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La Policía Nacional ha detectado en las últimas semanas un incremento del número de denuncias por una estafa en que los impostores se hacen pasar por proveedores y llaman a comercios o empresas para reclamar de forma urgente el cobro de un envío de mercancía ... o producto que no se ha producido. Los delincuentes aducen que el máximo responsable de la compañía está al tanto de la compraventa para salvar la desconfianza del trabajador que los atiende, y para que abone la cantidad requerida aunque no sea por los cauces habituales.
Explica la Policía que «a través de llamadas telefónicas a las empresas y mediante técnicas de ingeniería social, los estafadores averiguan la organización y estructura de la entidad, así como los nombres del gerente y encargados de los establecimientos o negocios».
Los delincuentes realizan después una nueva llamada telefónica al establecimiento en cuestión, haciéndose pasar por proveedores o por una empresa de envíos. Luego explican que tienen un pedido para ellos, y que están en contacto con su superior; alguien que puede ser un alto cargo del negocio, que solicita un pago rápido para que se entregue de forma inminente. «Crean así una atmósfera de urgencia que suele funcionar a la hora de presionar a las personas para que tomen decisiones sin pensar», informan fuentes de la Policía Nacional.
ESTUDIO PREVIO
Con la ayuda del conocimiento de la estructura y nombres averiguados previamente, y una vez se han ganado la confianza del personal de la tienda, consiguen que finalmente los empleados accedan a ingresar ca cantidad -saltándose los procedimientos establecidos- a través de alguna empresa de envío de dinero.
No es la primera vez que la Policía Nacional alerta de estafas que utilizan métodos similares de engaño. «Llamar a la urgencia es siempre un mecanismo que suele funcionar cuando se trata de buscar que alguien haga lo que quieres sin meditarlo», insisten fuentes del cuerpo. Ha sucedido en innumerables ocasiones con casos parecidos de secuestros simulados, por ejemplo.
«Los supuestos secuestradores te llaman y te hacen saber que tienen retenido a tu familiar, incluso te lo llegan a poner al teléfono, pero los nervios suelen confundir el pensamiento y además la voz telefónica siempre es más complicada de identificar. Piden un dinero por el rescate y lo exigen con rapidez. Este tipo de engaños funcionan más de lo que creemos y por eso insistimos siempre en que hay que desconfiar de aquellos que nos piden que hagamos algo rápido, de forma inmediata, sobre todo si es una transacción financiera», informan en la Policía Nacional.
Por eso desde el cuerpo se ofrece una serie de consejos: el primero, no aportar datos de la empresa o negocio a desconocidos por teléfono o cualquier otra vía. Es también conveniente comprobar directamente con sus responsables o gerentes la veracidad del envío y la necesidad del pago. Y no es recomendable que se salte el procedimiento habitual indicado por su empresa para realizar pagos.
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