Secciones
Servicios
Destacamos
Las empresas se han visto obligadas a asumir toda una serie de medidas orientadas al ahorro energético. Pero no solo por aquellas implementadas por el Gobierno central para reducir el consumo del gas, que fueron acordadas con la Unión Europea al barajar la posibilidad de que Rusia corte el suministro, sino que también por necesidad propia. Los comercios se están teniendo que apretar el cinturón y, en algunos casos, no hay muchas actuaciones que puedan acometer para rebajar el consumo y las facturas si quieren seguir proporcionando un servicio eficaz. Para conocer su situación, El Diario Montañés ha visitado diferentes establecimientos de Santander y alrededores.
Charo Martínez - Socia de la marca de moda y complementos Koker
Hay comercios que atraen a los clientes con su iluminación, de forma que estas medidas les están afectando aún más si cabe. «He colocado mi tienda en esta ubicación, la vía principal de Santander -en referencia a la calle Isabel II-, con el único motivo de que por la noche, con las luces y el rosetón, llamemos la atención. Ahora mismo, estamos perdiendo una importante publicidad debido a que no tenemos luz con la que iluminar el escaparate. Con lo cual, habernos ubicado en este sitio está siendo un perjuicio», menciona Charo Martínez, socia de la marca Koker. Aun así, en el establecimiento de la capital cántabra respetan rigurosamente las medidas, de forma que apagan todas las luces del escaparate y dejan encendido únicamente y «como medida preventiva» un espejo localizado en el interior. «En Koker lo que más llama la atención es la luz y ahora mismo no nos podemos estar dando a conocer», continúa Martínez, que sobre la situación global concluye que «se están reduciendo todavía más los ingresos, con lo cual el impacto lo pagamos los comerciantes».
Sin embargo, otros negocios, que carecen de escaparates en los que apagar sus luces una vez cae la noche, quedan completamente a oscuras. Es el caso de la Panadería Araceli Alimentación, en Monte. «La luz ha pasado de 300 a 936 euros. El palo en la factura ha sido tremendo y esperamos que estas subidas sean aún peores. El gasto se ha triplicado y no podemos seguir funcionando a pleno rendimiento», menciona la responsable del establecimiento, Araceli Moreno, que antes se preguntaba si podría seguir trabajando con las luces del establecimiento apagadas «al no saber ya de dónde tirar».
«Ante esto, hemos tenido que apagar una nevera en la que ofertábamos productos y otra va en camino en cuanto se despache lo que hay en ella, pero es que además vamos a reducir la actividad del horno a la mitad y pararemos otro congelador al menos», asegura. «No queda otra que reducir la oferta, teniendo en cuenta también el aumento de los costes con la subida de precios de materias primas como el trigo. Ahora hay que intentar que, al final del día, no nos sobre pan. Si a las 15.00 horas te quedas sin él, pues toda la tarde sin pan», concluye.
Juan Carlos Moreno - Panadería Araceli Alimentación
La experiencia es similar en otros comercios consultados, que aseguran que las subidas de la factura de la luz alcanzan lo que les supondría una mensualidad. Hay quien ha tenido que dejarlo todo. Otros han estado al borde, pero siguen intentándolo y dedicándose a sus clientes. «Vivimos en un estado de resignación total. No podemos recortar en nada porque la calidad se resiente», confiesa Antonio, trabajador de la Panadería y repostería Cisneros.
Agobiados por la subida de precios y los aumentos en las facturas, no son pocos los comercios que se han visto forzados a hacer recortes con un ahorro energético obligado, aunque otros tantos viven de aparatos cuyo uso es fundamental para seguir funcionando. «Las subidas las estamos notando mucho, pero sin la luz no podemos seguir trabajando. No nos queda otra que apretarnos el cinturón», comenta Gladys Paradeda, de la peluquería SHair Company, que «intenta aguantar y seguir adelante pensando en que esta situación tenga un arreglo futuro».
Gladys Paradeda - Peluquería SHair Company
Para ahorrar energía apagan todas las luces por la noche, dejando solamente encendida la de la calle, cuando tiempo atrás dejaban iluminada toda una cristalera. También desconectan todos los aparatos que puedan disparar el consumo salvo una nevera, pero en ningún momento han apartado herramientas como secadores. «Las empresas necesitamos más apoyo porque nos sentimos desprotegidos y en la luz es donde más se nota», apunta.
Mariana Sinobas - Grupo hostelero Quebec
Empresas privadas, apuestas de particulares... Todas sufren los efectos de la crisis energética y ninguna está exenta de adoptar diferentes tipos de medidas para salir adelante. También es el caso de Quebec, grupo hostelero con amplia presencia, entre otros puntos, en Santander. «Seguimos trabajando igual, aquí todos los aparatos permanecen funcionando con la misma intensidad», declara Mariana Sinobas, empleada de esta firma, aunque apostilla que «la diferencia está en que estamos apagando por las noches todo lo que venía quedando encendido, de forma que todo termina a oscuras». El resultado: la subida del precio de las tortillas en sus cafeterías.
La entrada en vigor del Plan de ahorro y gestión energética en climatización para reducir el consumo en el contexto de la guerra en Ucrania ha hecho que, ya desde el mes de agosto, la población se haya familiarizado con medidas como limitar la calefacción a un máximo de 19 grados y el aire acondicionado a un mínimo de 27, así como realizar revisiones extraordinarias de estas instalaciones de climatización, cerrar las puertas de los locales cuando estén funcionando y apagar las luces de los escaparates y edificios públicos cuando se encuentren fuera de servicio.
Estas medidas, orientadas a una utilización más eficiente de la climatización en edificios del sector público y privado, han de ser respetadas hasta el 1 de noviembre de 2023 bajo amenaza de sanciones, que ascienden hasta los 60.000 euros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.