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El acuerdo de investidura entre María José Sáenz de Buruaga y Miguel Ángel Revilla para convertir en nueva presidenta de Cantabria a la líder del PP ha obligado a los regionalistas a explicar que, lejos de haber establecido una alianza estable y general con ... los populares, la firma del documento se basa en un acto de responsabilidad para evitar que Vox entre en el Gobierno regional. Que el pacto se limita a la abstención del PRC en la primera gran votación de la legislatura y que no tiene implicaciones adicionales. Tampoco en la configuración de los ayuntamientos de Cantabria. De hecho, al contrario que el PSOE, que ha prohibido expresamente coaligarse con partidos de derechas, los grupos municipales de PRC y PP tuvieron libertad total para negociar sin líneas rojas. «Nosotros hemos dado libertad a todos nuestros candidatos porque son los que mejor conocen la situación de cada municipio», ha repetido Buruaga y su equipo. Con los datos en la mano, parece que sus candidatos locales han hecho caso. Especialmente en el caso del PRC, que por su posición de socio minoritario en la mayoría de consistorios en los que no había mayoría absoluta ha sido muchas veces llave. Y ha repartido juego entre las otras dos formaciones.
Desde el día de las elecciones (el 28 de mayo) hasta la constitución el pasado sábado de las nuevas corporaciones, los de Revilla han cerrado doce pactos municipales: cinco de ellos con el PP (Ampuero, Cabuérniga, Los Corrales de Buelna, Liendo y Reinosa) y otros siete con el PSOE (Torrelavega, Comillas, Anievas, Santillana del Mar, Santa María de Cayón, Hazas de Cesto y Rionansa). Y pese a que los regionalistas tienen más alianzas con la izquierda -incluido el pacto de gobierno en la capital del Besaya- que con la derecha, el líder de los socialistas, Pablo Zuloaga, cree que el acuerdo de investidura tenía una cláusula municipal oculta. «Una letra tan pequeña que no hemos podido ver hasta el sábado», decía el todavía vicepresidente el pasado lunes en su primera valoración del nuevo mapa político local.
Alcaldes del PP con el PRC (5)
Ampuero: Patricio Martínez recupera el bastón de mando.
Torrelavega: Javier López Estrada sumó así la mayoría.
Santillana del Mar: Ángel Rodríguez repite en la Alcaldía.
Hazas de Cesto: el pacto «imposible» se firmó a última hora.
Voto: los populares tienen el poder con la agrupación vecinal.
Santa María de Cayón: Pilar del Río puso de acuerdo a PRC y PSOE para apartar a sus excompañeros populares.
Santa Cruz de Bezana: por primera vez el PP llega a una Alcaldía integrando a ediles de Vox.
A Zuloaga le dolió especialmente lo ocurrido en Cabuérniga y Reinosa, dos casos «donde la lista más votada era la del PSOE, pero no han podido gobernar, rompiendo por un lado con la propuesta del PP de que gobierne la lista más votada o con los regionalistas mostrando su apoyo explícito a los populares». El PSOE ha hecho lo mismo -desplazar a la lista más votada, en este caso el PP- en Hazas de Cesto, pero el líder socialista justifica este movimiento porque ellos nunca han defendido el principio de que gobierne la lista más votada y el partido de Feijóo sí, tanto en Cantabria como en el resto de España. El «giro a la derecha del PRC» que denuncia el PSOE se ha visto, según su secretario general, en otros lugares como «Ampuero, Liendo o Los Corrales de Buelna, ayuntamientos donde hasta el final el PSOE ha estado ofreciendo oportunidades de gestión progresista a un PRC que se ha entregado por completo al PP». Lo cierto es que, de haber un acuerdo soterrado como dice Zuloaga, este ha sido muy poco productivo para los regionalistas porque no se ha traducido en ninguna Alcaldía.
Sus cinco pactos han implicado hacer regidor a cinco candidatos populares y ninguno del PRC. En tres de los municipios (Los Corrales, Reinosa y Liendo) ya gobernaron juntos la pasada legislatura, pero hace cuatro años el socio mayoritario era uno y esta vez el otro. El sábado, una vez desarrollados los primeros plenos de cada ayuntamiento -los de Penagos y Ribamontán al Mar se han retrasado hasta el día 7 de julio por recursos sin resolver de los partidos-, la número dos del PP y secretaria general, María José González Revuelta, celebraba el dominio de su partido en el panorama local y destacaba que, a las 36 alcaldías obtenidas por el PP con mayoría absoluta, los populares han sido capaces de sumar doce más, lo que demuestra la «capacidad de diálogo y de pacto» del PP. Además de los ya cinco citados pactos con el PRC, están los de Bareyo (con OLA Cantabria), Voto (con una agrupación independiente) y Santa Cruz de Bezana (el primer Gobierno municipal en el que entra Vox). El resto no son técnicamente pactos, sino gobiernos en minoría en Noja, Liérganes, Laredo y Cabezón de la Sal. No tanto por su capacidad de diálogo, sino por la incapacidad de sus oponentes.
Algo más equitativo es el reparto de beneficios de las alianzas PRC-PSOE (o viceversa). Ahí, tres Alcaldías han ido para los regionalistas (además de Torrelavega, Comillas y Anievas) y dos para los socialistas (Santillana del Mar y Hazas de Cesto). Además, en Rionansa se repartirán el bastón de mando los dos candidatos la mitad de legislatura cada uno y en Santa María de Cayón están también en coalición, pero para apoyar a una tercera, Pilar del Río. Había más pactos teóricamente sencillos que no se llegaron a firmar en Molledo y Medio Cudeyo. En este último era tan fácil como reeditar la coalición que ya existía, pero no fue posible.
También hubo pacto en Santoña, pero ahí el beneficiado fue Jesús Gullart, líder de Santoñeses. En total, a los 74 mayorías absolutas se han sumado 18 pactos con distintos socios y fórmulas, nueve gobiernos en minoría -incluido el caso excepcional de San Vicente de la Barquera, a la espera de lo que pueda suceder- y lo que pase en Ribamontán al Mar, donde los tres partidos con representación (PRC, PP y PSOE) tienen más margen para cerrar alianzas.
En las elecciones municipales de 2015, la irrupción de nuevas formaciones por la crisis que sufrieron los partidos tradicionales provocó una gran fragmentación política, que se reflejó en los plenos locales de la comunidad autónoma. El fenómeno se mantuvo en 2019, pero en los últimos comicios ha ido a menos, quitando casos puntuales como el de Laredo, donde la Corporación está formada por siete siglas distintas y ninguna de ellas supera los tres concejales. Una de las consecuencias de la reconcentración del voto es que el número de gobiernos municipales con más de dos socios se ha reducido notablemente. Esta legislatura hay un único tripartito, el de Santa María de Cayón. Allí, la independiente Pilar del Río se ha hecho con el bastón de mando gracias al apoyo de PRC y PSOE. Un único ayuntamiento con tripartito en el poder frente a los cinco de hace cuatro años (Cieza, Miengo, Piélagos, San Vicente de la Barquera y Santa Cruz de Bezana, todos ellos con regionalistas y socialistas implicados, aunque alguno saltó por los aires antes de tiempo). Históricamente también ha habido municipios gobernados por cuatripartitos. Uno de los casos más recientes es el que dirigió Esther Bolado en Camargo entre 2015 y 2019.
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