Las pernoctaciones en pisos turísticos siguen al alza y alcanzaron los dos millones en 2023

Una estadística que centra su estudio en todos aquellos alojamientos que no sean hoteles ni campings, ya que considera que la información disponible para ambas modalidades «es suficiente y precisa». Lo que hace es solicitar a las plataformas datos, tanto de oferta como de demanda, de alojamientos que van desde los apartamentos turísticos, albergues turísticos, casas rurales… así como las viviendas de uso turístico, «cuyo crecimiento en los últimos años está vinculado a la economía colaborativa y al auge de estas plataformas», detalla el INE en el proyecto explicativo de la muestra.

Por eso, «hay que tener en cuenta» que se analizan todos los anuncios de las plataformas, «sin distinguir entre las viviendas turísticas legales o ilegales», comenta Jaime Paino, presidente de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Cantabria (Avutcan), un colectivo que nació ante el imparable crecimiento de este tipo de alojamiento y también ante la necesidad que tuvieron los propietarios de participar públicamente en el debate que ha surgido en los últimos tiempos sobre su legalización. Y añade: «Las viviendas fuera de Santander suelen ser casas más grandes, es verdad que registran menos noches ocupadas, pero el número de huéspedes es bastante mayor».

Desde la asociación también manejan sus propios datos. «Aquí en Cantabria la media de pernoctaciones por alojamiento varía entre las 90 y las 130 al año, aunque depende mucho de dónde esté situado», insiste el portavoz de este colectivo en la región. «En las zonas rurales o de playa la media es inferior, entre las 80 y 90 pernoctaciones, en torno al 30%». Mientras, Santander se encuentra en torno al 85%. «Hay que recordar que la mayoría de esas pernoctaciones se producen durante los meses de julio y agosto. El resto son migajas que se reparten entre la Navidad, algunos puentes, Semana Santa... Pero Santander maneja otras cifras respecto al resto de la región. Eso está claro», concluye Paino.

No es nada nuevo que el sector turístico critique la presencia de este tipo de alojamientos ilegales. Más aún cuando los últimos datos del INE reflejan que las estancias se redujeron un 4% en julio respecto al mismo mes del año pasado en los hoteles de Cantabria. Una situación que desde la Asociación de Hostelería achacan «al mal tiempo y a todas las viviendas ilegales de uso turístico que tenemos repartidas a lo largo y ancho de la comunidad», comentó Eduardo Lamadrid, presidente de la asociación.

Un contexto tenso que el Gobierno de Cantabria pretende regular con el futuro decreto de viviendas turísticas, aunque el borrador que presentó la Consejería de Turismo este mismo verano no convenció al sector porque interpretaba que «no cambia nada», sino que lo que hace es dejar total libertad a los municipios para prohibir los pisos turísticos o, por el contrario, no poner límite a su proliferación.