Miguel Ángel Oliver | Presidente de Efe

«El periodismo siempre ha estado politizado y la política, 'periodistizada'»

-Es una muestra que trata de condensar 40 años en fotografías.

-Es irremediable retrotraerme a los años prodigiosos que fueron los primeros ochenta, cuando la estructura de Estado que hoy conocemos comienza a dar sus primeros pasos. Efe llegó a Cantabria en el 1984 y cambió las cosas para bien. Sobre todo en el sentido de que a partir de ese momento el relato de esta tierra se pudo exportar. A partir de ese momento la voz de Cantabria se pudo escuchar mucho más lejos.

-También en Latinoamérica.

-Alguien me dijo con un silogismo militar que somos el brazo armado del español. Yo creo que somos el gran músculo del español. Junto con la Real Academia de la Lengua y el Instituto Cervantes, somos un patrimonio común de más de 500 millones de personas.

-El problema es que todo esto está amenazado por la incertidumbre que se cierne sobre el futuro del periodismo.

-Creo que el periodismo no está amenazado. Las sociedades necesitan un relato, necesitan que alguien les cuente y contar. Y ahora, con las redes sociales, nunca la gente ha tenido tantas ganas no sólo de recibir relatos, sino de elaborarlos. ¿Qué es lo que sí ha sucedido? Pues que hay una crisis del soporte.

-Hace falta adaptarse al soporte.

-Hace unos días he estado en el estadio Santiago Bernabéu con mi hija y unas amigas para asistir a una velada organizada por Ibai Llanos, que ha conseguido reunir a 65.000 personas en torno a conciertos con los grandes artistas del momento. Sin embargo, ellas, con sus veinte años, no conocían a una banda tan popular para alguien como nosotros como es The Coors. Con esto digo que hay que estudiar muy bien quién es tu audiencia, cuál es su nivel de vida, sus ingresos, la edad media de ese público al que vas a dar servicio, porque siempre he entendido el periodismo como un servicio.

-Este público está en redes sociales. ¿Cree que los medios las están demonizando en lugar de aprovecharlas?

-Soy de demonizar poco, pero reconozco que han introducido cambios profundos en nuestra forma de relacionarnos con la información. Pero es que con esto pasa como con otras cosas. Hace años, cuando estaba en televisión, recuerdo que el responsable de cultura insistía en destacar la industria del videojuego. Los videojuegos no se consideraban cultura. ¿Qué era cultura de verdad? Un libro, una película, una pintura, una fotografía o un concierto... pero, ¿un videojuego? Bueno, pues ese concepto ha cambiado porque entre otras cosas esa industria mueve más dinero que el cine y el libro juntos. Los tiempos cambian y evolucionan y creo que el ser humano tiene que estar preparado siempre para surfear en la cresta de la ola. Si te dejas caer, estás fuera.

-Lo que sucede es que ahora ya no entra en juego sólo el ser humano, sino que también está la inteligencia artificial (IA).

-En esta profesión las personas van a ser siempre necesarias porque entendemos la IA como una máquina que puede sustituirnos, pero en realidad es la suma de muchas inteligencias humanas que está diseñada para asistirnos. Por eso pienso que el componente humano no se va a perder nunca. Sucedió ya en le pasado, cuando en las fábricas de montaje de automóviles se mecanizaron ciertos procesos. O por poner un ejemplo más cercano, el fútbol. Ahora comentamos con naturalidad estadísticas como el tiempo de posesión de balón, de tiros a puerta... Esa información enriquece enormemente el relato periodístico y está ahí porque las máquinas nos lo ponen fácil. Creo que podemos aprovechar esto para dinamizar, agilizar y hacer nuestro trabajo mucho más rápido y profundo.

-En otro orden de cosas. Hay muchas voces críticas con el periodismo de hoy. Dicen que está muy politizado.

-Creo que el periodismo siempre ha estado politizado y la política, 'periodistizada'. No creo que haya que llevarse las manos a la cabeza. Lo que ocurre es que antes el relato era un poco despótico pero ahora el pueblo habla a través de las redes sociales. Por eso creo que los medios tienen que reivindicarse y mostrar su papel crucial para seleccionar, jerarquizar, analizar los contenidos con criterio y espíritu crítico.

-En esta misma línea hay quien critica que se hayan iniciado procesos legales basados en informaciones publicadas en medios de comunicación. Ha sucedido con la imputación de la mujer del presidente, Begoña Gómez.

-Sinceramente, yo respondería igual que el seleccionador español, Luis de la Fuente, cuando el otro día le preguntaron si Alemania había dado demasiado duro a España. Él dijo: 'esto es fútbol, ¿qué esperaban?' Pues yo diría algo parecido porque el actor político, en su servicio público, sabe a lo que se enfrenta. Y puede que su heroísmo, su fortaleza, sea precisamente saber enfrentar esa adversidad.

-¿Qué opina del plan del presidente Sánchez para regular los medios de comunicación y eliminar los bulos?

-Siempre he sido partidario de que el mercado se autorregule solo, pero creo que es necesario el debate. Hay que hablar de cómo hemos llegado hasta aquí, pensar lo que somos y cómo queremos seguir manteniendo la importancia de los medios en el futuro.

-También hay quien critica que alguien que fue responsable de comunicación del Gobierno del PSOE dirija ahora un medio de comunicación público.

-En los gabinetes de prensa hay periodistas. Todos conocemos a compañeros que han ido y han regresado y lo hacen con más riqueza de la que se fueron. En mi caso mi aportación son 41 años de trabajo de los cuales son 38 he estado en el periodismo. Por eso digo que soy un periodista, no soy otra cosa. En términos nuestros soy un plumilla.