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Quienes llegaron al Canela apenas unos minutos antes de que comenzaran las charlas de Jesús Marco de Lucas, Juan Antonio Cuesta Albertos y Pablo Albella Echave tuvieron que conformarse con seguirlas desde una esquina o encaramados en la escalera de acceso al bar. Hubo lleno total en el local de Cañadío donde transcurrió la última actividad divulgativa del festival 'Pint of Science' en Santander. Sin soltar la cerveza, el público se apretó todo lo que pudo para seguir las explicaciones de los científicos sobre el funcionamiento del cerebro, los modelos computacionales o las curvas estadísticas.
Jesús Marco abrió la tanda divulgativa. Es científico del Instituto de Física de Cantabria, que además dirigió entre 2004 y 2007, y exvicepresidente del CSIC. Y, sobre todo, es un gran conocedor del vínculo entre la computación y el funcionamiento del cerebro. Armado con una colección de transparencias, el miércoles lo demostró explicándoles a los presentes cómo funcionan las conexiones neuronales en un órgano que, cómo no, es «extremadamente complejo». Habló de la relación del cerebro con la inteligencia artificial, con los ordenadores y con nuestros recuerdos –la memoria, tan certera como ilusoria–, y lo hizo vestido con la camiseta oficial del 'Pint of Science', un festival internacional que lleva la divulgación científica a los bares desde hace más de una década. Sí, a los bares, a las cafeterías y a los restaurantes, donde la gente puede disfrutar de una charla divulgativa mientras toma una bebida y unos maíces fritos. La idea original es de un grupo de científicos británicos, de ahí probablemente lo de la pinta, pero en la versión local, además de cañas de cerveza, la gente bebe refrescos, calimocho o vino a secas.
La fórmula del 'Pint of Science' es sencilla, pero a la vez entraña un pequeño cambio de paradigma. Las instituciones científicas y los propios investigadores se han ido comprometiendo más y más con la divulgación, alejando la ciencia de lo umbrío y lo misterioso. La pandemia ha sido un claro ejemplo de cuán provechoso resulta que los científicos cuenten lo que saben –y lo que aún desconocen– a la ciudadanía. Pero, más allá de los atriles y los medios de comunicación, la ciencia se ha decidido a llegar donde está la gente. A los bares, por ejemplo.
«Es importante que la sociedad pueda confiar en sus científicos; que sepa que podemos resolver problemas que en el futuro pueden ser relevantes», apoya Jesús Marco. Él ha sido uno de los 34 investigadores de la Universidad de Cantabria que ha participado en el 'Pint of Science 2023', el festival que durante tres días se celebra simultáneamente en 58 ciudades españolas. En Cantabria, y bajo coordinación de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la UC, ha dado pie a charlas sobre prehistoria, cambio climático, nanorrobótica o genómic en nueve locales de Santander, Castro Urdiales y Torrelavega, ciudad esta última que se ha estrenado en esta edición. La UC calcula que en las actividades celebradas entre el 22 y el 24 de mayo ha participado medio millar de personas. Un buen puñado estaban la tarde-noche del miércoles en el Canela.
Jesús Marco se empleó en la tarea de explicar cómo la «eficiencia» del cerebro es un espejo en el que se 'mira' la computación. Y además de proyectar la ciencia hacia el futuro, hacia las revoluciones que están al caer, también volvió la vista atrás hasta Santiago Ramón y Cajal, artífice de la neurociencia moderna y cuyos dibujos del cerebro son patrimonio de la humanidad. «Creo que aún no somos conscientes del papel que jugó» el «mejor científico español» de la historia, sostiene Marco de Lucas. A día de hoy, en los artículos de 'Nature' se siguen citando sus trabajos dada la «importancia» de su detalladísima descripción de las conexiones neuronales. Y eso el Nobel lo logró hace algo más de un siglo y únicamente al microscopio.
El bar seguía hasta la bandera cuando llegó el turno de Juan Antonio Cuesta y Pablo Albella, de los departamentos de Matemáticas, Estadística y Computación, y de Física Aplicada de la UC, respectivamente. '¿Necesitas analizar curvas? Déjame ayudarte' planteó el primero; 'Robots que viajan por el cuerpo dirigidos con luz' tituló su charla el segundo. El público siguió con atención sus explicaciones entre sorbos de cerveza o apuntes a vuelapluma en servilletas de papel.
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