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Han pasado dos meses desde que el PP descabalgó a Miguel Ángel Revilla del Gobierno de Cantabria. Aquella noche electoral, más allá del golpe que supuso perder casi la mitad de sus votos y diputados, abrió muchas inquietudes y dudas entre la militancia y la ... dirección regionalista. «¿Y ahora qué?», fue la pregunta que más se podía leer al día siguiente en los grupos de whatsapp del entorno del PRC. Una duda que no ha recibido respuesta ocho semanas después, y que está provocando un enfado y malestar no disimulados en muchos sectores del partido, inquietos por la inacción de su líder y la ausencia de decisiones sobre el futuro del PRC. «Hay mucho revuelo porque Revilla está desaparecido. Hemos perdido todo el protagonismo que teníamos», reconocieron a este periódico fuentes de la Ejecutiva regionalista.
La sucesión de Revilla, imposible de esquivar por su edad (80 años), no solo ha dejado de ser un tema tabú en el partido tras la derrota electoral, sino que ya existe cierta impaciencia por hacerla. «Se ha ganado el derecho a decidir cómo será su relevo, pero debe darse prisa en afrontarlo», señalan desde el entorno del expresidente de Cantabria. «No mueve pieza y la gente quiere rearmarse ya», se quejan desde otro sector distinto de la organización.
El relevo, según las fuentes consultadas, se hará en un Congreso extraordinario cuya fecha Revilla anunciará próximamente, pero no será tan pronto como algunos le reclaman internamente. Los más inquietos por el futuro del partido pedían unas primarias en septiembre, pero esos no son los tiempos que maneja su secretario general. «Es necesario tomar una decisión ya y saber qué vamos a hacer. No hay una fecha clara para el cambio, pero no debe tardar mucho», subrayan miembros de la Ejecutiva, preocupados porque el PRC «no se convierta en Ciudadanos». «Esto no da más de sí, todo depende de cómo se gestione el cambio ahora», señalan.
La fecha más razonable de las que se barajan es el próximo mes de diciembre. «Como pronto, el Congreso será entonces. O al menos, el anuncio de su celebración. Pero, al final, será cuando Revilla quiera, en eso no hay discusión», vaticina un dirigente de la formación que prefiere no hacer público su nombre.
Este periódico se puso en contacto con el secretario general del PRC para confirmar la fecha, pero se limitó a responder que este tema «no se ha planteado en los órganos de dirección».
También existen muchas dudas con la fórmula que se elegirá para ese Congreso. ¿Habrá un candidato oficial o se permitirá que todos los aspirantes se presenten en igualdad de condiciones? ¿Hay posibilidad de una bicefalia y que el secretario general y el candidato electoral sean personas distintas? «En los últimos 40 años todas las votaciones han sido a mano alzada, por lo que muy libres no han sido. Si Revilla señala a un sucesor, tan libre no será el Congreso», opinan desde la dirección del partido.
Existe otro factor inesperado que puede ser clave en el calendario de la sucesión en el PRC. Las elecciones europeas de junio de 2024 pueden interferir en los tiempos del Congreso si finalmente Miguel Ángel Revilla decide presentarse como candidato. Esta posibilidad se lleva escuchando desde hace tiempo en el PRC, no es nueva, pero sí que ahora suena con más fuerza. Incluso, el propio líder regionalista lo habría comentado recientemente, según fuentes de la Ejecutiva. Un extremo que tampoco quiso ser confirmado por el expresidente a este periódico.
Al ser circunscripción única, cualquier ciudadano del país podría votar a Revilla, que vería así cumplido su deseo político de examinarse electoralmente a nivel nacional. Si resultase elegido -en España se eligen 59 representantes en Bruselas-, debería renunciar a su acta de diputado en el Parlamento cántabro, ya que no es compatible con el escaño europeo. Esta circunstancia condicionaría el calendario del Congreso en el PRC.
Hasta que llegue ese momento, dirigentes y militantes esperan un rumbo fijo para gestionar la derrota. Como dijo el politólogo norteamericano William Riker: «La dinámica de la política está en las manos de los perdedores. Son ellos los que deciden cuándo, cómo y si se sigue peleando». Y en el PRC hay muchos detractores de la estrategia que se ha seguido tras la fatídica noche del 28 de mayo. «Estamos en tierra de nadie. No pintamos nada en el Gobierno después de habérselo regalado al PP y hace más oposición el PSOE que nosotros», lamentan desde distintos sectores de la organización.
En cualquier caso, todos parecen estar de acuerdo en que el cambio de líder después de 40 años no implica necesariamente una refundación del partido. El regionalismo ya no es exclusivamente sinónimo de revillismo. Hay una estructura detrás, como ya reivindicaba el fallecido Rafael de la Sierra en 2016, tres años antes de su muerte: «No podemos pretender sustituir a Revilla por otro Revilla. El auténtico sucesor del secretario general del PRC es el partido».
Hablar de nombres ahora es pura especulación. Revilla lo único que ha pedido es que «no haya ningún tipo de guerra fratricida». y, lógicamente, nadie ha puesto sobre la mesa su intención de postularse como sucesor. El exmiembro de la Ejecutiva regionalista Manuel Solana sí tiene muy claro quién debe ser el próximo líder del PRC (aunque prefiere no nombrarlo): «Sólo veo a una persona capaz de hacer con garantías el necesario viaje del PRC originario al nuevo». El arquitecto piensa que el renacimiento del PRC «puede ser doliente o fluido, pero tiene que nacer por fuerza de un congreso interno que defina con claridad la ideología del partido. No hay atajos posibles».
Eso parecen tenerlo todos claro. La duda es cuándo ocurrirá. Y en el PRC empiezan a aparecer las impaciencias.
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