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Hay que tener en mente el organigrama de un ministerio. Por debajo del jefe supremo del departamento está su responsable de gabinete y los titulares de las diferentes secretarias de Estado, que a su vez pueden dividirse en direcciones generales antes de ramificarse en otros ... puestos de carácter más o menos técnico o político. Una de esas direcciones generales –concretamente la de Memoria Democrática– es la que ostenta desde su nombramiento el pasado martes la campurriana Zoraida Hijosa, que en la anterior legislatura ocupó el puesto análogo en el bipartito regional. Un salto cualitativo para la socialista que el PSOE de Cantabria ha celebrado como un gran triunfo, casi como si se tratara de una cartera ministerial, cuando en realidad es el tercer nivel de la administración estatal. Quizás porque entre los 691 altos cargos –ese es el dato oficial que da el propio Ejecutivo central– que suman la Presidencia del Gobierno y los ministerios solo ese tiene acento cántabro.
A día de hoy Hijosa es la única representante de la cuota cántabra en Madrid, pero desde su partido explican que es más que probable que, detrás de la responsable de Memoria Histórica, un segundo miembro del PSOE de Cantabria haga las maletas rumbo a la capital en las próximas semanas. El secretario general de los socialistas, Pablo Zuloaga, está aprovechando las conversaciones con los nuevos ministros –el pasado fin de semana en la convención de Coruña y más recientemente durante la feria de turismo Fitur– para tratar de hacerse con alguno de los puestos que aún siguen sin cubrir en los ministerios. Será en los departamentos en manos del PSOE porque por ahora en las áreas que gestiona Sumar (Trabajo, Cultura, Sanidad, Derechos Sociales y Juventud) no hay nadie con acento cántabro, tal y como apuntan tanto desde los propios partidos como desde la Delegación del Gobierno.
La Memoria Histórica es un asunto que cuida con especial interés el PSOE. El ministro Ángel Víctor Torres ha elegido como 'segunda' de su secretario de Estado a la exdirectora general de esta misma materia en Cantabria durante el bipartito. En la región elaboró una ley que ahora PP y Vox quieren corregir.
Pese a las polémicas que se han producido alrededor de las encuestas del CIS y sus cambios de metodología, el presidente de la institución se mantiene en el puesto. Tezanos, sociólogo de reconocido prestigio, es una figura de la plena confianza de Pedro Sánchez, que también lo tuvo en la Ejecutiva Federal del PSOE.
Fue concejala en el Ayuntamiento de Vega de Pas. Durante la etapa de Eva Díaz Tezanos trabajó para el PSOE de Cantabria. Con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa y gracias a sus vínculos con personas de la dirección socialista ha tenido diversas responsabilidades intermedias en la SEPI y en Correos.
Además del bajo peso específico relativo que tiene Cantabria a escala nacional –lo mismo ocurre, por ejemplo, con la región de La Rioja–, otro de los motivos que explican el reducido número de cántabros en el Gobierno es que tampoco hay ningún cántabro al frente de las carteras. Porque es común que los ministros se rodeen de personas de su confianza con la que han trabajado en etapas anteriores, antes de su salto a Madrid, en el ámbito local o autonómico. No solo ocurre en esta legislatura, sino que desde que llegó Pedro Sánchez a La Moncloa hace cinco años y medio no ha reservado ningún asiento para un cántabro en el Consejo de Ministros.
No siempre ha sido así. Aunque represente poco más del 1% del territorio nacional y casi la misma proporción de la población española, la presencia de políticos de la comunidad autónoma al frente de los departamentos no ha sido ni mucho menos excepcional. Sólo en la actual etapa democrática la región ha tenido hasta cuatro representantes en lo más alto de las carteras: Alfonso Osorio (UCD), el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba –tanto con Felipe González como con José Luis Rodríguez Zapatero– y los populares Isabel Tocino e Íñigo de la Serna, el último como titular de Fomento con Mariano Rajoy.
Tampoco es que la presencia de cántabros sea muy relevante en el ámbito de las empresas públicas y el entramado institucional de la administración estatal, cuyos directivos también se eligen por designación directa. El más relevante, tanto por presencia mediática como por posición en el escalafón, es José Félix Tezanos, presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Nacido en Santander, hay que decir que si hablamos de acento cántabro, a él le queda ya poco, porque toda su trayectoria profesional la ha desarrollado en Madrid. Político y sociólogo, Tezanos había ocupado ya puestos de relevancia en el PSOE Federal antes de recibir este último encargo por parte del presidente.
Y acento cántabro mezclado con vasco tiene Leire Díez. Nacida en Vizcaya, esta licenciada en Ciencias Sociales e Información fue concejala en una de las épocas más convulsas que ha vivido el Ayuntamiento de Vega de Pas. Actualmente es directora de Relaciones Institucionales y Filatelia en Correos, aunque tampoco está en el primer nivel de toma de decisiones de la empresa pública postal ni forma parte de su Consejo de Administración. Su puesto está lejos de la presidencia a la que sí llegó en 2011 Ángel Agudo, exconsejero de Economía.
En total y siendo generosos, entre ellos suman tres voces cántabras en el Gobierno central, una menos de las que había al comienzo de la anterior legislatura. Porque en enero de 2020 se incorporaron al cargo o fueron ratificados, además de Tezanos, otros tres servidores públicos que ahora están fuera de la vida pública:Juan Manuel Rodríguez Poo era director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Luis Alberto Barriga fue fichado por Pablo Iglesias para estar al frente del Imserso y Manuel Díaz Mendoza ejerció como alto asesor de la Secretaría de Estado para las Entidades Públicas en el Ministerio de Transportes antes de volver a la Consejería de Economía como director general.
A falta de ministros cántabros en el Gobierno de Sánchez, hay que conformarse con bucear en los vínculos con la comunidad autónoma de los titulares de las carteras. Existen, aunque ni mucho menos son evidentes. Hasta que alguno de los aludidos diga lo contrario y saque a pasear a algún antepasado montañés, los más 'cercanos' a la región son Pilar Alegría, ministra de Educación, que también ejerce como portavoz del Ejecutivo, y Fernando Grande Marlaska, responsable de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como titular del Ministerio del Interior.La primera, natural de Aragón, ha visitado en diversas ocasiones Reinosa desde que tomó posesión en julio de 2021. Quizás porque le tiren su conexión familiar con Campoo, comarca de origen de su pareja. En el caso de Marlaska, comenzó su carrera como juez en Cantabria. Concretamente en Santoña, donde prestó servicio en el Juzgado de Primera Instancia entre 1987 y 1989. Allí le tocó investigar el suicidio de Rafael Escobedo, condenado por el crimen de los marqueses de Urquijo. Otra 'semicántabra orgullosa' era la exministra Carolina Darias, con un abuelo campurriano y fiel a Liébana en vacaciones, pero ha cambiado el Gobierno por la Alcaldía de Las Palmas.
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