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El PRC de 2021 es mucho más que Miguel Ángel Revilla. Esa es la idea que quiere transmitir el presidente regional y secretario general del ... partido que desde las últimas elecciones locales y autonómicas ostenta la mayor cuota de poder en Cantabria. El jefe del Ejecutivo lleva tiempo tratando de vender a la ciudadanía que detrás de esas tres siglas hay muchos más nombres que el del líder y que el trabajo interno de organización que ha venido haciendo desde que puso en marcha el proyecto político en 1978 junto a un puñado de colegas –sólo él ha permanecido desde el principio y sigue al pie del cañón desde entonces– ha servido para acabar con el personalismo, seña de identidad de los primeros 40 años de historia del regionalismo cántabro. Que hay una cantera preparada para cuando Revilla dé un paso atrás. «Una pila», dice. Muchos entre los que elegir, a su juicio, con igual valía y formación que el actual.
El propio presidente insistió en ese mensaje el pasado martes en un acto con la Asociación de Mujeres Empresarias. Pero que haya perfiles esperando a ver cómo se desarrollan los acontecimientos no quiere decir que el proceso sucesorio se abra de forma inminente. El líder regionalista es experto en jugar con las especulaciones al respecto y desde el inicio de la legislatura venía insistiendo en que hay muchas probabilidades de que sea la última. Aunque no es la primera vez, a sus 78 años, parecía hacerlo con algo más de convencimiento. Esta semana dejó más espacio a la duda –casi apuntó a lo contrario– al recordar que su tirón electoral puede ser determinante en caso de que la contienda sea ajustada. «En que esté o no hay algún voto de diferencia», afirmó en ese foro en el que también enumeró algunos de los posibles suplentes.
Puso como ejemplo a sus consejeros y se acordó de todos ellos. Para no dar pistas sobre sus preferencias. No dijo nada que haga pensar que en la primera línea de salida se encuentran los titulares de Industria, Presidencia y Ganadería, no necesariamente –o sí– por ese orden. Hasta el regreso a la vida política de Javier López Marcano, que ha estado en todos los gobiernos bipartitos –con PP, primero y con PSOE, después– y junto al fallecido Rafael de la Sierra ha tenido el cartel de 'eterno delfín', una de las que tenía más papeletas era Paula Fernández Viaña, discípula precisamente de De la Sierra y la que asumió su consejería en junio de 2019.
Ambos tienen poder en el Gobierno y también en el partido, como números dos y tres, respectivamente, del PRC. Y algo similar ocurre con el que completa la terna: Guillermo Blanco. La sombra durante años de Revilla como fiel jefe de gabinete recibió un premio a su fidelidad con la entrada en el Ejecutivo y desde el inicio de la legislatura ha tenido una intensa agenda pública recorriendo todos los rincones de la comunidad autónoma.
La consejera de Educación, Marina Lombó, el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa... Como «fenómeno»calificó el secretario general del PRC este martes, dentro de esa quiniela de nombres, a José María Mazón, el exconsejero que logró hace dos años uno de los grandes anhelos del regionalismo, llevar 'la voz de Cantabria a Madrid' a través de un escaño en el Congreso de los Diputados.
«Tenemos un gran equipo y yo me siento orgulloso», dijo Revilla antes de recordar que el PRC logró tras los últimos comicios locales 44 alcaldías de las 102 en liza. Ahí, en los ayuntamientos, está parte de la nueva generación del regionalismo con aspiraciones y perfil propio de cara al futuro. En Torrelavega, la principal ciudad de Cantabria en manos del PRC, y en otros núcleos de la comarca del Besaya que tradicionalmente eran socialistas en los que sus alcaldes llegaron en 2015 casi de rebote y en los que cuatro años después cosecharon holgadas mayorías absolutas. Es el caso de Polanco con la también diputada Rosa Díaz o de Reocín, gobernado por Pablo Diestro, al que Revilla ha elegido para estar al frente de la Federación de Municipios de Cantabria.
Las incógnitas, en un sentido o en el contrario, tendrán que resolverse como tarde en septiembre de 2022. Ese es el momento en el que el PRC celebrará su congreso para renovar la dirección y el momento que ha fijado el secretario general –dice que uno de los motivos para seguir en la pelea sería el riesgo de que la ultraderecha entre al Gobierno– para deshojar la margarita.
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