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Los expertos no se ponen de acuerdo en aventurar si en España está germinando o no una nueva burbuja inmobiliaria, pero el debate ya está ... encima de la mesa. Y los pilares que lo sostienen son los mismos que entre 1997 y 2007 llevaron al país a un alza inflacionista en los precios provocado, al menos en parte, por el fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda. Cantabria no es una isla en esta situación. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) así lo atestiguan. Según el Índice de Precios de Vivienda (IV), los precios de la vivienda nueva aumentaron el año pasado el 13%, bastante por encima del 11,4% con el que se produjo el estallido de la burbuja especulativa que se registró en 2008. Lo que llama la atención es que en los tres últimos años el incremento de lo que hay que pagar por un piso o una casa de nueva construcción se ha multiplicado por tres.
Un vistazo rápido al gráfico que acompaña esta información permite observar como la línea que dibuja el camino recorrido por los precios de las viviendas nuevas ha ido en constante crecimiento desde 2012, que es cuando el sector de la construcción tocó el fondo del pozo al que había caído, en parte acompañado por el desplome de las entidades financieras a las que el Estado tuvo que rescatar para evitar el colapso económico del país al haber dado crédito sin garantías de reembolso.
A partir de ahí, el crecimiento, con pequeños altibajos, fue continuo. Sin embargo, hay una fecha clave en el alza de los precios en Cantabria. Es 2021, el año posterior a la pandemia. Mucho se habló de que las familias se dieron cuenta de que sus hogares no eran tan cómodos para vivir en ellos encerrados tanto tiempo y comenzaron a buscar otras soluciones, en gran medida, con espacios exteriores en forma de jardines y terrazas.
Con el sector de la construcción aún dormitando, pero con el inmobiliario ya en pleno despegue, Cantabria cerró ese ejercicio con un aumento en los precios de las viviendas nuevas del 9,8%, el 11,6% al siguiente y, finalmente, el 13% registrado en 2024. Para hacerse una idea de lo elevado de la tendencia, la tasa nacional subió el 12,3%.
Estas cifras colocan a la región en niveles superiores a los del pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria. En 2007, precisamente el primer año en el que el INE comenzó a realizar estos informes, el incremento fue del 11,4%. A partir de ahí, cayó en picado.
El Índice de Precios de Vivienda (IV) es un estudio del INE que tiene como principal objetivo medir la evolución de la compraventa de las viviendas libres en España, tanto de las nuevas como de las usadas. En este último apartado, las de segunda mano, se repite la misma constante. El último dato del instituto público muestra que el alza de los precios ya es superior a los de la época de la burbuja inmobiliaria. Los precios aquí subieron el 8,4% en 2024, dos décimas por encima del 8,2% registrado en 2007.
La evolución también es similar al de la vivienda nueva, aunque con algunas particularidades. En este sentido, la pandemia también supuso un impulso de los precios.El año del desembarco del covid, el ascenso de los precios apenas fue del 0,6%, pero al siguiente ya se elevó hasta el 5,7%; al siguiente, el 9,8%; en 2023 cayó hasta el 4,2%, y desde ahí se dobló hasta el 8,4% con el que se cerró el año pasado. En este punto, Cantabria se comportó algo mejor que la media del conjunto del país, que fue casi tres puntos superior (11,1%).
El tema de la vivienda se ha colado de nuevo en la agenda pública. La necesidad de cubrir las necesidades habitacionales de la ciudadanía es uno de los temas más recurrentes en las diferentes administraciones públicas, que difieren, sin embargo, en las medidas a llevar a cabo para poner remedio al problema. Sin embargo, la espiral inflacionista de los precios en los últimos ejercicios pone cada vez más difícil el acceso de los ciudadanos a un techo propio. En este sentido, el portal inmobiliario Idealista reveló ayer un dato ilustrativo. El precio de una vivienda de dos dormitorios en Cantabria requeriría todos los ingresos de una familia durante cuatro años y medio, siempre y cuando todo el núcleo familiar pudiese aportar todos sus recursos económicos a ello.
El coste de una vivienda de estas características en la región, al cierre del último trimestre del año pasado, era de 148.515 euros, lo que supone multiplicar por 4,5 los 32.734 euros de ingresos netos familiares que calcula de media el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Si se pone el foco en la capital, el esfuerzo es aún mayor. En Santander las familias tendrían que emplear 5,4 años para saldar la deuda, con un precio de vivienda de 180.163 euros y unos ingresos de 35.015 euros. Por comparar con otras capitales, Palma de Mallorca es la que mayor número de años necesita destinar, ya que prácticamente duplica la media nacional, con 11,8 años. Le siguen Málaga (9,8 años), San Sebastián (9,7 años) y Madrid (9,5 años). Por debajo hay varias donde la situación es mejor que en Santander. En Jaén, las familias necesitarían destinar tres años. A continuación se situarían Lleida (3,2), Palencia (3,4) y Cuenca, Ciudad Real y Huelva (3,5 en las tres).
En el conjunto del país, el coste medio de una vivienda de dos dormitorios fue de 187.108 euros, lo que supone sextuplicar los 30.552 euros de ingresos netos familiares fijados por el INE.
El Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene carácter trimestral. Los últimos datos relativos al cierre de 2024 reflejan que en los últimos tres meses del año pasado el precio de la vivienda libre en Cantabria se encareció el 11,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, esto supuso 1,4 puntos más que en el trimestre previo (julio, agosto y septiembre). Por tipo de vivienda, el precio de la nueva subió el 13,2% en comparación con el periodo octubre-diciembre de 2023, y el precio de la usada se incrementó el 11,5%. A nivel nacional, el precio de la vivienda libre –incluye la de nueva construcción y la de segunda mano– se disparó una media del 8,4% en 2024, más del doble de lo que aumentó en 2023 y su mayor repunte desde 2007, cuando subió el 9,8%. Con esta última subida, el precio de los hogares encadena once años consecutivos de incrementos.
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