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Cantabria ha ganado población en el primer trimestre del año. Concretamente, 469 habitantes más de los que había el 1 de enero. Ahora residen 588.998. Es un buen dato, aunque encierra sus matices. Al echar un vistazo a la Estadística Continua de Población ... del Instituto Cántabro de Estadística (Icane) -publicada ayer por primera vez-, se aprecian ciertos matices. El crecimiento, que además encadena cuatro trimestres consecutivos, viene impulsado principalmente por la llegada de ciudadanos extranjeros (1.282), que contrasta con la salida de españoles (813). Por tanto, son los inmigrantes foráneos los que sostienen el alza.
Cantabria puede apoyarse en la teoría del vaso para explicar este fenómeno. Los más optimistas lo verán medio lleno. La región no para de crecer desde el segundo trimestre del año pasado. Desde entonces, ya son 3.380 personas más las que residen aquí de forma habitual. Los pesimistas, en cambio, lo verán medio vacío porque hay un dato preocupante. Casi la mitad de los que se marcharon tiene entre 40 y 44 años. Según los datos del Icane, fueron 461 personas, más de la mitad del total de los emigrados. De ahí, la preocupación, porque es una franja crítica que engloba a una generación ya formada y con experiencia laboral en la mayoría de los casos. Una de las más apetecibles para el mercado. Las empresas necesitan con urgencia mano de obra cualificada. Se han hartado de decirlo durante la campaña electoral las diferentes formaciones políticas. De hecho, muchas de ellas han prometido impulsar la Formación Profesional (FP) para atender la necesidad de trabajadores.
Antes que los políticos, fue la patronal quién lanzó el grito de auxilio. El lunes lo volvió a situar en el debate el presidente nacional de la CEOE, Antonio Garamendi. «En España, por el motivo que sea, hay tres millones y medio de parados y la realidad es que, sin embargo, nos falta gente para un montón de sectores. Estoy hablando de la construcción, la hostelería, la automoción...», afirmó rotundo.
La pirámide poblacional de Cantabria necesita engordar por debajo. Ahí el estudio del Icane revela otro dato esperanzador. El mayor aumento en la región en este primer trimestre se produjo en el grupo de edad que va de los 20 a los 24 años. Creció un 1,37%. En términos absolutos, 365 habitantes. Pero también lo hizo por arriba. El segundo sector que más creció fue el de 75-79 años, que aumentó un 1,35% (348 personas).
El instituto público también hace balance de los motivos del aumento de habitantes en Cantabria. «Es consecuencia de la población extranjera», afirma. En concreto, un 3,1% (1.282 personas). «Por el contrario, la población española se redujo en un 0,15%: 813 vecinos menos», recalca el estudio. En términos absolutos, el 1 de abril residían 545.829 ciudadanos españoles y 43.169 extranjeros.
El nivel de detalle de la Estadística Continua de Población (ECP) describe incluso los lugares de procedencia de los nuevos habitantes de la región. Principalmente, vinieron de Colombia (450), Perú (350) y España (160). En cuanto a las salidas, entre enero y abril se marcharon, por este orden, españoles (160), colombianos (60) y rumanos (30).
Otro de los aspectos que analiza la estadística es la relación entre hombres y mujeres. La tasa de masculinidad se sitúa en el 48,45%. Por tanto, actualmente residen más mujeres que hombres en Cantabria. «Por edades, se registran marcadas diferencias. Hasta los 34 años, el número de hombres es superior al de mujeres. En el grupo de 10 a 14 años es donde se encuentra la mayor diferencia, con 976 niños más que niñas, consecuencia de la ratio al nacer, ya que son más hombres que mujeres», explica. «Por otro lado, a partir de los 50 años son mayoría las mujeres. La mayor diferencia se da en el grupo de más de 90 años, consecuencia de la mayor esperanza de vida de ellas», concluye el instituto público.
Los datos que ayer publicó el Icane corroboran la tendencia del principal núcleo de población de la región: Santander. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejó que a 1 de enero de 2023 la capital tenía 172.606 habitantes, 913 más que el mismo día pero de 2022. El dato es el segundo mejor de los últimos siete años, lo que permite a la ciudad recuperar la senda de crecimiento que había iniciado en 2018 y que quebró de golpe la pandemia.
El aumento, extraordinario para una ciudad de pequeño tamaño como es Santander, llegó además tras un año marcado por el exceso de mortalidad que se produjo en la región (7.044 defunciones en 2022, un repunte del 16,79% respecto a 2021), que tiró por tierra todas las estadísticas demográficas.
Por contra, Torrelavega perdió población el año pasado. No fue mucha -95 vecinos, concretamente-, pero continua con la tendencia descendente iniciada en 2009 cuando llegó a contar con casi 56.000 habitantes. Desde entonces, lucha por tratar de remendar la sangría y no bajar de la barrera de los 50.000. El 1 de enero de este año residían, según el INE, 51.142 personas.
La población de Cantabria creció, sí; pero lo hizo bastante menos que la media nacional. Lo hizo un 0,08% en el primer trimestre del año, tres veces y media menos de lo que lo hizo el conjunto nacional (+0,28%), según la Estadística Continua de Población (ECP) publicada ayer por Instituto Nacional de Estadística (INE) por primera vez para proporcionar cuatro veces al año una estimación provisional sobre la evolución de la población.
Según este informe, del 1 de enero al 31 de marzo se estima que los habitantes del país aumentaron en 15 comunidades autónomas. Entre ellas, Cantabria que, sin embargo, se anotó el tercer menor aumento tras el 0,02% de Castilla y León y el 0,07% de Asturias.
Las mayores subidas en términos relativos se dieron en la Comunidad de Madrid (0,60%), Comunidad Valenciana (0,54%) y Cataluña (0,46%), mientras que la población descendió en Extremadura y en Galicia.
Por otro lado, las principales nacionalidades de los inmigrantes que llegaron a España durante el primer trimestre de 2023 fueron la colombiana (44.300 llegadas), la marroquí (23.200) y la venezolana (21.500).
Por su parte, las nacionalidades de emigrantes más numerosas fueron la española (con 11.500 salidas), la marroquí (8.400) y la rumana (7.700).
En lo que respecta a Cantabria, vinieron de fuera principalmente colombianos (450), peruanos (350) y españoles (160). Y se fueron de la región, por este orden, españoles (160), colombianos (60) y rumanos (30).
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