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Cuando los resultados del 28M ya estaban claros, esa misma noche, empezó el tira y afloja. El juego de los pactos. Las frases, las intenciones, lanzar objetivos y ver qué pasa. Este martes, a partir de las diez de la mañana, ese proceso entra en ... una segunda fase. La de las reuniones y los encuentros cara a cara. Los equipos elegidos para negociar por PP y PRC se verán hoy en el Parlamento con la mente puesta en la investidura de Buruaga como presidenta –unos y otros hablan por ahora de libertad en los ayuntamientos–. Los populares quieren gobernar en solitario y los regionalistas –parece, después de un par de mensajes contradictorios– están por la labor de no impedirlo. Eso sí, Revilla deslizó días atrás un par de líneas rojas. Que no se dejen de lado los grandes proyectos que estaban en su agenda (La Pasiega, la protonterapia...) y que la legislatura no se convirtiera en un catálogo de comisiones de investigación. En lo primero, no parece haber problema. Pero en lo segundo, el PP se remite por ahora a lo que prometió en campaña: una auditoría de los últimos veinte años en Obras Públicas y otra, en torno a la gestión del Servicio Cántabro de Salud. Son –el matiz es importante– auditorías, no comisiones de investigación. Pero está por ver cómo le sienta el anuncio a un PRC que acude a la cita, de entrada, «a escuchar».
PP María José González Revuelta, Roberto Media, Íñigo Fernández e Isabel Urrutia.
PRC Paula Fernández, Javier López Marcano, Guillermo Blanco y Rosa Díaz.
El PP cita y el PRC acude. Revilla y Buruaga charlaron por teléfono el viernes y este lunes sus equipos concretaron el encuentro. La idea de la 'delegación' popular –María José González Revuelta, Roberto Media, Íñigo Fernández e Isabel Urrutia (todos gente de confianza de la presidenta del PP)– es clara. Buruaga quiere gobernar en solitario y no baraja incluir en su equipo de Gobierno a nadie que no sea de su partido (ni de Vox ni del PRC). A eso se suma la insistencia de dejar libertad a las agrupaciones locales para negociar gobiernos en sus ayuntamientos, lo que excluiría, en principio, un pacto global en el mapa municipal. «Él –por Revilla– ha dicho que se va a abstener a cambio de nada», aseguran fuentes del partido en la previa del encuentro. Y se agarran a eso. Sin que lo de la continuidad de los proyectos les parezca un problema, pero recordando, respecto a las comisiones de investigación, que ellos prometieron dos auditorías en campaña. La de Obras Públicas trataría de analizar los últimos veinte años en ese departamento y, en todo caso, transcurriría en paralelo a la investigación judicial en curso. «Abrir puertas y ventanas», dijo Buruaga en un mitin en Santoña al hablar de esto. «Necesitamos saber qué ha pasado todos estos años». La segunda, la del SCS, tendría más que ver con la gestión, con la eficacia.
Sin descubrir sus cartas, en el PRC son discretos. «Vamos a escuchar», repiten ante este «primer encuentro» –la forma de definirlo ya es un llamamiento a la prudencia– desde el equipo negociador (Paula Fernández, Javier López Marcano, Guillermo Blanco y Rosa Díaz, todos, también, núcleo duro de Revilla). «Se está hablando. Hay libertad en los comités locales, siempre en coordinación con el partido», señalan respecto a los pactos en los ayuntamientos. Prudencia, pero un discurso más abierto que el mensaje popular, en todo caso, si se piensa en pactos globales.
«Después de hablar con el PRC llamará a los líderes de los demás partidos», confirman fuentes populares sobre la agenda de reuniones. Nada cerrado aún. Aunque tanto Vox como PSOE estarán muy pendientes de la cita del Parlamento. Los primeros porque su intención es entrar al Gobierno. Los segundos porque hay muchos ayuntamientos en juego y no saben por quién se decantará su antiguo aliado.
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