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La Policía Nacional vivió momentos de auténtica tensión el pasado sábado en Cazoña al tratar de evitar la caída de un joven de 24 años de edad, que se encontraba sentado en el alféizar de una ventana, sujeto solamente con una de sus manos. Los ... hechos tuvieron lugar en el octavo piso de un edificio ubicado en este barrio de Santander. El trabajo en equipo y la rápida actuación de los agentes hizo posible culminar con éxito la intervención.
Todo comenzó tras registrarse una llamada en el Centro Inteligente de Mando Comunicación y Control (CIMACC-091), en la que un hombre alertaba que su compañero de piso no se sentía muy bien y que se encontraba sentado en el exterior de la ventana de un octavo piso, en una situación en la que podría correr peligro su vida.
Inmediatamente, los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana se personaron en el lugar de los hechos. Una vez en el domicilio, observaron al joven con la respiración muy agitada y sentado en el exterior de una ventana –con una de sus manos en el cristal–. Los policías intentaron establecer diálogo con el afectado, pero resultó imposible en esos primeros momentos, ya que no atendía a la presencia de los mismos.
El joven presentaba signos de adormecimiento, los cuales preocuparon a los agentes, ya que podrían hacer peligrar su vida con el balanceo de su propio cuerpo. Tras varios intentos, uno de los policías consiguió entablar una conversación con la víctima, lo que permitió saber de su estado, y mantener la suficiente empatía como para ganarse su confianza y tratar de que el joven se retirara de la ventana, ante el riesgo de una caída y un posible fatal desenlace.
Con el transcurso de los minutos, el agente mantuvo la conversación con el joven, pero seguía sin dejar que los policías se acercasen a ayudarlo. La tensión creció por momentos al observar que esta persona presentaba síntomas de perder la consciencia. Hasta que en un momento dado vieron como la víctima se quedaba totalmente en equilibrio con sus dos piernas colgando, instante en el que dos agentes se lanzaron para agarrar al afectado justo antes de caer al vacío. Desde el interior de la vivienda, un tercer agente sujetó a sus compañeros y tiró de ellos hacia atrás. De esta forma lograron introducirlo al interior de la habitación y consiguieron ponerlo a salvo.
El joven fue atendido por los servicios sanitarios que se desplazaron al lugar y, finalmente, fue trasladado al cercano Hospital Valdecilla.
No hace falta alejarse mucho en el tiempo para recordar un hecho parecido como el que ocurrió en lo alto del ascensor que une la calle Alta con calle Castilla. Un varón se mantuvo durante diez horas en lo alto de la instalación y tras una ardua negociación de la Policía consiguieron que se bajara por su propio pie.
El éxito del dispositivo en Cazoña coincide, sin embargo, con un fatal desenlace en otro suceso similar en Santander. Hacia las ocho de la tarde del lunes un equipo médico del 061 se personaba en la avenida Eduardo García del Río donde únicamente pudieron certificar el fallecimiento de un varón de 48 años de edad, quien al parecer se había precipitado al vacío, desde la ventana de su domicilio a la altura de un segundo piso. La Policía Local puso los hechos en conocimiento del Cuerpo Nacional de Policía, los cuales realizaron las oportunas diligencias judiciales.
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