A Rafael de la Sierra (Piélagos, 1948) le pillaron las fuertes inundaciones en su segundo sueño. Eran las tres de la madrugada del jueves ... cuando saltaron todas las alarmas y su teléfono comenzó a echar humo. Media Cantabria se estaba inundando y había que pasar de la prealerta a aplicar el Inuncant, el plan del Gobierno para la inundaciones, para evitar males mayores. Desde entonces, ha dormido muy pocas horas. Su mayor preocupación fue desalojar a las personas e intentar minimizar el impacto de las riadas. El consejero de Presidencia felicita a todo el operativo y cree que se ha estado a la altura de las circunstancias.
-Semana y media después de las riadas, aún se notan las cicatrices por media Cantabria. ¿Qué ha sido lo peor?
-El no haber tenido un sólo muerto, herido o desaparecido se debe a que estábamos en prealerta y listos para responder ante las situaciones de peligro. Pero ver los destrozos, el sufrimiento de los vecinos, el dinero que vamos a perder, cantidad de situaciones que va a costar muchísimo llevarlas a la normalidad, como el argayo de Ruente, el de la A-67... Sin duda, eso ha sido lo peor. Si tuviera que hablar de actitudes, las positivas superan de 100 a 1 lo que pueda haber habido de meteduras de pata.
«El sistema de alertas funciona, pero en Cantabria la previsión cambia en tres horas»
-Se había anunciado lluvia y nieve, pero no inundaciones. ¿Funcionaron bien las alertas?
-El sistema de alertas funciona, pero en Cantabria puede cambiar la previsión en menos de tres horas. Lo hemos visto estos días. Se esperaba lluvia y nieve, pero no lo que ocurrió. Se preveía que la temperatura en las zonas altas iba a ser de cero grados, con lo que se mantendría la nieve, y, sin embargo, hubo nueve grados en el Alto Asón, Nansa, Saja, lo que hizo que se derritiera. Fue además en tan solo tres horas. Es imposible en esos casos precisar más. Hoy en día puedes hacer un pronóstico muy preciso, pero ni con esas te libras de ese tipo de cambios no previstos.
-El miércoles se fueron a la cama pensando que lo peor del temporal había pasado y el jueves se despertaron con media Cantabria inundada y decenas de argayos. ¿Saben ya exactamente cuáles son las causas y hay margen para evitarlo en un futuro?
-Hay unas causas directas que las sabemos: tanto agua en la cabecera de los ríos, la mezcla con la nieve, las características de nuestro territorio, los argayos, la canalización de los ríos, que a la hora de la verdad viene y te lleva todo... Ahora tenemos que ver si hay algún tipo de causa, que no sea directa, que también podría haberla. Hoy en día sabemos, por ejemplo, que uno de los problemas más gordos que hemos tenido ha sido la obstrucción de los puentes, incluso con la caída de varios, y la de los ríos. Nos da la impresión de que ha tenido que ver mucho la suciedad y la maleza que había en los ríos. Hay que ver lo primero si eso es cierto y, si es así, tendremos que ver por qué se ha producido esa situación.
«Estas riadas nos van a servir para mejorar el protocolo de actuación de cara al futuro»
-¿Está Cantabria preparada para hacer frente a estas situaciones?
-Después de una situación de este tipo, cada uno de los que han intervenido se reúne para analizar su papel en el siniestro. Ahí se descubren carencias, problemas que han surgido, falta de medios en determinados aspectos... De ese análisis se elaboran nuevas normas de cara al futuro. Ahora estamos en la reforma de los planes de inundaciones, incendios y mercancías peligrosas, y ahí ya influirán las conclusiones que se saquen de este siniestro. Coincide además con la puesta en funcionamiento de la Ley de Protección Civil, que está en el Parlamento y se aprobará en breve, y que hay que desarrollar reglamentariamente un mapa de riesgos de la comunidad, un registro de medios... Es decir, se crearán una serie de instrumentos que mejoran la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia. El análisis que vamos a hacer tiene que ser muy profundo porque, según todos los indicios, esto ya no va a ser esporádico, sino que cada vez más va a ser periódico a consecuencia del cambio climático. De cara a establecer la estrategia de futuro, hay que tener en cuenta que estas situaciones van a ser cada vez más 'normales'.
-Y, a primera vista, ¿qué carencias se han detectado?
-Necesitamos más personal en el ámbito de bomberos forestales y del 112. Hay que ver qué medidas tomamos. Tampoco puedes matar pulgas a cañonazos porque luego tienes un operativo todo el año que utilizas en dos meses. Hay que tener ponderación en lo que necesitas y a lo que debes llegar. Pero en términos generales no se ha dicho que nos faltara o que fallase estructuralmente.
-Las inundaciones han provocado innumerables daños, ¿cómo se va a hacer frente a su rehabilitación?
-Pediremos un crédito extraordinario al Estado para poder hacer frente a los destrozos de las riadas y lanzaremos un plan urgente para reparar los daños. Una vez que tengamos claro exactamente los daños que se han producido y qué se puede recuperar, hay diseñado un presupuesto para recuperar las zonas afectadas e iniciar una reparación de todo esto con carácter autónomo. Para ello, pediremos al Estado que nos permita solicitar ese crédito extraordinario. Normalmente, se trata de la posibilidad de gastar más dinero. Es decir, que el Consejo de Ministros nos permita elevar el nivel de endeudamiento por situación excepcional.
«Falta más personal, pero en términos generales no hemos detectado fallos estructurales»
-Después de los roces y los desencuentros públicos con Confederación Hidrográfica, Revilla aboga por pedir las competencias de los cauces como el País Vasco. ¿Tan mal han actuado?
-Los datos que dio Confederación tenían grandes lagunas. También había cosas que no eran ciertas o al menos se omitían cuestiones muy importantes. Ya salió Medio Rural a poner las cosas en su sitio. Soy partidario de buscar soluciones a futuro y dejarse de reproches. Salvo los del momento, que esos son imprescindibles, como los de las personas que han visto como se le han llevado las vacas y piensan que es por la Confederación. Nosotros lo que estamos haciendo es analizarlo y en su momento, armados de razones, iremos a plantear incluso el posible traspaso de competencias al Estado.
-¿Lanzaron balones fuera?
-Eso entra dentro de la naturaleza humana. Yo lo que pienso cuando se sale así es que 'Excusatio non petita, accusatio manifesta'.
«Hay que pensar que estas situaciones ya no van a ser esporádicas, sino más frecuentes»
-¿Cree que han pasado bien el examen?
-Es evidente que hay situaciones que desbordan, que habrá pequeñas descoordinaciones que mejorar... Pero los equipos de todos han funcionado bien y, en términos generales, hoy estamos mejor que hace 10 años. Me parece que los parques de bomberos, los guardas forestales y los agentes del medio natural, los trabajadores del 112, la Cruz Roja, que montaron dos centros de acogida porque hemos llegado a tener 145 personas sin hogar, la Guardia Civil, el 061 han estado a la altura.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.