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Solo fue un grito aislado. Un «viva» que retumbó a las seis y cuarto de la tarde de ayer en la calle los Escalantes. Acababa de salir el paso de El Cristo del Amor y la Virgen Dolorosa de la iglesia de San Francisco. Los ... costaleros portaban con sumo cuidado las dos tallas. Trataban de bajar las escaleras sin trastabillarse. El capataz los guiaba con sumo cuidado. Fuera, decenas de devotos -y de curiosos- observaban en silencio. «Con todo lo que hemos pasado, es sin duda el año y la procesión más especial», afirmaba unos minutos antes Carlos Nodar, mayordomo de la Cofradía de los Dolores. Su desfile era el primero que acogían las calles de Santander tras dos años de interrupción por culpa de la pandemia. La emoción, ya de por sí intrínseca en estas fechas para los católicos, se vio multiplicada por el reencuentro.
También ha habido nervios, pero de puertas hacia dentro. El interior de la iglesia era un hervidero de gente que entraba y salía. Estaba todo más que ensayado, pero una hora y media antes de que el paso viese la luz natural, los cofrades se afanaban en mimar los detalles. Unos repartían mascarillas de color negro, para no deslucir; otros se ocupaban de dar las instrucciones a los más pequeños, e incluso hubo algún despistado al que se le olvidó la capa en casa y tuvo que regresar a buscarla. «Parece que no lo hayamos hecho nunca», comentaba uno de los componentes de la banda de tambores.
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Arriba, en la iglesia, los portadores se abrazaban mientras esperaban el momento de cargar con el paso. En total, unos 500 kilos a repartir entre los 24 integrantes -en esta ocasión, todos hombres-. No es la primera vez que procesionaban. Ya han desfilado en once ocasiones -hubiesen sido trece de no ser por el coronavirus-. Pero el desfile de este año, por varias razones, era diferente. «El 27 de marzo falleció Lourdes Pardo, que era nuestra Camarera Mayor, la que vestía a la virgen y uno de los puntales de nuestra cofradía», explicaba emocionado Nodar. «Queremos que también sirva de homenaje hacia ella», añadía.
La procesión de Nuestra Madre la Santísima Virgen María en la Vía Dolorosa es la única de la Semana Santa de Santander que no sale de la carpa que el Ayuntamiento ha instalado en la plaza Porticada. La comitiva, formada por los 24 costaleros, los dos encargados de dirigir el paso, las 26 personas que integran la banda de tambores y bombos, además del resto de hermanos cofrades, ha abandonado la iglesia de San Francisco y ha doblado por la plaza del Ayuntamiento; luego atravesó Juan de Herrera, y de ahí se dirigió hacia la calle Somorrostro, a los pies de la Catedral. Ese lugar acogió el momento más álgido del desfile. Eran las siete de la tarde y el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, aguardaba la llegada del Cristo del Amor y la Virgen Dolorosa para pronunciar unas palabras como pórtico de la Semana Santa.
A las siete de la tarde se ha celebrado el viacrucis en el que han participado las Hermandades Penitenciales de Santander, y algunos de sus miembros leyeron las catorce estaciones. Una vez finalizado el acto, la Cofradía de los Dolores se ha dirigido a la carpa de la Porticada desde la plaza del Obispo José Eguino y Trecu, por las calles Somorrostro y Alfonso VIII. Los nervios ya habían pasado. Los integrantes de la comitiva se abrazaron felices por el regreso, por el homenaje a su Camarera Mayor y por el reencuentro con la normalidad perdida hace dos años tras la llegada del virus.
La Semana Santa continúa mañana en Santander. A las 10.45 horas salen las Cofradías Penitenciales con el paso La Entrada en Jerusalén desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la de Atarazanas; lugar en el que se realizará la bendición de ramos antes de que la procesión se detenga a las puertas de la Catedral para asistir a la misa estacional que presidirá el obispo de Santander y que contará con la presencia de los Hermanos Nazarenos y la Junta de Cofradías.
A las 13.15 horas, una vez finalizada la misa, se celebrará la tradicional de procesión del Domingo de Ramos que, con el mismo paso, hará el camino inverso hacia la carpa de la exposición de pasos en la plaza Porticada. Por la tarde, a las 18.00 horas, habrá otro desfile: el infantil que organizan las cofradías de Los Dolores y La Pasión, que saldrá de la Porticada y discurrirá por las calles Juan de Herrera y San Francisco, para regresar de nuevo a la carpa.
Por su parte, mañana la cita es a las 20.00 horas con la procesión de Nuestra Señora de la Esperanza, desde San Francisco a Valdecilla.
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