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La diputada y portavoz del PRC en materia de Salud, Paula Fernández, realizó ayer un llamamiento a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de ... Buruaga (PP), y al consejero de Salud, César Pascual, para solucionar la «situación insostenible» que sufre el Hospital de Laredo. Una situación, dijo, a la que se ha llegado por la «falta de profesionales», el incremento de las listas de espera, además de «un ambiente de trabajo nocivo» provocado por las «decisiones unilaterales» impuestas por la dirección al personal y la «merma de la atención a los pacientes».
«Muchos de los profesionales llevan allí más de 20 años y no recuerdan una crisis como esta», aseguró la parlamentaria en rueda de prensa, en la que destacó el incremento de las listas de espera y la situación «insostenible» del hospital, sobre todo en especialidades como traumatología, donde hay 3.422 pacientes en espera (casi 1.500 más que en julio de 2024) y una demora media de 212 días para acceder a una consulta.
Fernández detalló que el centro cuenta en este momento con cuatro traumatólogos y uno ha solicitado traslado, por lo que la capacidad operativa puede verse reducida a corto plazo, mientras las cinco plazas ofertadas por el Servicio Cántabro de Salud han quedado desiertas, al igual que las de anestesistas y cirugía interna.
También recordó que en septiembre se jubilará el único otorrinolaringólogo «y no hay relevo», por lo que teme que esta especialidad desaparezca y obligue a los pacientes a trasladarse a otros hospitales. La regionalista denunció también la reducción de la plantilla de enfermería, lo que provoca que en los turnos de noche y los fines de semana solo haya dos enfermeras en quirófano, a pesar de que este centro hospitalario no cuenta con reanimación.
Además, se ha suprimido la plaza de enfermera de esterilización y faltan Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), por lo que una sola profesional tiene que atender en el turno de noche a más de 30 pacientes. Como consecuencia de todo ello, advirtió, las listas de espera «no dejan de aumentar» y ya rondan los 11.000 pacientes en primeras consultas, «con el agravante de que cada mes entran menos usuarios». En pruebas diagnósticas, las esperas han crecido de 5.000 a 7.000 personas, y el número de pacientes que lleva más de 90 días pendiente de una prueba se ha duplicado en un año.
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