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Las cosas en el PRC están a punto de cambiar rápidamente por primera vez en más de cuatro décadas. El año pasado, Miguel Ángel Revilla despidió la tradicional comida de Navidad del partido asegurando que en la siguiente edición él seguiría dando el discurso. Y ... lo ha cumplido, pero esta vez no fue tajante sobre su intervención las próximas navidades. «El año que viene tendrá que hablar el nuevo candidato del PRC a las elecciones», dijo. Será «en abril o mayo», como anunció él mismo, cuando los regionalistas celebren un Congreso histórico para ellos, ya que por primera vez desde su fundación no será Revilla el aspirante del PRC a la Presidencia de Cantabria en unos comicios. A sus 82 años –los cumple el mes que viene– el veterano y mediático dirigente regionalista dejará paso a un sucesor. Y esta vez parece que va en serio, después de varios amagos sucesivos. «Se acaba una etapa, me fastidia, pero hay que hacerlo por razones biológicas», reconoció visiblemente emocionado, y llegando en algún momento a las lágrimas, ante el millar de militantes y afiliados que acudieron al encuentro en el Hotel Milagros Golf de Mogro.
Antes de que la primavera traiga esa renovación del PRC, hará falta que el partido cambie sus estatutos en las próximas semanas para separar los cargos de secretario general y de candidato electoral, unidos hasta ahora en la figura indiscutible de Revilla. Pero esta decisión, ya anunciada tras el descalabro electoral del año pasado que le apartó del Gobierno regional, no significa ni mucho menos que el dirigente de Polaciones se jubile de la política. Como él mismo explicó ayer, todo apunta a que seguirá al frente del partido hasta que acabe su mandato a finales de 2026. De hecho, durante la Asamblea de Dirigentes del pasado mayo, el alcalde de Valderredible, Fernando Fernández, lo pidió en una moción que fue aprobada por unanimidad. Así que si se ratifica esa votación, Revilla tutelará el proceso de su sucesión como número uno del PRC, pero no como candidato a los comicios de 2027. Esto le permitirá actuar como «templagaitas» si las cosas se calientan entre los aspirantes al sillón que quedará libre.
De hecho, no es ningún secreto que a Revilla le preocupa enormemente cómo se desarrolle este proceso interno de relevo. No quiere ver en su partido las batallas internas sufridas por el PP en 2017 o en el PSOE ese mismo año y en la actualidad. Tampoco exige que haya un solo candidato para evitar peleas, pero sí que «haya unidad en torno al ganador». Y para asegurarse de que no existan voces discordantes con el resultado, ayer exigió al que sea designado candidato que incluya en la lista electoral a los que sean sus rivales en las primarias. «El que no firme eso está desautorizado», avisó, «porque si nos enfrentamos entre nosotros, estamos perdidos». Y en un momento especialmente emotivo, recordó entonces a dirigentes históricos ya fallecidos, como Rafael de la Sierra o Eduardo Obregón, entre otros, quienes «no se merecen ese disgusto».
Lo que sí quiso dejar claro Revilla es que él no señalará a ningún favorito. «No me inclinaré por nadie, no apostaré por uno u otro. Quien salga elegido tendrá todo mi apoyo las 24 horas del día. Nunca más me veréis en un cartel electoral, pero al que me releve le pido que tenga el coraje, la fuerza, la vocación y la capacidad de sacrificio por esta tierra que he tenido yo», dijo levantando la voz sobre los aplausos de una sala entregada, todavía, a su líder.
Para pilotar este proceso interno, el PRC ha contratado los servicios de la famosa consultora internacional RedLines, una compañía premiada en EEUU por su 80% de victorias en campañas electorales. «Se están quedando impresionados de la fuerza y las raíces de este partido, de nuestros alcaldes, de nuestros pedáneos... están asombrados», desveló Revilla, quien está convencido de que el PRC, aunque él ya no esté, «tiene todos los fundamentos para seguir siendo importante e influir en la política de Cantabria».
De momento, mientras está en la oposición, lo que ha hecho el PRC para seguir siendo influyente, como quiere Revilla, es suavizar el aterrizaje del PP en el Gobierno con una serie de pactos que han facilitado la vida a María José Sáenz de Buruaga. Primero, la investidura y, después, los dos presupuestos consecutivos. Ayer, el líder regionalista volvió a explicar las razones de estos acuerdos. Además de cerrar la puerta de entrada de las instituciones a Vox, el PRC se aseguraba, así, que el PP no frenara todos los proyectos en marcha, como hizo en 2011 cuando Ignacio Diego llegó al poder. «Nos daba terror que lo pararan todo», reconoció.
Pero pese a haber firmado estos acuerdos, uno de ellos hace solo un mes, Revilla fue especialmente duro con el PP en la comida de Navidad. «Nos están hundiendo de nuevo; han empeorado la Sanidad de manera total; no han hecho nada en dos años; es un Gobierno muy mediocre», fueron algunas de las frases utilizadas por el líder regionalista, quien atacó directamente la imagen que proyecta fuera María José Sáenz de Buruaga: «Nadie sabe quién es la presidenta de Cantabria fuera de la región».
Revilla hizo un repaso rápido sobre algunos proyectos concretos que comenzaron en su legislatura y que el PP ha continuado en estos dos primeros años de mandato –Mupac, trenes, carreteras...–, pero se detuvo especialmente en La Pasiega, cuyas obras ya van muy avanzadas y donde el Gobierno cántabro y el central han cerrado un acuerdo para financiar a medias la estación intermodal. «Me alegro mucho por la noticia, pero si el presidente fuera yo, la pagaban entera ellos», sentenció.
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