«No nos podemos quejar de verano»

Básicamente, como dicen muchos, ha sido «mejor de lo esperado». Porque se esperaba un bofetón y, aunque con más contrastes que nunca entre zonas o tipos de establecimiento, se ha trabajado bien. Unos para salvar la temporada y otros, incluso, más que otros años. Desde la Asociación de Hostelería calculan que se ha facturado, de media, un 85% de lo del año pasado. O sea, un 15% menos. El dato hay que cogerlo con todas las reservas porque el covid no ha afectado a todos igual. Lo advierte el presidente del colectivo, Ángel Cuevas, quien, no obstante, asegura que las cifras, tal como se presentaba el verano, son para estar «encantados de la vida».

269.786visitantes a Cabárceno entre julio y lo que va de agosto (hasta el jueves). Un 17,73% más.

Es bueno puntualizar antes de los balances generales y de las frases de «Cantabria está hasta arriba». Para el ocio nocturno, las agencias de viaje, los locales pequeños sin terraza o aquellos que han tenido que cerrar quince días en plena temporada alta por un brote -que son bastantes- no ha sido un buen verano. Todo lo contrario. Incluso, a los hoteles más grandes de la región -que no viven tanto del turismo familiar, del cliente individual- les ha afectado mucho la ausencia de grandes eventos (UIMP, festivales...), de los viajes de grupos o de las celebraciones (bodas, comuniones...). No hay que olvidar la cancelación de fiestas por todo el mapa de la comunidad o la caída del número de extranjeros.

Dicho esto, a partir de aquí todo han sido buenas noticias. La región captó al turista nacional y ha sido, por comparación (junto a Asturias) la que ha salido mejor parada en ocupaciones. Casas completas, apartamentos, cabañas, pequeños hoteles con pocas habitaciones... Son los que mejor han funcionado. La idea de Cantabria como destino de espacios abiertos y sin aglomeraciones ha calado. Tanto que Santander, pese a que ha salvado con nota el verano (más agosto que julio, y con menos ocupación que otras veces en todo caso), ha estado por detrás de las zonas del turismo rural.

«En general, hemos trabajado lo que no pensábamos. Diría que, aproximadamente, el 70% de la hostelería ha trabajado igual o un poco mejor que el año pasado. Se han disipado las dudas de los primeros meses. Si el 15 de junio nos dicen que vamos a trabajar así, no nos lo creemos. Estamos encantados», resume Ángel Cuevas tras repetir todos los matices del párrafo de las puntualizaciones -y de advertir que en el acumulado del año los negocios perderán, de media, un 40% de la facturación-. «Ha sido un conjunto de cosas: hemos tenido pocos casos, la situación ha estado controlada, sonamos a naturaleza, a destino no masificado, a rural, a rústico, a aire fresco, hoteles pequeños... Incluso Santander, que para nosotros ha estado lleno, la gente lo relaciona con un sitio lejos de las aglomeraciones. Y a eso hay que sumarle la playa y la gastronomía. Hemos sorprendido. Hay turistas que no nos conocían, que iban todos los años a Lanzarote y este verano han cambiado. Así que a este verano no se le puede pedir más».

«Una temporada buena y aprovechada», resume Jesús Blanco, de la Asociación de Turismo Rural. Julio fue «bien» y agosto «muy bien», «con cifras de ocupación muy buenas». «Casas y cabañas han estado llenas todo el verano y con las habitaciones costó empezar, pero fue mejorando». Con un buen tiempo que ha sido aliado -aunque no en este último fin de semana de agosto- los establecimientos «han sabido aprovechar zonas de terrazas y espacios al aire libre obligados, además, por los cambios que ha habido que hacer con los desayunos (sin bufet)».

Como baremo habitual del verano -y con el añadido de ser un espacio amplio al aire libre y de la campaña de entradas gratuitas que se organizó-, Cabárceno acumuló entre julio y agosto (hasta el jueves) casi un 18% más de visitantes que el año pasado. También crecieron las visitas a los campos de golf de Abra del Pas (14,37%) o Nestares (26,78%).

El teleférico, por su parte, baja un 14,63%, pero el dato se explica porque al aforo en la cabina está limitado al 75% en las subidas. Y eso, ya fuera de Cantur, pasa con El Soplao. Cae un 30%. Lo disponible se ha llenado todos los días, pero el número de visitantes y de sesiones se ha reducido por la normativa para evitar contagios.