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«Ni pasta, ni aceite, ni harina y la botella de aceite de girasol a cuatro euros. Vámonos de aquí». Es la frase pronunciada por una clienta este sábado a la salida del supermercado Carrefour de Peñacastillo. Una ronda por los pasillos del establecimiento era ... suficiente para comprobar que algunas estanterías estaban semivacías. Sobre todo, en los lineales de aceite de oliva y girasol, pasta, harina, conservas y algunos productos en sobre, como las sopas preparadas.
¿Y por qué ocurre esto? Los supermercados lanzan un mensaje de calma a la población y aseguran que «no hay desabastecimiento». «Más bien, se trata de una superior demanda de algunos productos básicos muy concretos», explica Rubén Santiago, director institucional de Carrefour en Cantabria, quien reconoce que han percibido un cambio en los hábitos de consumo. Y es que los cántabros han llenado un poco más de la cuenta su cesta en los últimos días: «La compra media ha sido superior, desde luego, y como se acaba el aceite de girasol, la gente también compra más de oliva», reconoce Santiago, quien explica que también se ha incrementado la compra de otros productos básicos como las legumbres, conservas, harinas y pasta.
En la misma línea, una de las trabajadoras de la tienda en Peñacastillo admitía que los compradores asistían por la mañana y compraban los productos «a mansalva» por la incertidumbre generada tras la invasión de Ucrania.
«Ha habido una mayor venta y hasta que la cadena de suministros se restaure y repongamos mercancía, algunas estanterías están más vacías de lo normal; pero los proveedores nos trasmiten que en líneas generales no hay problemas de desabastecimiento», subraya Santiago mientras asegura que la situación está «controlada» a pesar de que la cadena de suministros «se ha tensado mucho».
En la cadena de supermercados Lupa señalan que no ha habido desabastecimiento de ningún producto en los últimos días debido a la guerra de Ucrania. Aunque han notado que algunos clientes han comprado más productos de lo habitual, sobre todo aceite, pasta, arroz y legumbres. En esta empresa han detectado rupturas de stock momentáneas en alguno de sus establecimientos de Cantabria, pero «en ningún caso desabastecimiento» en sus centrales logísticas.
Fuentes de la distribución de otros supermercados consultadas por este periódico reconocen que han percibido un «comportamiento anómalo» del consumidor en la compra, especialmente en el caso del aceite, producto del que se ha llegado incluso a limitar el número de litros a comprar para asegurar el abastecimiento. De hecho, en algunas superficies como Makro se pueden ver carteles en los que se ha restringido la compra de estos productos a una botella por cliente y día.
La imagen en algunos puntos de venta ha recordado a las primeras semanas del confinamiento tras la irrupción de la pandemia, cuando algunas tiendas se quedaron sin productos concretos después de que se desatara una especie de histeria colectiva por artículos como el papel higiénico. Ahora la situación es diferente y aunque el sector admite que la guerra en Ucrania ha tenido consecuencias, aclara que el problema de que escaseen algunos productos básicos se debe a un aumento de la demanda del consumidor y a «ciertos mensajes alarmistas en redes sociales».
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