Borrar
Dos mujeres se abrazan a la salida del aeropuerto Seve Ballesteros, este jueves, tras la llegada del vuelo Gran Canaria-Santander. Antonio 'Sane'
«Menos mal que podemos volver a viajar»

«Menos mal que podemos volver a viajar»

Los vuelos procedentes de Canarias ponen de manifiesto las ganas que hay de recuperar la normalidad tras el estado de alarma: vacaciones y reencuentros familiares se dan cita en el Seve

Javier Gangoiti

Santander

Sábado, 22 de mayo 2021, 07:44

Con la caída del estado de alarma hace dos semanas y la atenuación de algunas de las medidas sanitarias más restrictivas, los ciudadanos ya pueden volver a hacer planes de ocio más allá de las fronteras de su comunidad autónoma. Hacer turismo fuera de Cantabria. Y recibir visitantes de otros puntos. El aeropuerto Seve Ballesteros es fiel reflejo de todo ello. El jueves aterrizaron 88 pasajeros -más un bebé- procedentes de Gran Canaria, destino turístico por antonomasia, revelando así las ganas de aquellos que volvían, por primera vez en varios meses -si no en más de un año-, de unas vacaciones lejos de la comunidad autónoma. El fin del cierre perimetral ha jugado un papel clave en aquellos con planes pendientes. Por eso cuando a las 00.00 horas del 9 de mayo terminó el estado de alarma, muchos aprovecharon para hacer las maletas rumbo a un destino como el archipiélago canario.

En el grupo de pasajeros estaban los que venían de vacaciones, sí, pero también otros que, precisamente por la situación de alarma, no habían podido volver antes a Cantabria para ver a sus seres queridos. «Menos mal que podemos volver a viajar, al menos para ver a nuestra familia». Yolanda de la Vega, cántabra residente en Las Palmas de Gran Canaria desde hace 25 años, encarnaba en el aeropuerto de Santander la emoción de poder abrazar por primera vez en un año a sus seres queridos. Lo tuvo claro en cuanto decayó el estado de alarma hace dos semanas. «¡Vamos si lo tuve claro! Ha sido abrir la frontera, preparar las maletas y salir escopetada a Cantabria para ver a la familia».

La hora aproximada de retraso que sufrió el vuelo no era nada después de varios meses esperando. Es el caso de Margarita González, quien ya estaba «emocionada» antes del aterrizaje cuando vio «el verde y la naturaleza» a vista de pájaro. Para ella, que trabaja en Lanzarote desde hace 11 años, encontrarse con el norte y, sobre todo, con su hermana Carmen fue algo especial. «Ahora me basta con buena compañía, pueblos, mar y naturaleza». Esa misma idea ha barajado Blanca Díez, estudiante santanderina de Psicología en Tenerife, después de no pisar Cantabria «desde el verano, antes de la segunda ola». Su madre y su tía, Marián y Margarita Ortiz, habían estado pegadas al cristal de la entrada del Seve durante 50 minutos. Ahora que Blanca ha llegado, la agenda está llena de planes, por encima de todo «estar en familia, descansar y disfrutar».

«Muy emocionada de ver el verde desde el avión. Ahora me basta con estar en buena compañía, visitar pueblos, el mar y la naturaleza»

Margarita González, Lanzarote

«¡Vamos si lo tuve claro! Ha sido abrir la frontera, preparar las maletas muy rápido y salir escopetada hacia Cantabria para ver a la familia»

Yolanda de la Vega, Gran Canaria

«Hemos esperado a que abran las fronteras para poder celebrar el funeral de mi hermano y traer sus cenizas al panteón familiar, en Palencia»

Jorge Marcos, Gran Canaria

«No he podido estar con mi madre y mi tía desde el verano pasado, antes de la segunda ola. ¿Un plan? Estar en familia, descansar y disfrutar»

Blanca Díez, Tenerife

Hubo casos diferentes, más singulares, aunque igual de emocionantes. Como el de Jorge Marcos, que volvió con el principal propósito de celebrar el funeral de su difunto hermano y llevar sus cenizas al panteón que la familia posee en Buenavista de Valdavia (Palencia): «Hemos esperado a que abran las fronteras para poder venir y hacer la ceremonia», relata.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Menos mal que podemos volver a viajar»