Poco bonito, «pero por fin del norte»

Este jueves, no todas las pescaderías pudieron estrenar las ventas de este bonito y las que lo hicieron tenían pocos ejemplares. Concretamente, ofertaban piezas pequeñas, de hasta cuatro kilogramos, y medianas, que no superan los seis kilos. Unos, los pequeños, a un precio de cinco euros el kilo, los otros, a un coste de seis euros. Mientras el bonito no entre de lleno en el Cantábrico -que es cuestión de días- los mostradores venderán las pescas traídas de las Azores por la flota cántabra. Sencillamente, cuestan más porque vienen de más lejos, «pero la calidad es la misma», se esfuerza por puntualizar Francisco Torres.

El lunes atracó el primer bonitero en Santoña. Se trataba del 'Siempre Rufo', que venía de faenar en aguas entre las Azores y Galicia, donde consiguió 6.500 kilos, y decidió navegar hasta Cantabria por negocio: al tratarse del primer bonito de temporada que se desembarcaba en la región siempre se cotiza mejor en la lonja. Desde entonces también han llegado boniteros a San Vicente de la Barquera, Colindres, Santoña y Laredo, que han surtido las pescaderías y mostradores, como los de la plaza de la Esperanza. Ahora, todos esos barcos se centrarán en el Cantábrico.

Hasta que no haya piezas más grandes, bolsillos como el de Begoña Cibrián, clienta de Pescados Costas, se decantarán por pescados de temporada, aunque tengan «muchas ganas de empezar con el bonito, que en casa nos encanta». Por otro lado, la vista de los comerciantes está puesta en el lunes: «La semana que viene vamos a tener bastante bonito del Cantábrico porque la flota ya está en ello. Lo de ahora es un aperitivo de lo que habrá en los próximos días», señala Asunción Puente, de Pescadería Asun.

Hasta ahora buena parte de la flota estaba centrada en la costera del bocarte, que ya se puede dar por acabada. Los que habían empezado con el bonito, como el 'Rufo', estaban yendo a las Azores. «Esos pesqueros vendían en Galicia o Asturias para volver rápido a faenar, pero ahora ya van a pescar en el Cantábrico», por lo que tendrán más cerca los puertos de la región para vender sus capturas.

En este sentido, el paso de las semanas facilitará la llegada de ejemplares en mayor cantidad, lo que también hará que los precios sean más asumibles y atractivos para el cliente. De esa manera esperan arreglar las ventas, que se sitúan «por debajo del 50%», según asegura la dueña de Pescadería Asun, quien achaca esta caída en las ventas a la baja actividad de los restaurantes. Además, apunta que las semanas de cierre se siguen notando y no prevé que revierta la situación hasta que se pase la crisis y tanto los hogares como los restaurantes recuperen la actividad regular.