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Cantabria se acerca a su récord histórico de población: según los datos provisionales de la Estadística Continua de Población que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), la región contaba, a 1 de julio de este año, con 591.546 habitantes, lo que supone ... un aumento de más de 3.000 personas respecto a 2023, el mayor crecimiento de los últimos años. El máximo de población, como reflejan los datos del INE, se alcanzó en 2012, cuando el número de cántabros llegó a los 592.387.
Este notable aumento de población se produce a pesar del saldo vegetativo negativo que Cantabria viene encadenando de forma continuada desde hace trece años, con una cifra de defunciones claramente superior a la de nacimientos. De hecho, la diferencia entre ambos fenómenos demográficos tocó techo en 2022, cuando se registraron 6.767 muertes y únicamente se dio la bienvenida a 3.224 nuevos paisanos, lo que supone un balance negativo de 3.543 personas, un resultado peor incluso que el obtenido en 2020 y 2021, pese al efecto de la pandemia de covid. Aunque el fenómeno se atenuó durante 2023, la diferencia entre alumbramientos y óbitos siguió siendo grande: 3.148 frente a 6.031, con una pérdida de 2.883.
La explicación al aumento sostenido de población que viene experimentando Cantabria desde 2017 hay que buscarla en la emigración, que crece también de año en año y compensa el desequilibrio entre nacimientos y defunciones. En Cantabria, a 1 de enero de 2023, el número de residentes de nacionalidad extranjera se situaba en 41.711, un 13% más que a 1 de enero de 2022, lo que se traduce en un aumento total de 4.787 residentes, cifra muy superior a la registrada en 2021, 1.112 personas.
Al aumento de población constatado por el INE este mes de julio respecto al año pasado, de 3.159 personas, hay que sumar las llegadas necesarias para cubrir el saldo vegetativo negativo, de -2.883, lo que arroja un resultado de 6.042 nuevos habitantes. En realidad, esta cifra de 6.042 personas corresponde al saldo migratorio, esto es, la diferencia entre inmigración y emigración, lo que quiere decir que el número de recién llegados es aún mayor.
El peso de la población extranjero sigue avanzando, imparable: si el año pasado suponía el 7,49% respecto al total, con los datos más recientes el porcentaje ha subido ya hasta el 7,86; de los 591.546 habitantes de la región, 545.035 son españoles y 46.511, extranjeros.
El trabajo del INE ofrece también información sobre los países emisores de los emigrantes que llegan a Cantabria. Durante el segundo trimestre de 2024, Colombia (460 personas), Perú (370) y Venezuela (140), han sido los principales puntos de partida de los recién llegados a la Comunidad Autónoma. Si se atiende a la nacionalidad de las personas llegadas del extranjero en este periodo de tiempo, las cifras cambian: los colombianos siguen encabezando la lista, con 450 ciudadanos, seguidos por los peruanos (360), y el tercer lugar lo ocupan los españoles retornados de otros países (190).
Respecto a la nacionalidad de los emigrantes, un informe del Instituto Cántabro de Estadística (Icane) señala que, a fecha de 1 de enero de 2023, son más numerosos los procedentes de países americanos, que entonces representaban el 45,5% del total. Los de países europeos suponen un porcentaje del 38,5%. El resto de nacionalidades cuentan con valores bastante menores: África, un 10,5%, Asia un 5,2%, Oceanía apenas un 0,1% y los apátridas son el 0,2%.
Por países, el colectivo más numeroso es el de Rumanía (13,2% del total de extranjeros), seguido de Colombia (13%), Perú (8,3%), Moldavia (5,5%) y Marruecos (5,4%).
La población española aumentó algo más de un millón de habitantes en sólo dos años, un ritmo de crecimiento desconocido desde principios de siglo, cuando el país vivía inmerso en una bonanza económica y era un imán de cara al exterior.
El 1 de julio pasado había 48.797.875 residentes censados, 67.367 más que el trimestre anterior. Un nuevo máximo histórico, según los datos de la Estadística Continua de Población del INE. Estas cifras permiten ya pronosticar que España alcanzará los 49 millones de habitantes hacia la próxima primavera. La razón del incremento no precisa debates. Se debe en exclusiva a la fortísima llegada de extranjeros, especialmente desde el verano de 2022, coincidiendo con la recuperación de la economía y del empleo tras la crisis económica y social desatada por la pandemia de coronavirus.
La inmigración está paliando el invierno demográfico de los nacidos en España, entre los que en el último lustro ya es normal que haya más muertes que nacimientos.
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