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El objetivo es sencillo: mejorar la convivencia en el aula, que ese buen clima sirva para prevenir situaciones de acoso y, si surgen, aprender a abordarlas dejando a un lado el castigo. No obstante, el camino para llegar hasta ahí requiere tiempo y, sobre todo, ... formación. De este último punto es consciente la Consejería de Educación y por eso la titular del área, Marina Lombó, ha inaugurado esta mañana la primera jornada formativa -del programa formativo ‘Avanzamos en la Convivencia +’-, sobre convivencia y prácticas restaurativas dirigida a los directores y directoras de los centros educativos: «El clima escolar es una preocupación constante», ha subrayado durante su intervención y «garantizar el bienestar emocional» del alumnado «facilita», además, «el proceso de aprendizaje». Así ha arrancado una jornada en la que se han resuelto dudas sobre los protocolos y se han presentado dinámicas que se implementarán en los centros en los próximos meses.
Durante la sesión se han dado una serie de charlas que los asistentes han valorado positivamente porque «lo primero que tenemos que hacer para llevarlo a las aulas es formar a los directores», ha señalado María Maciel, al frente del colegio Nuestra Señora de las Nieves de Guriezo. La profesional también ha coincidido con el mensaje lanzado por Lombó en que la prevención es «fundamental para mejorar la convivencia». Por eso es importante crear ese ambiente de confianza en las aulas. Además, las prácticas restaurativas que apuestan por el aprendizaje y no abordan los conflictos desde una perspectiva punitiva «son la clave» en ese recorrido, ha añadido. Tan importante es anticipar el problema como tener las herramientas para abordarlo una vez que ha surgido.
Pero siempre dando una respuesta «educativa» que implique aprendizaje y el salto de la teoría a la práctica «no es paso sencillo», ha reconocido María Ángeles Velasco, directora del CEIP Las Dunas, en Liencres. Sobre todo porque el trabajo está en «cambiar las dinámicas normales que teníamos» y que han formado parte del sistema educativo. A pesar de la dificultad, se trata de un paso en el que los centros ya han ido avanzando poco a poco. Se trata de, además, de «resolver el conflicto cuando se conoce» sin necesidad de un caso grave. Trabajar también en generar una dinámica que lo evite y aquí es imprescindible «crear una cultura de convivencia, confianza y de pertenencia en los centros», ha subrayado la profesional.
En el encuentro, al que han acudido representantes de los centros de la región, han intervenido también Sonia López, Inspectora de Educación y Jorge Delgado, asesor de la Unidad Técnica de Atención a la Diversidad y Convivencia para explicar la implementación de los protocolos de actuación en situaciones de acoso escolar. En este sentido han recordado que «cualquier persona» puede alertar de un posible caso (el alumno, compañeros, familia, profesores...) y que, una vez se ha notificado, «se deben adoptar medidas cautelares». Se pone en marcha un informe de valoración y arranca una investigación tendente a determinar si, efectivamente, se trata de un caso de acoso o un conflicto entre menores. Durante el curso pasado se abrieron 82 protocolos mientras que, en el actual, se han abierto ya 53. Aunque en menos del 10% «se ha constatado acoso».
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