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Tras un mes de huelga general indefinida, la plantilla de Fresenius Medical Care, empresa concesionaria de la diálisis del Servicio Cántabro de Salud (SCS), vuelve a salir a la calle. El personal se ha concentrado este lunes por la tarde frente el Parlamento de ... Cantabria coincidiendo con el pleno semanal «para que los parlamentarios vean y escuchen cuál es la situación que padecen los trabajadores», ha señalado José María Fernández, responsable del sector de Sanidad Privada de UGT en Cantabria. Pero también para reclamar su mediación en las negociaciones entre empleados y empresa cuyas posturas están «en un abismo», ha añadido. Y es que el motivo detrás del parón -que de momento no tiene fecha de finalización- es «la falta de diálogo con la adjudicataria que no se sienta a negociar las condiciones laborales», ha resumido.
Entre las condiciones «precarias» que denuncian los trabajadores, preocupa especialmente la falta de recursos humanos y su impacto en el servicio que prestan a los pacientes. «Sobre todo preocupan los ratios y la forma de trabajar», añade Fernández. Según las condiciones, debería haber una enfermera por cada cuatro enfermos mientras que ahora «la mayoría de los días atienden a 7 u 8 enfermos». Con este conflicto sobre la mesa, la semana pasada hubo una inspección de trabajo «y ya dijeron que se estaban cometiendo ilegalidades», ha explicado el responsable de UGT. Ahora están pendientes de que la inspectora levante un acta que, esperan, «sea sancionadora».
Los profesionales también están a la espera de que se resuelva un nuevo pliegue de condiciones que «está paralizado». Según ha informado la Consejería de Sanidad al sindicato, ya se han presentado cuatro empresas. El proceso seguirá avanzando con el objetivo de intentar que se ejecute antes del mes de mayo.
En cualquier caso conviene recordar que el parón no está afectando a los pacientes porque al tratarse de un servicio esencial está garantizado el servicio mínimo al 100%, turnos que se cubren con el propio personal de la empresa. Aunque hay departamentos «como el de oficina que no debería estar en ese porcentaje», ha recordado Fernández. No obstante, al estar en huelga, «por lo menos los trabajadores no doblan los turnos ni hacen horas extraordinarias» porque está prohibido al igual que no está permitido hacer contratos y se paralizan los permisos y las vacaciones. Por eso la idea es continuar con la huelga indefinida que «solo terminaría si viéramos visos de negociación, pero no hay nada».
La situación es tal que incluso algunos pacientes se han sumado esta tarde a la movilización. «Todo lo que a ellos les va mal, nos afecta», ha resumido Esperanza Abollo que lleva siete años con la diálisis. El incumplimiento de los ratios hace que se retrasen los turnos y que por ejemplo ella salga del tratamiento «a las doce de la noche», pero se da cuenta de que los trabajadores «no dan a basto». Por eso acude a las protestas, por «compañerismo», ha señalado.
Las protestas por sus «precarias» condiciones de trabajo no son nuevas. Ya en enero se movilizaron frente a la sede de la empresa en Peñacastillo, Santander. Unas protestas que también trasladaron a la Consejería de Sanidad exigiéndole su mediación. Todo tras haber intentado sentarse a negociar desde octubre del año pasada, pero por el momento la empresa no ha hecho el más mínimo gesto por querer sentarse.
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