El PRC se abstendrá en la investidura y hará presidenta a Buruaga

Revilla adelantó que no pondrá especiales condiciones al PP para desbloquear la investidura de Buruaga. «Solo pediremos que garantice la pluralidad, que no tome represalias en los ayuntamientos y que reclame al Estado las obras pendientes», detalló el secretario general del PRC, que después añadió otra condición que tiene mucho más trasfondo y será más complicada de negociar. «No queremos lo mismo que ocurrió en 2011. Esperemos que no se comporten como en aquella legislatura, con esa tortura de un montón de comisiones de investigación e, incluso, llevándolas a los tribunales. No tenemos nada que ocultar, pero que se dediquen a gobernar», avisó Revilla, que ha encargado a los pesos más pesados del partido la responsabilidad de la negociación: Paula Fernández, Guillermo Blanco, Javier Marcano y Rosa Díaz.

Parece complicado que el PRC se libre, al menos, de una auditoría en la Consejería de Obras Públicas por el caso de corrupción de un funcionario con los contratos de carreteras. Habrá que esperar a ver si el PP está dispuesto a no llevar el asunto más lejos.

Revilla también insistió en que aún no le había llamado nadie del PP para negociar. No sabía que pocos minutos antes, en el Hotel Santemar, María José Sáenz de Buruaga acababa de poner fecha a ese primer contacto negociador entre ambos partidos. «Mañana mismo llamaré a los líderes de las fuerzas políticas para iniciar un diálogo y defender un gobierno en solitario. Empezaré con el PRC, porque es perfectamente posible un Gobierno si Revilla respeta la palabra dada. Se ha presentado como la vía para evitar que Vox entre en el Gobierno. Tiene la posibilidad de demostrarlo», señaló la líder del PP tras la Ejecutiva de su partido.

Los 60 dirigentes más importantes del PRC tuvieron anoche una de las reuniones más trascendentales de la historia reciente del partido. Tras el batacazo electoral del domingo, debían tomar decisiones relevantes para la supervivencia de unas siglas que fundó hace cuarenta años Miguel Ángel Revilla, ahora cuestionado públicamente por primera vez por algunos de los suyos. Las primeras voces internas, en este caso de los alcaldes más jóvenes, ya habían reclamado un paso adelante en las negociaciones con el PP para huir del frío de una legislatura entera en la oposición. Y el propio Revilla había ido dando pasos, en las horas posteriores a la noche electoral, para acercarse a ellos. Un movimiento que hoy se hizo oficial en torno a las nueve de la noche. Con esa declaración de buenas intenciones que supone abstenerse en la investidura, el PRC pretende dificultar la entrada de Vox al Gobierno de Cantabria.

Sin embargo, Revilla es muy cauto con lo que pueda ocurrir a partir del 23 de julio. Aunque ahora el PRC pueda frenar la entrada de la ultraderecha, el todavía presidente de Cantabria cree que si después de las generales PP y Vox suman lo suficiente para gobernar en España, «también veremos aquí un bipartito».

En cualquier caso, una cosa es permitir la investidura de Buruaga y otra muy distinta hablar de un pacto de gobierno PRC-PP. Este mismo jueves, Revilla cerró todas las puertas a esa posibilidad. «El PRC no contempla entrar al Gobierno. nuestra voluntad es no hacerla. Lo lógico es que pasemos a la oposición y hacer una labor no destructiva, sino colaboradora para que haya estabilidad», adelantó.

Esta decisión no es del todo compartida por algunos sectores del partido, que sí creen que el PRC debe intentar volver a sentarse en el mesa del Consejo de Gobierno. El regidor de Reocín, presidente de la Federación de Municipios y diputado, Pablo Diestro, se presentó como portavoz de un grupo de alcaldes jóvenes que reclamaron a la dirección regionalista un acercamiento al PP para no perder cuota de poder. Este sector cree que no se puede achacar todo el hundimiento electoral a la marea del PP, como ha señalado en varias ocasiones Revilla –hoy volvió a hacerlo–, y que es necesario hacer una autocrítica profunda por cómo se ha gestionado el Gobierno estos últimos cuatro años. En cualquier caso, nadie discute que es mejor reconstruir desde el poder que desde la oposición. Y por eso, el impulso de acercarse a los populares.

Esto parecía imposible cuando Revilla salió a dar la primera rueda de prensa la noche del pasado domingo, todavía con el recuento de votos sin terminar. Y lo parece aún más ahora tras las últimas palabras del líder regionalista. En cualquier caso, haya pacto o no con los populares, los ayuntamientos están liberados de cualquier negociación. Como recordó Revilla, los estatutos del partido dan «libertad absoluta» y autonomía a los comités locales para negociar acuerdos en sus municipios. «Los ayuntamientos no son objeto de negociación», insistió.

Aunque entre los regionalistas también hay quienes se muestran reticente a este coqueteo con los populares, es en el PP donde más opositores encuentra esta idea. Hay un sector muy importante en el partido que quiere un pacto con Vox –no olvidemos que allí están muchos antiguos militantes y dirigentes del PP cántabro– y rechaza tajantemente cualquier acuerdo con un PRC al que demonizan tras dos legislaturas consecutivas en el poder. Ahora mismo consideran impensable cualquier pacto con el 'revillismo'. Otra cosa distinta sería un PRC sin Revilla, pero reconocen que ahora mismo es impensable ese escenario. De hecho, ante la pregunta de si consideraría echarse a un lado si eso facilitara un acuerdo con el PP, el propio Revilla lo descartó tajantemente: «A mí quien me echa de mi partido son los míos. Entiendo que no quieran matarme estando sano. Espero que no pase por la mente de nadie», bromeó el líder del PRC. Quien no usó tono de broma fue Javier Marcano, miembro de la comisión negociadora: «Ninguno aceptaríamos esa propuesta ni la traeríamos aquí para discutirla».