Piden más de cien años de cárcel a cuatro hombres por una violación grupal en la Semana Grande de 2022

La Policía Nacional, que no ha informado de lo sucedido durante todo este tiempo, se justificó ayer señalando que «se decretó el secreto del sumario y que la víctima era vulnerable». Si embargo, fuentes del caso certificaron a este periódico que «en ningún momento se decretó secreto de sumario». Tampoco se han pronunciado al respecto en este más de año y medio transcurrido ni el Ayuntamiento de Santander ni la Delegación del Gobierno.

Los hechos se remontan al 30 de julio de 2022, en plena Semana Grande de Santander. La víctima, según el escrito de acusación del fiscal al que ha tenido acceso El Diario Montañés, se encontraba de «fiesta» en El Niño Perdido, un 'after' de la calle Moctezuma de la capital cántabra. La joven, que había consumido grandes cantidades de alcohol (dio 1,22 gramos/litro en sangre), cocaína y cannabis, entre otras sustancias, abandonó el local al filo de las doce y media del mediodía «en un considerable estado de intoxicación». Fue «convencida» por uno de los cuatro detenidos para que les acompañara hasta el domicilio en el que residían dos de ellos, también en Santander.

Allí continuaron bebiendo. La víctima accedió «voluntariamente» a entrar en una habitación con uno de los detenidos. «Sin embargo, de forma inesperada, mientras la joven se besaba con él» entraron otros dos. «Sin más contemplaciones, con ánimo libidinoso, comenzaron a tocar su cuerpo, dejándola semidesnuda al levantarle el vestido y enrrollándoselo a la cintura».

El fiscal explica que la víctima «en ningún caso quería mantener relaciones sexuales», que se quedó «paralizada en estado de shock», momento en el que dos de ellos la llevaron hasta la cama, la tumbaron boca arriba y, sin protección, uno de ellos la penetró vaginalmente. Entonces, entró el cuarto acusado a la habitación que «con ánimo lúbrico se sumó a dicho acto sexual pese a la voluntad contraria» de la joven, que también fue «penetrada analmente». Hubo un quinto implicado, que no ha podido ser identificado, que según el relato de la víctima la obligó a hacerle una felación.

El fiscal insiste en su escrito que ella «tenía las facultades muy disminuidas (por el consumo de alcohol y drogas), nunca quiso tener relaciones sexuales, pero se vio rodeada de cinco varones casi desconocidos de fuerte complexión en el reducido espacio de un dormitorio». Por esta razón, continúa, «permaneció inmóvil dejándose hacer mientras los acusados la desplazaban y movían para penetrarla, permaneciendo incluso buena parte del acto con los ojos cerrados por miedo».

Trató de huir, pidiendo ayuda a uno de los acusados, al que había conocido en el 'after'. Este se negó. La joven abandonó la vivienda junto a tres de los acusados. La acompañaron hasta la estación de autobuses, donde se subió rumbo a su domicilio en compañía de dos de ellos.

Al llegar a la parada, E.N.N la sujetó del brazo «impidiéndola bajarse, con la intención de convencerla para que les acompañase a su casa».

El escrito de acusación recoge que aceptó «dado su estado de shock». La joven, que había llamado a una amiga para alertarla de lo sucedido, trató de escapar del domicilio de E.N.N., según la acusación, después de que tratase de violarla de nuevo y aguantándola por la fuerza para que no escapase. Consiguió zafarse y reunirse con su amiga. Fue atendida en el Hospital Valdecilla, donde le detectaron marcas en las areolas en los pechos, hematomas en las piernas y lesiones y erosiones en los genitales.

El 1 de agosto de 2022 denunció los hechos. Cuatro días después, la jueza Mercedes Compostizo envió a prisión provisional a tres de los acusados, E.N.N., J.P.N. y B.C., y al cuarto, J.C.C., el 30 de septiembre.