La Policía Local de Santander denuncia a la sala que acogió el Galerna Fest por no presentar la autorización

Primero, las advertencias públicas por el anuncio de su celebración. Desde el PSOE calificaron la cita como un festival «abiertamente fascista» y pidieron por carta a la alcaldesa de Santander que hiciera «todo lo posible» para que no se celebrara en Santander, «para que esta vergüenza -decían- no se produzca en la capital de Cantabria». Fue en los días previos y tras la publicidad en redes. Gema Igual, tras recordar «que en locales privados, siempre que se cumpla con la normativa, se puede hacer lo que el organizador estime», sí que pidió después a los organizadores del evento que aclarasen dónde iba a celebrarse.

Porque hubo juego del gato y del ratón y la ubicación fue una incógnita durante varias jornadas. Que si en un pueblo, que si en otro... Circularon rumores y los últimos ya apuntaban a la sala Séptimo Cielo, en Alcázar de Toledo (el local que durante años fue el Doménico y que ha tenido diferentes nombres en los últimos años).

Luego vinieron las manifestaciones. Dos, el mismo día pero a distinta hora. El sábado. Por la mañana, bajo el lema 'Reconquistemos Europa' y convocados por la Asociación Cultural Alfonso I (organizadora del Galerna Fest), los que estaban a favor del evento marcharon de Cuatro Caminos hasta la Plaza del Ayuntamiento. Coreando eslóganes como «Salvemos Europa» y «Estado liberal, mafia internacional» entre banderas de España. En respuesta a esta protesta y a la propia celebración del festival, diversos colectivos se manifestaron por la tarde de Puertochico a Numancia bajo la consigna 'Las calles contra el fascismo'. «Bajo la apariencia de un festival musical, encubre la promoción de discursos neofascistas, antifeministas, xenófobos y LGTBIfóbicos en la capital cántabra», explicaron sus organizadores.

Hubo, de hecho, algunos momentos de tensión. Porque al término de la segunda de las concentraciones, varios miembros de la Asociación Cultural Alfonso I increparon a los manifestantes que llegaban a la calle Numancia, a pocos metros, precisamente, del lugar dónde se celebraron los conciertos.

Porque sí que se celebraron (se especuló que se habían suspendido en algún medio, pero no). Como decía el cartel, en doble jornada. Viernes y sábado. Y finalmente sí que fue en la Sala Séptimo Cielo, en Alcázar de Toledo. El sábado por la noche, por ejemplo, por la zona -por las inmediaciones- los viandantes pudieron ver un par de furgones de la Policía Nacional asegurándose de que no hubiera incidentes.

Pero la denuncia llegó de la Policía Local de Santander, según su propio informe. Los dos días, aunque a distintas horas. Y la clave, «por tener una actuación en vivo sin presentar autorización».

Resta por ver ahora si la multa se queda en eso sin más recorrido o la celebración del Galerna Fest sigue avivando la polémica. El Ayuntamiento de Santander -al menos hasta el viernes- aseguraba que no había recibido respuesta sobre la ubicación en la que iba a celebrarse el evento. El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Consistorio, Daniel Fernández, acusaba, por su parte, a la alcaldesa de «silencio cómplice». De hecho, anunció que los socialistas santanderinos tomarían «todas las acciones legales» que considerasen oportunas ante la celebración del festival.

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