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De las tres grandes costeras: la de verdel, la de bonito y la de la anchoa, solo faltaba por conocer la cuota de esta última para 2025. En el sector pesquero había buenos presagios con esta especie pues las campañas de los científicos divulgadas ... hablaban de una biomasa en niveles óptimos. Pero nunca se puede dar nada por hecho.
El cupo fijado ha llegado con sorpresa. La costera del bocarte se reducirá en un 7% la próxima campaña en el caladero del Cantábrico Noroeste, donde faenan los barcos de la flota cántabra. El TAC (Total Admisible de Capturas) pasará de las 33.000 toneladas en la actualidad a unas 30.600 toneladas. Esta rebaja, que afecta a embarcaciones de España y Francia, supondrá unos 2 millones de kilos menos de bocarte a capturar para la flota de nuestro país.
30.600 toneladas
de bocarte podrá capturar la flota del Cantábrico Noroeste en 2025 frente a las 33.000 de este año.
La decisión ha cogido por sorpresa al sector que ve como «algo malo» este inesperado recorte, según manifestó ayer a Europa Press el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, César Nates. La asignación se sustenta en el informe emitido por el Consejo Internacional para la Exploración del MAR (ICES) que ha recomendado esta rebaja y que «va a misa». Este estudio rompe la tendencia de la última década, en la que se había mantenido el TAC de este caladero de anchoa a excepción de 2020, cuando bajó «un poco», en torno a un 4 ó 5%. Ahora, la disminución es del 7%, que no es una caída «exagerada» o «para rasgarse las vestiduras», pero sí una noticia que preocupa a los pescadores, al ser la costera «más rentable» y sobre todo, porque «no contábamos con ella».
Y es que diferentes estudios publicados sobre la biomasa de esta apuntaban que estaba «bien». Es por ello que el propio Nates en busca de una explicación para esta disminución intentó ayer contactar sin éxito con el Ministerio de Pesca. En cualquier caso, se trata de una decisión firme y a la flota no le queda otra alternativa que acatarla. Lo que ocurre es que llueve sobre mojado.
A esta leve merma en la cuota de la anchoa, se suma la reducción de un 22% en la pesquería del verdel o caballa, que no es baladí teniendo en cuenta que ya este año se había menguado en un 23%. A esta situación se ha llegado, tal y como ha venido denunciando el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, por la sobrepesca que están ejerciendo los países extracomunitarios (Noruega, Islandia, Islas Feroe y Gran Bretaña), que no cumplen los acuerdos y rebasan los cupos establecidos. Ante esto Nates, espera que la Unión Europea sea «beligerante» y adopte medidas contra esta práctica ya que, alerta, puede provocar «riesgos» sobre el stock disponible. De hecho, la biomasa del verdel no para de caer y se teme que el ICES pueda recomendar captura cero para 2026.
La otra costera que sustenta al sector, la de bonito, por suerte, se mantiene en 22.361 toneladas para el próximo ejercicio.
El sector sí que valora positivamente que el próximo año vuelva a haber pesca dirigida de chicharro o jurel, tras dos años de TAC cero, permitiéndose únicamente la captura accidental. No obstante, la cuota para 2025 en la zona de la octava C, en la que faena la flota cántabra, es de 8000 toneladas, la «mitad» que en 2022.
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