La patronal cántabra considera una «idea interesante» que se pruebe la semana laboral de cuatro días

El presidente de la patronal, Enrique Conde, cree que esta prueba piloto tendrá una respuesta «limitada» en Cantabria por el sector en el que se va a testar. «El procesado y conservación de alimentos, la confección de ropa y calzado, las artes gráficas o la fabricación de productos farmacéuticos no tienen una incidencia relevante en nuestro tejido industrial, aunque las empresas que se acojan -quizás el sector conservero sea el más representativo- serán una buena piedra de toque para el resto», ha explicado Conde. El presidente de la patronal cree que este planteamiento tiene que ver con la evolución tecnológica de la sociedad, de la que empresas y trabajadores forman parte. «La experiencia de la pandemia ha acelerado estos procesos y la reducción de la jornada laboral hoy es posible plantearla por tres motivos: el bienestar sociolaboral de los empleados, la flexibilidad que proporciona la tecnología y, como consecuencia, el mantenimiento o incremento de la productividad. No se trata de menos horas sino de mejor calidad del tiempo trabajado», ha dicho Conde.

Los negocios cántabros que pueden solicitar estas ayudas son aquellos dedicados a la confección de prendas de vestir, a la industria de papel, textil, de la alimentación, química, del tabaco, industria del cuero y calzado, fabricación de muebles, metalurgia, fabricación de vehículos a motor, a las actividades de envasado y empaquetado, de reparación de maquinarias, al procesado o conservación de alimentos, a las artes gráficas, a los productos farmacéuticos, informáticos o electrónicos. El Diario Montañés ha realizado una ronda de llamadas para comprobar cuál es la intención de las pequeñas y medianas empresas de la región que podrían optar a la subvención. La inmensa mayoría ve inviable reducir las jornadas laborales sin que acabe repercutiendo en la producción y los compromisos con sus clientes.

Desde la Consejería de Empleo del Gobierno de Cantabria reconocen que ya han reflexionado sobre esta fórmula porque todos los estudios «hablan de la mejora de la productividad, además de mejorar la calidad de vida de las personas». «Será uno de los temas a abordar dentro del diálogo social», ha avanzado la consejera de Empleo, Eugenia Gómez de Diego.

La industria Camarguesa de Despiece S.L., Camarsa, con una plantilla de 125 trabajadores y dedicada al procesado o conservación de alimentos, por el momento no ha mostrado ninguna intención de acogerse a esta ayudas del gobierno. Según sus responsables, «por ahora ni nos lo hemos planteado. Nuestro sistema se producción hace inviable este objetivo de semanas laborables de cuatro días».

De la misma opinión son en Cosmodent, el laboratorio de productos para la higiene bucal ubicado en el Polígono de Guarnizo. «No se va a llevar a cabo ningún ajuste, se tendría que contratar personal y por el momento no se plantea», señalan desde la empresa.

El problema que las gerencias ponen sobre la mesa es que tendrían que cambiar la organización de todo el personal y contratar más empleados para poder cumplir con los objetivos de producción. «Es muy complicado. Nosotros tenemos tres turnos al día. Si paramos no llegamos a los compromisos adquiridos con los clientes», explican desde el departamento de Recursos Humanos de Industrias Cántabras de Torneado (ICT), situado en el Polígono Industrial de Trascueto.

En el sector de las conserveras las intenciones tampoco están dirigidas al cambio. «Lo hemos comentado entre nosotros y no tenemos interés en que se aplique. Estamos bien como estamos y creemos que es como debemos seguir», explica al otro lado del teléfono el propietario de una de las más de diez empresas con las que se ha puesto en contacto este periódico. Ninguna ve posible materializar los cuatro días laborables a la semana.

Sin embargo, la empresa cántabra Evenbytes, ubicada en Santa Cruz de Bezana, aplica desde el 1 de enero de este año la jornada laboral de cuatro días, claro que no pertenece al sector industrial. Fundamentalmente lo hacen para «atraer talento y ser competitivos» en el mercado de las empresa tecnológicas. Emperazon probando el primer trimestre, con jornadas laborales de nueve horas de lunes a jueves, viendo si clientes y trabajadores se amoldaban al nuevo horario y si la calidad del servicio no emporaba. Y el resultado, según el director de operaciones y uno de los tres socios del negocio, Juan José Cacho Toca, no puede ser mejor: «El servicio no se ha visto afectado, sino que ha mejorado. Al principio algún cliente podía tener miedo de que no estuviéramos trabajando los viernes, pero se ha comprobado que los servicios se dan, incluso mejor. De todos modos, hay una persona de guardia los viernes». En cuanto a la plantilla, formada por gente joven, de entre 22 y 37 años, agradece el cambio. ¿Y el sueldo? «En enero de 2023 también se les subió el sueldo, la jornada reducida no ha hecho que se lo bajemos», explica Cacho Toca, que estudiará junto con sus socios las opciones de acogerse a la ayuda estatal.

Desde la Cámara de Comercio de Cantabria, su director general, Jesús Tortosa del Valle, ha confirmado que hasta el momento ninguna pyme que cumpla los requisitos para recibir estas ayudas se ha interesado por esta propuesta de poner en marcha la semana de cuatro días laborables. «Sabemos que hay una empresa que se llama Evenbytes que lo puso en marcha el pasado 1 de enero. Pero creemos que es la única por el momento», explica.