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Hace apenas veinte días, la Asociación Proyecto Hombre –un referente social en la prevención del consumo de drogas, la rehabilitación del drogodependiente y la reinserción social– alertó de que el pasado año su intervención con menores y jóvenes en Cantabria aumentó un 52% respecto a ... 2020 debido al policonsumo de sustancias (cocaína, alcohol, cannabis y benzodiacepinas), el abuso de los juegos online y tecnologías de la información, y la comunicación (TIC), y la exposición a pornografía (sobre todo entre los 11 y los 16 años), todo ello como efecto de la pandemia.
En este contexto, no sería descabellado pensar que la violencia entre los chavales también podía haber aumentado, pero nada más lejos de la realidad. Al menos así lo trasladan las fuerzas de seguridad del Estado, que consideran que la brutal paliza a un joven de 16 años hace dos semanas en Puente San Miguel (Reocín) es un caso aislado. Tampoco en la Fiscalía de Menores han detectado un repunte de casos provocados por reyertas o peleas, aunque hace un par de meses revelaron que en 2021 se produjo un incremento de un 47% de los casos de violencia filio-parental o violencia ascendente, es decir, la de hijos que agreden a sus padres.
Juan Carlos Salomón |Policía Local de Santander
Si acudimos a las estadísticas que maneja el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), al menos las que publica en su página web, no hay datos de menores por tipo de delitos, con lo que se desconoce el número de asuntos tramitados por lesiones. Así que para conocer si los jóvenes que salen cada fin de semana por Cantabria son más violentos ahora, hay que remitirse a lo que detectan, a pie de calle, Guardia Civil, Policía Local y Policía Nacional, aunque desde este cuerpo no han querido hacer ningún tipo de manifestación al respecto.
En su caso, la Benemérita no tiene constancia de que se esté produciendo un incremento de este tipo de violencia entre menores, «salvo casos aislados» como el ocurrido en Puente San Miguel. «En época estival es cuando más juventud se reúne, sobre todo, en municipios turísticos como Noja, pero no hemos detectado ningún enfrentamiento entre bandas o grupos de chavales que quedan para pegarse». Y desde esta localidad, el jefe de Policía Local, José Luis Cabe, lo ratifica.
Guardia Civil de Cantabria | Gabinete de prensa
«El pasado verano, teniendo en cuenta las restricciones que había por la pandemia, no hubo peleas. Hace años había más, protagonizadas por grupos de municipios de la zona o procedentes de Bilbao». Tras los altercados registrados el pasado verano en este municipio a cuenta del botellón y con el fin de las restricciones parece que los ánimos entre la juventud se han calmado. «Esta Semana Santa ha sido una de las más tranquilas que hemos conocido».
En el caso de Santander, tampoco han notado un incremento de las peleas o agresiones entre menores. Al menos es la sensación que traslada Juan Carlos Salomón, portavoz de la Policía Local, que reconoce que «en la mayoría de los casos los jóvenes avisan a la Policía Nacional, y luego ellos nos piden apoyo». «Pero la situación es más o menos parecida a la de años anteriores. Siempre puede haber alguna pelea en una discoteca porque un chaval le pisa a otro o uno ha mirado mal a su novia, pero no veo que todos los fines de semana haya peleas multitudinarias. En Santander estamos tranquilos».
Pedro Pérez Noriega | Edil de Seguridad de Torrelavega
En la misma línea, el concejal de Seguridad Ciudadana de Torrelavega, Pedro Pérez Noriega, asegura que no han detectado una proliferación de peleas entre los más jóvenes. «Los problemas los estamos teniendo con el ocio nocturno a la salida de las discotecas, a partir de las seis de la mañana, pero no tiene que ver con los menores. Peleas masivas no hemos tenido y no hemos detectado ese tipo de problema, ni que haya quedadas a través de las redes sociales».
En cambio, en Castro Urdiales sí han notado un incremento de quedadas entre chavales para «desafiarse y pegarse». El sargento-jefe de la Policía Local, Domingo García, cree que estos casos pueden «reactivarse» a medida que se acerca el verano. «Estas conductas, bastante estúpidas, vienen de antes de la pandemia por parte de los jóvenes, en la mayoría menores.
José Luis Cabe | Policía Local de Noja
Y en bastantes ocasiones ni siquiera son vecinos de Castro sino de otras localidades de la margen izquierda de Vizcaya». García apunta que en ocasiones han detectado –tanto ellos como la Guardia Civil– estas quedadas y se han personado en las zonas donde se citaban para evitar las peleas, que, en algunos casos, suelen saldarse con contusiones menores.
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