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Sábado, 9 de julio 2022
El gráfico que acompaña esta página se basa en la incidencia acumulada en los últimos siete días en los mayores de sesenta años. Es importante ... aclararlo desde el principio. Con el actual sistema de conteo, el efecto sobre ese grupo de edad –y sólo ese– es el único dato disponible. No hay otro. Por eso, cualquier comparación con el resto de etapas de la pandemia debe centrarse en ese grupo. Dicho esto, salta a la vista que el número de contagios en lo que va del octavo gran repunte está ya próximo a alcanzar al sexto tirón. El de la irrupción de Ómicron y las Navidades. El de los números, en cuanto a infección, disparados. ¿Será igual en consecuencias? «Todavía no estamos en el mismo dato de incidencia, pero todo apunta a que será igual o mayor. Pero en cuanto a la comparación hospitalaria, el pico de la sexta ola fue de 167 personas ingresadas. Ahora estamos por encima de ochenta. A medio camino. No está claro que llegue a esos números. Mi pronóstico es que no lo hará, pero tampoco puedo descartarlo». Lo dice Reinhard Wallmann. ¿De qué depende? De dónde se sitúe el pico. Con la experiencia de las anteriores ondas, el responsable de Salud Pública lo fija «en una o dos semanas». En función de eso –de que se prolongue más o no– los efectos serán mayores en hospitales, gravedad (por pura estadística en los más vulnerables) y fallecidos. Por ahora en muertes están muy por debajo. Desde el 14 de junio, que se marca el comienzo de esta última ola, se han notificado trece defunciones por covid.La séptima onda dejó 93 víctimas, frente a las 200 vidas que se llevó la sexta.
El presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos (que además es jefe de servicio en Valdecilla), no entiende que ya no dispongamos de datos de la población en general. Que sólo tengamos el de los mayores de sesenta. «Conocer bien la situación nos viene bien a todos».
Incidencia disparada
Por 'traducción', estima que los índices de incidencia acumulada a catorce días que manejamos estos días en el grupo de más de sesenta suponen «estar por encima de una tasa de 3.000 para la población en general». «Esa cifra seguirá subiendo y veremos hasta cuándo», coincide con Wallmann.
Aunque se trate de contextos muy diferentes, la hemeroteca ayuda en la comparación. Las páginas del periódico del 10 de julio de 2021 –hace justo un año– se hacían eco del récord de contagios en un día (358, por entonces, superado ampliamente en los meses siguientes y muy por debajo de las cifras actuales). La incidencia a catorce días estaba en 438 y, a siete, en 281. Por entonces, la variante Delta estaba a punto de imponerse, se abrieron nuevos coroautos, la preocupación estaba en el rastreo y en seguir vacunando lo más rápido posible y Revilla pedía que se rectificara sobre el alivio en el uso de mascarillas en exteriores. Sólo un día antes se apuntaba en El Diario que en Cantabria había 3.875 personas en cuarentena domiciliaria tras dar positivo y otras 7.000 por contacto estrecho (el contexto, conviene insistir en ello, era radicalmente distinto al actual, cargado de normas y de regulación).
Luego –la historia es bien conocida– llegó la explosión con Ómicron, que alcanzó registros récord y colapsó la red de rastreo y de Atención Primaria. En el periódico del 9 de enero, por ejemplo, nada más acabar las fiestas, se recogían los 2.011 contagios registrados dos días antes y la incidencia general en la población a siete días era de 1.887 casos por cada 100.000 habitantes.
Conviene leer una reflexión general. Más allá de números concretos. «Todos nos vamos a infectar, en general. Con esta variante o con la que sea. Vamos a tener variantes cada dos o tres meses, como estamos viendo, y cada seis, algún susto. Por eso es probable que en septiembre aparezca otra y en Navidades, otra. Aunque ya sabemos que es difícil hacer previsiones porque es un virus que está mutando continuamente. Es como una carrera de Fórmula Uno. Por eso, el objetivo que buscamos es una vacuna 'pancoronavirus', que proteja independientemente de las variantes. Pero aún estamos lejos de eso», resume López Hoyos.
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