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El PRC consumó este jueves uno de los capítulos más negros de su historia. Tras la debacle electoral del pasado mayo, Miguel Ángel Revilla y su núcleo duro propusieron a su Ejecutiva no presentarse a las elecciones generales del próximo mes de julio debido al « ... enorme riesgo» de no revalidar su escaño en el Congreso. Y los 60 miembros de la dirección regionalista refrendaron la decisión por amplia mayoría, aunque no por unanimidad: 55 votos a favor y 5 en contra. La ausencia del PRC de las papeletas supone un fuerte paso atrás para un partido que alcanzó su cenit hace solo cuatro años con su primera victoria electoral en Cantabria y, además, con un diputado en el Congreso que le puso en la órbita nacional por causas ajenas a las apariciones de Revilla en la televisión. Fue la consolidación de un movimiento regionalista que parecía afianzado en Cantabria como fuerza dominante tras 40 años pero que, ahora, ve como su futuro está en la cuerda floja. Decisiones a la defensiva como la de hoy, con el objetivo de evitar una segunda debacle en las urnas en apenas dos meses, y como la de facilitar la investidura de María José Sáenz de Buruaga como presidenta están diseñadas, precisamente, para cortar la hemorragia y reconstruir desde una posición lo más aventajada posible.
Muchos en el PRC habían planteado en los últimos días que las elecciones generales se reducían a un enfrentamiento Sánchez-Feijóo en el que los regionalistas tienen más que perder que ganar. Muchas voces en el partido estaban en contra de desgastarse en julio en un escenario muy negativo para ellos. En el mejor momento del PRC, en noviembre de 2019, José María Mazón logró 68.830 votos, el 21,1%, lo necesario para que el PRC contara por primera vez en su historia con un escaño en el Congreso. Ahora, tras la debacle de las elecciones autonómicas, las expectativas de repetir el resultado son muy bajas, como confirmó Revilla.
«Existe un enorme riesgo de presentarnos y no salir. Hemos asistido en las elecciones autonómicas a un ensayo de la bipolarización feroz que veremos en las generales en España. El único debate ahora es Sánchez o Feijóo», explicó el líder del PRC. No en vano, el PP ya había planteado las autonómicas y municipales de Cantabria en clave nacional. Uno de los mensajes fuertes de su campaña fue comparar a Revilla con Sánchez con el lema 'Son lo mismo'. Y en los programas locales, la foto que iba acompañando a los candidatos municipales no era la de Buruaga, sino la de Feijóo.
Revilla también añadió dos condicionantes a su decisión de no concurrir a las generales. La primera, económica. El PRC no tiene deudas, pero se ha quedado «a cero» tras los gastos de las autonómicas y municipales. «Necesitaríamos pedir créditos porque una campaña vale mucho dinero», señaló. Y reconoció que en el nuevo escenario nacional, y con el PRC fuera del Gobierno de Cantabria, un diputado en el Congreso tendría «una efectividad menor» que la obtenida durante la pasada legislatura, en la que José María Mazón –ampliamente alabado por el líder del PRC– «ha conseguido que se cumpla casi íntegramente» el famoso 'papeluco': el AVE, La Pasiega, el tercer carril con Torrelavega, La Hermida, la deuda de Valdecilla...
La reunión de la Ejecutiva del PRC, que duró más de dos horas, también sirvió para confirmar el apoyo a las negociaciones que la cúpula del partido mantiene desde esta semana con el PP para facilitar la investidura de María José Sáenz de Buruaga como presidenta de Cantabria. Ni un solo miembro de la dirección regionalista votó en contra de las reclamaciones hechas a los populares: 56 a favor, 2 abstenciones y 2 ausencias por viaje.
Revilla se mostró muy molesto por las informaciones aparecidas durante los últimos días en las que se vinculaba la abstención del PRC a la investidura con el veto a posibles comisiones de investigación por parte del PP. «Estoy harto de escucharlo y quiero dejarlo muy claro. Jamás hemos planteado ni plantearemos que no haya comisiones de investigación. No tenemos nada que ocultar. Ningún partido en España tiene una hoja de servicios tan limpia como la nuestra. No tenemos ni un solo condenado por corrupción. Abro la puerta de mi casa a todo el que quiera comprobarlo. Nadie en el PRC ha robado ni ha sido condenado, al contrario que en el resto de los partidos», dijo tajante Revilla.
La semana pasada, sin embargo, cuando los regionalistas se planteaban comenzar las negociaciones con el PP, el líder regionalista sí que dijo que no le gustaría un Gobierno de Cantabria volcado en investigar las legislaturas pasadas: «No queremos lo mismo que ocurrió en 2011. Esperemos que no se comporten como en aquella legislatura, con esa tortura de un montón de comisiones de investigación e, incluso, llevándolas a los tribunales. No tenemos nada que ocultar, pero que se dediquen a gobernar».
En cualquier caso, este asunto no se mencionó en la única reunión, de apenas media hora, que mantuvieron esta semana PP y PRC. De hecho, los populares se mostraron muy indignados cuando se deslizó la posibilidad de que aceptaran esa supuesta petición de los regionalistas a cambio de su apoyo. «No renunciaremos al cumplimiento de la legalidad y de los principios de buen gobierno, trasparencia y honestidad en la gestión pública», dijeron los populares en su defensa, con la intención de abrir dos auditorías, una en Obras Públicas y otra en el Servicio Cántabro de Salud.
Superado este extremo, el PRC ya le ha hecho llegar al PP el extenso documento en el que recoge sus condiciones «lógicas» para posibilitar la investidura de Buruaga. Nada nuevo, todas ya son conocidas: no parar las inversiones en marcha en proyectos como el Mupac, La Pasiega o la protonterapia; no discriminar la financiación a los ayuntamientos por las siglas que lo gobiernen; y seguir reivindicando al Estado dinero para Cantabria «con la misma firmeza que hasta ahora».
«No hay un caso de mayor generosidad por los intereses de Cantabria como el que estamos haciendo», señaló Revilla, que considera «coherente» este movimiento para garantizar la gobernabilidad de Cantabria y, sobre todo, impedir que el PP necesite el apoyo de Vox para gobernar. «Que nadie nos señale con el dedo como culpables y responsables de un pacto PP-Vox. Si luego ocurre, que no sea porque el PRC no lo ha intentado evitar», subrayó.
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