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Laredo es la sede primigenia de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC). En su iglesia de Santa María tiene lugar cada año la apertura de la temporada estival, ceremonia que se celebra con las actividades académicas y culturales ya en marcha. «Laredo fue donde se inició todo», comenzó su discurso Ángel Pazos, una intervención en la que incluyó la que puede ser su primera nota de despedida como rector de la UC, dado que a final de año comenzará el proceso electoral para relevarlo tras dos mandatos y casi nueve años al frente de la institución. «Para mí ha sido un honor dirigir la Universidad de Cantabria, impulsar los Cursos de Verano y estar cada año en este acto inaugural, el momento en que las aulas salen de nuestros cuarteles de invierno», dijo Pazos al término de un acto al que asistieron, entre otros, Sergio Silva, consejero de Educación, FP y Universidades; María José González Revuelta, presidenta del Parlamento de Cantabria; Miguel González, alcalde de Laredo, así como los directores de las diecisiete sedes de los Cursos de Verano que acogen este año cerca de 120 actividades académicas y culturales.
Así las cosas, Pazos presidió su última ceremonia de apertura de los Cursos de Verano de la UC. Quizá por ello lanzó una reflexión en torno al futuro de estas actividades. «¿Cómo deben ser los cursos del futuro si quieren seguir concitando interés y el apoyo social?», preguntó Pazos a los presentes; es decir, ¿cómo tienen que concebirse «si quieren seguir siendo útiles a la sociedad, que es para lo que los hacemos?». El rector abogó por «seguir en la dirección» ya marcada de colaboración institucional y de diseminación de la actividad académica y cultural por toda Cantabria. Y abogó por combinar la calidad y el «rigor» académicos «con la audacia de seguir tocando nuevos temas».
Un ejemplo: si la inteligencia artificial (IA) es una tecnología disruptiva que nos va a cambiar la vida, la inteligencia artificial tiene que estar en la programación de los Cursos de Verano, cosa que ocurre este año, al menos, en tres propuestas. «Es inevitable que cada vez nos preguntemos más cómo va a influir la IA en todo lo que hacemos; y, por qué no decirlo, si esa influencia va a ser buena o mala», cuestionó Pazos, que extendió esta cuestión al ámbito universitario. Además, insistió en diseñar una estrategia de formación continua o de formación a lo largo de la vida que abra las universidades a otros rangos de edad y a otros intereses.
Antes de que lo hiciera el rector, intervino en la ceremonia de apertura Roberto Fernández. El catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Lleida y Premio Nacional de Historia de España se saltó el protocolo y 'provocó' las palabras de despedida de Pazos. «Es una valoración unánime: Ángel Pazos es un gran rector», cuya gestión se ha caracterizado por su «enorme dedicación» a la tarea universitaria. «Ha puesto a la UC en el círculo de prestigio de las universidades españolas», ensalzó Fernández. «Cuiden a la UC. Cantabria será en el futuro lo que sea la UC», indicó.
Fernández impartió, además, una interesante conferencia inaugural titulada 'La Ilustración y nuestro tiempo: la crisis de la verdad'. «La paz es siempre reversible si no procuramos por ella, y la construcción europea es sinónimo de concordia y paz, no lo olvidemos nunca. Somos las tres primeras generaciones que han visto crecer sus proyectos vitales en paz, y este es un bien supremo que debemos conservar como la principal herencia para las siguientes generaciones», sostuvo Fernández tras repasar los hitos de la Ilustración. El catedrático animó a defender esta herencia con un «coraje renovado» que permita «mantener la veracidad para ir conquistando así la verdad», y teniendo en cuenta que la justicia social solo se toma «previo conocimiento científico de la realidad social». La Europa que ha de perdurar, dijo, es esa que «sepa escuchar al mundo» y que «sepa ofrecer sus valores sociales para evitar que la globalización sea la peor experiencia humana».
Compromiso
En su turno de intervención, Silva elogió la conferencia inaugural. El consejero también reafirmó el compromiso del Gobierno de Cantabria con la UC, que se traduce, entre otros, en el «mayor Contrato-Programa de la historia», por encima de los 93 millones de euros, así como en el reconocimiento de los quinquenios y sesiones al personal docente e investigador.
Por su parte, el alcalde de Laredo, Miguel González, reivindicó la condición universitaria de la villa. «Nuestro municipio confió en este proyecto y fue la primera sede en 1985», dijo González, que aseguró que los lazos con la UC siguen siendo, a día de hoy, «inquebrantables».
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