La Policía Nacional reforzará la seguridad para detectar a los polizones

Serán el jefe superior de Policía de Cantabria, Héctor Moreno, y el delegado del Gobierno en la región, Pablo Zuloaga, los que, junto a otras autoridades civiles y altos mandos policiales (en este asunto también es clave el papel de la Guardia Civil y de la Policía Portuaria), explicarán los detalles del refuerzo. Lo harán, de hecho, en las inmediaciones de la Estación Marítima de la capital.

Con todo, a falta de las explicaciones concretas, en el anuncio de ese acto del lunes ya se adelantó alguno de los aspectos que se va a poner en marcha. Por ejemplo, un 'filtro móvil' para el control de las entradas de viajeros. La Policía Nacional recuerda que cuenta ya con un «filtro fijo» del que se ocupa la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria. La intensificación de las medidas -explicaron ayer- correrá a cargo «de la unidad móvil de fronteras de la Brigada de Respuesta contra la Inmigración Clandestina (BRIC) junto con la Jefatura Superior de Policía de Cantabria».

Las medidas se sumarían a las que la propia Autoridad tiene previsto tomar. Entre ellas, subir casi un metro la valla actual (ahora mide poco más de tres metros) para llegar a los cuatro de altura y dificultar el salto de los aspirantes a polizón. Así lo anunció el presidente de la Autoridad Portuaria, Jaime González, que se mostró esta semana «muy preocupado» por la «masiva» entrada de inmigrantes ilegales. Habló de los intentos «diarios, nocturnos y diurnos» y demandó «más recursos humanos y tecnológicos» para tratar de frenarlos. «Esto es una frontera y debe estar bien vigilada. Hay que cortar lo que está sucediendo».

González explicó tras los datos que ofreció el martes este periódico que el problema se ha «agravado» en Cantabria después del desalojo de los campamentos de ilegales en Calais (Francia) hace ya casi dos años y tras haberse construido en el puerto de Bilbao «un muro de cemento de cuatro metros», algo que en Santander no puede hacerse -pese a que le gustaría poder reforzar las medidas disuasorias- porque los buques de Britanny atracan en el centro de la urbe «y la ciudad se nos echaría encima». El responsable del puerto es partidario de poner soluciones «antes de que ocurra algo que lamentar». Porque, según explicó, ahora la Policía poco puede hacer. En el momento en que las fuerzas del orden encuentran un inmigrante en situación irregular «sólo pueden identificarlo y sacarlo» fuera del recinto, lo que significa que la persona en cuestión -en su mayoría se trata de albaneses- «lo vuelve a intentar en cuanto puede».

Los propios policías portuarios dirigieron meses atrás un escrito a la dirección del Puerto lamentando la «gravísima situación» en que se hallan, además de su «incapacidad» para afrontarla. Y no sólo los agentes manifiestan sus temores, sino que los sindicatos ya han hecho hincapié en esta problemática. «Algún día sucederá una desgracia», aunque ya entonces «será tarde», señalan desde la Autoridad Portuaria de Santander, que ha tratado este asunto en sus reuniones de consejo.