La «pesadilla» de un cántabro: de juzgado en juzgado por delitos que no cometió

«Por un mal consejo de su entonces abogado llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular asumiendo los cargos que suponían reconocer una agresión física, siendo condenado por un delito de lesiones. Desde entonces la pesadilla no ha parado», lamenta su actual letrado, Juan Gonzalo Ospina, un penalista reputado a nivel nacional, que por ejemplo representa a la familia de Edwin Arrieta, el cirujano asesinado en Tailandia, supuestamente por Daniel Sancho.

A raíz de esta condena, este abogado asegura que el demandante inició una «campaña de hostigamiento y acoso» contra su cliente, al que le han denunciado por daños, amenazas, quebrantamiento, lesiones y obstrucción a la justicia, acumulando una petición de penas de hasta veinte años de cárcel.

En una de esas demandas, al afectado le imputaban un delito leve de daños por el que fue juzgado en 2020. El denunciante aseguró haberle visto pinchando una de las cubiertas de su vehículo y abandonar el lugar en una bicicleta. Sin embargo, el cliente de Ospina fue absuelto al argumentar la defensa no solo la ausencia de pruebas de esa acusación, sino que el acusado se encontraba con un brazo vendado que le impedía poder conducir una bicicleta.

En 2021, este vecino de Cabezón de la Sal fue juzgado por un delito de amenazas del que también salió absuelto al constatarse que en el momento de los hechos estaba trabajando a varios kilómetros del lugar.

También ese mismo año tuvo que acudir al juzgado por una supuesta agresión con una barra de metal en la pierna izquierda del demandante, movido por el ánimo de influir por su condición de testigo en un procedimiento penal, denunciándole por un delito de obstrucción a la justicia y delito de lesiones del que también fue absuelto al no de mostrarse la autoría.

«La interminable lista de denuncias contempla un supuesto delito contra el patrimonio que finalizó, una vez más, con su archivo», apunta su letrado, que el lunes tuvo que acudir con su cliente de nuevo al Juzgado de lo Penal de Santander para otro pleito en el que el acusado se mostró seguro de su inocencia. Su abogado manifestó su «hartazgo» por lo que considera un «abuso» contra su cliente. Tras este juicio, el vecino afectado tiene previsto interponer una querella criminal contra las dos personas que le están demandando continuamente por varios delitos de lesiones psíquicas, falso testimonio y denuncia falsas por la que pedirán más de cinco años de prisión y una indemnización de más de 20.000 euros por los perjuicios ocasionados.

Ospina recuerda que el delito de denuncia falsa está recogido en el artículo 456 del Código Penal, entendiéndose como «aquel en el que una persona imputa ciertos hechos constitutivos de infracción penal a otra siendo consciente de su falsedad y/o ejecutando un temerario desprecio por la verdad», expone. Además, se trata de un «delito pluriofensivo». Esto quiere decir que no solo trata de perjudicar a un sujeto concreto, sino también a la propia Administración de Justicia, por lo que las penas oscilan entre los seis y los doce meses de prisión.

También se articulará un delito de falso testimonio, castigado con una pena de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses.