ha tenido lugar en cuatro días de julio, antes de la Semana Grande.

Laredo tiró de hito histórico en el año 2000 para que el pueblo no se quedara muerto al acabar el movido agosto. Los creadores de la fiesta cogieron un calendario, respetaron las fechas de los Encierros de Ampuero y la Bien Aparecida y optaron porque el emperador llegara justo después a la villa pejina. El Ayuntamiento subcontrata toda la gestión. La última empresa adjudicataria ha sido Rivendel, que por montar las citas de 2019 y 2022 (el 20 y el 21 fueron años covid) ha cobrado 152.000 euros con IVA (63.000 por año). Para la organización, la firma se apoya en una quincena de asociaciones culturales. Una de ellas, El Palenque, se fundó exprofeso para dar sustancia a todo el plan, con el que los laredanos se vuelcan un fin de semana.

En Los Corrales de Buelna, con su recreación de las guerras entre romanos y cántabros juegan en otra división. Desde 2001 el peso de la organización lo lleva una asociación –independiente del Ayuntamiento– que toma las decisiones en una asamblea con un centenar de participantes, aunque los festeros (los llaman así) están en un registro y son unos 1.500, divididos en tribus y legiones. La dirección artística está en manos de los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos. Poner la guerra en pie ha costado este año 123.000 euros y han acudido a disfrutar del ambiente unas 55.000 personas.

En Solares, a falta de una, dos. Aunque los dos festivales tienen una alta connotación cultural, sobre todo el del medievo. En este se representa la Cantiga de Alfonso X desde 2005 y, aunque surgió como una cita a la que dar la mayor repercusión posible a través de la música y el teatro, con dos o tres días de actividades, «la fiesta ha pasado por distintas etapas, y ahora es sobre todo cultural», explica la alcaldesa, María Higuera. Se celebra el 14 agosto y este año ha costado 12.000 euros. El 'Retornar del Indiano' se creó en 2016 y propone un viaje al pasado de la mano de Ramón Pelayo, marqués de Valdecilla, de modo que la base de operaciones para todo el programa es la finca del marqués, uno de los grandes activos turísticos de la zona. La cita permite a Medio Cudeyo estar en la red de municipios con fiestas de indianos, «un espaldarazo». Higuera, que hace votos porque las dos «sigan asentándose aunque ya están muy arraigadas entre la gente», da una cifra aproximada del coste: unos 20.000 euros.

Comillas rememora su gran pasado indiano con un fin de semana 'ad hoc' que se inició hace 14 años (en 2020 no se celebró). Desde entonces, el formato ha cambiado mucho. Empezó como una ambientación de las calles con personas vestidas de época y, poco a poco, sumó pasacalles teatralizados, perfomances históricas, conciertos y actuaciones en las que participan las escuelas del municipio. La fecha de celebración se eligió a conciencia para que los veraneantes «aguanten» en el pueblo unos días más justo a finales de agosto. Este año el Ayuntamiento –que lleva las riendas directamente– se ha gastado casi 17.000 euros.

Esta conmemoración –que ha cumplido siete años– se celebra siempre el fin de semana más próximo al 9 de marzo, fecha en la que tuvo lugar la concesión de Felipe IV del 'Privilegio de Vara o de Villazgo' a Noja en 1644. La edición de 2022 se adjudicó a Legend Especialistas por un importe de 45.919,5 euros (IVA incluido), aunque hay gran colaboración vecinal y de dos historiadores, Carlos Vara y María Luis de Vitoria.

Si un espectáculo se apoya en una sola asociación vecinal es el Cañonazo de La Cavada, organizado íntegramente por los Amigos del Museo de la Real Fábrica de Artillería. Por ahora, esta es la cita con la Historia más barata de Cantabria: este año ha requerido menos de 10.000 euros (entre 8.000 y 9.000) y eso que, por vez primera, se ha nombrado a un embajador. La celebración callejera que nació en 2010 tiene su origen en un ciclo de conferencias que arrancó en 2006 y que se cerraba con un cañonazo. Hace 12 años ese solitario disparo se empezó a adornar con el desfile de dos asociaciones de la tamborrada de San Sebastián, vecinos con trajes del pasado... Desde entonces, el día no ha dejado de sofisticarse y el año que viene «irá a más», anuncia Ángel Cuadrado, presidente de la asociación

En Muriedas-Maliaño el 2 de mayo siempre fue especial por la figura de Pedro Velarde, héroe nacional que lideró la rebelión contra la invasión francesa en 1808 en Madrid. El simple festejo institucional dio el salto a las calles en 2012 y se popularizó: cada vez participa más gente en los desfiles y cada año es más lustroso todo. Poner en marcha el último homenaje costó unos 55.000 euros con una fórmula híbrida: la Concejalía de Cultura contrata las actuaciones –a las que se exige un respeto por la historia– y el mercadillo se subcontrata. Esther Bolado, la alcaldesa, cree que «todo lo militar tiene un gran tirón en Cantabria», por lo que le augura un buen futuro a la fiesta.

Liérganes ha sido el último municipio en sumarse a esta moda al celebrar a finales de julio el cuarto centenario del privilegio real que se concedió para instalar en el pueblo una fábrica de cañones. La repercusión de la fecha ha sido «extraordinaria», sostiene Santiago Rego, el alcalde, que ahora está pensando en cómo darle continuidad a una iniciativa que este año se ha llevado unos 25.000 euros del presupuesto. La efeméride ha servido para que visitantes y vecinos, «que se han involucrado mucho», hayan podido acceder a lugares de la localidad que desconocían.

El Astillero también está buscando su lugar dentro de estas celebraciones. Este año tenía programado festejar la fecha de su fundación, pero hubo que posponerlo. Hay voluntad, sin embargo, de explorar las posibilidades y fijar un periodo festivo en septiembre.

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