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Está diluviando y el fuerte viento en la punta de Raos mueve el agua en todas las direcciones. Por eso Álvaro González, conocido pescador en la zona, aún no ha sacado la caña. «He estado esperando a que pase lo peor del temporal pero ha ... habido un rato que he salido a ver cómo estaba todo y es cuando he encontrado su cartera entre las rocas con la bajamar». Es la documentación del pescador ahogado en Raos este domingo, cuyo cuerpo apareció flotando en el mar pasadas las tres y media de la tarde. González señala el lugar exacto donde hizo el hallazgo esta mañana, en una zona que habitualmente está cubierta por el agua porque hoy la marea es fuerte. «El mar la ha arrastrado hasta aquí y la he visto a primera hora. Así ya queda claro que era él».
En su caso apenas le conocía, pero las dudas sobre la identidad del fallecido -ya que nadie en toda la zona se atrevía a identificarle- quedaron resueltas esta mañana cuando la Guardia Civil comprobó el documento nacional de identidad (DNI). Luis Moreno Barros, de 60 años. Vecino del Alto de Maliaño y trabajador en la lavandería de Amica, en Torrelavega. «Nosotros le hemos visto el domingo por la mañana, cuando se adentraba en el sablón de Raos con botas altas porque la marea aún estaba un poco alta», relata González. Luis Moreno tenía predilección por lanzar desde ese enclave. «Luego nos fuimos a comer y cuando hemos vuelto, sobre las tres y media de la tarde, es cuando hemos visto aquí a la Policía, a los bomberos, la ambulancia, y a todo el mundo».
A esas horas ya habían encontrado el cuerpo. Nadie sabe a ciencia cierta lo que ha pasado. «Dicen que le ha dado un infarto. Puede ser. O eso o se ha caído al andar por las rocas del espigón de Raos, por donde tiene que acceder para llegar a esa zona de arenales. Cualquiera de esas dos cosas pueden ser; pero no ha podido ahogarse porque no había profundidad», cuenta este pescador. El cadáver fue trasladado ayer al Instituto Anatómico Forense para realizar la autopsia que determinará las causas de su muerte.
La familia identificó su cadáver ayer, domingo. Moreno no era muy conocido por la comunidad de pescadores de la zona pero tenía alguna amistad de toda la vida. Manuel José Colaso ha estado por Raos también desde primera hora de este lunes. Al recibir la noticia se quedó pálido. «No me lo creía. Le conocía de toda la vida», cuenta. «Sí que nos había extrañado que su moto estaba aún aparcada en Raos y nadie la había movido».
El funeral
Viudo y con tres hijas y varios nietos, el funeral de cuerpo presente se oficiará mañana, martes, a las cuatro de la tarde en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Maliaño. Después, su cuerpo será trasladado al crematorio San Juan Bautista.
«Era una muy buena persona. Pero no lo digo porque haya fallecido. Lo digo porque lo era de verdad», confiesa Manuel José Colaso con emoción en el rostro. «Iba con él muchas veces a la punta del sablón», la lengua de arena que está frente a Raos, un lugar elegido por muchos pescadores para lanzar el anzuelo. «Allí hemos cogido de todo, sobre todo lubinas». Lo describe como un hombre «muy recto y muy afable». Tenía un pequeño bote amarrado en la cooperativa de pescadores de Raos. «Un barquito que está hundido y que, por eso, hacía mucho que no usaba». «Igual no le conocía mucha gente pero los que éramos sus amigos le vamos a echar mucho en falta», confiesa Colaso.
Esta mañana en la punta de Raos los pescadores aguardaban en el interior de sus vehículos y continuaban preguntándose qué pudo sucederle a Moreno Barros para que se terminara ahogado en una zona que, en principio, no tiene ningún peligro.
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