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Los mensajes en la anterior edición de la Fiesta Anual del PRC, celebrada hace justo un año en la campa de Latas (Ribamontán al Mar), iban dirigidos a todos los cántabros. En aquella ocasión, con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la ... esquina, Miguel Ángel Revilla se esforzó en detallar los logros conseguidos por su partido al frente del Gobierno regional y los beneficios, en forma de llegada de inversiones por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, de la presencia de los regionalistas en Madrid y de su posición negociadora privilegiada con el inquilino de La Moncloa. Doce meses después, en el mitin de la XXVIII fiesta del PRC que tuvo lugar este domingo en Guriezo, a pocas horas para ceder las riendas del Ejecutivo autonómico al PP, el tono fue muy distinto.
«Este es un partido que ha tenido momentos mejores, pero sabemos estar a la altura a las duras y a las maduras. Hemos tenido un pequeño desastre electoral, pero no hemos nacido para dos días. Vamos a continuar siempre con alzas y bajas de votos. Somos un partido que ha calado ya en la voluntad popular», arrancaba Revilla, que advertía de que iba a hablar bajo, pero no por falta de motivación, sino porque llegaba al acto con anginas. Y hablaba esta vez no a los cántabros en general, sino a los propios. Particularmente, a los militantes.
A los cerca de mil afiliados y simpatizantes que se acercaron hasta Guriezo pese a la lluvia y a que el lugar elegido «no es precisamente el más céntrico de Cantabria». A ellos les habló para explicar los motivos a los que atribuye la derrota electoral, para explicar las razones por las que hoy los ocho diputados del PRC no impedirán la investidura de la popular María José Sáenz de Buruaga y, de nuevo, para hacer un balance de los años al frente del Gobierno autonómico. Explicó todo eso, pero quizás lo más interesante fue sus muchas alusiones a lo que tiene que ocurrir con el partido cuando tome las riendas una persona diferente tras cuarenta años de 'revillismo'.
«Llega el momento del relevo. Este no es el partido de Revilla, es un partido para siempre», dijo durante el mitin frente a quienes piensan que sin él el proyecto no tiene futuro. Confirmó que no volverá a optar a la Presidencia de Cantabria y tampoco a ningún otro cargo institucional. Tampoco repetirá como candidato a la Secretaría General del PRC, pero sí se mantendrá en el escaño del Parlamento, haciendo oposición, mientras encuentra a la persona adecuada. Eso no es nuevo, pero sí la petición, casi una súplica a los suyos, para que no pongan piedras en esta tarea. Porque repitió en diversas ocasiones que esa elección no la puede hacer él, sino que tiene que hacerse «entre todos». «Me iré cuando tengamos claro entre todos quién se va a hacer cargo de este partido y cuando nos juramentemos todos a apoyarle. Tenemos que juramentarnos todos para que el que venga detrás de mí una al partido como yo lo he hecho. Alguien que se comprometa a hacer de este partido un partido ganador las próximas elecciones. Alguien que continúe su labor, incluso que la mejore», dijo Revilla junto a Paula Fernández, Javier López Marcano, Guillermo Blanco y alcaldes como los de Torrelavega, Polanco y Reocín (Javier López Estrada, Rosa Díaz y Pablo Diestro, respectivamente), algunos de los perfiles que aparecen en las quinielas sucesorias.
Un Revilla que cree que la derrota les fortalecerá porque servirá para hacer equipo y ver quién está realmente comprometido y quién estaba por interés de estar cerca del poder y un Revilla que no oculta su temor a que a partir de ahora se abra una guerra interna. El líder regionalista no quiere que ocurra como en otros partidos, «que aceptan al ganador y luego se pegan: yo no podría aguantar eso, me iría de Cantabria».
¿De los motivos de la derrota electoral? Primero un matiz:«Hemos perdido, pero somos el segundo partido de Cantabria. Tenemos 35 alcaldes. Hay partidos que tocaban el cielo y ya no están en la papeleta. ¿Qué pasará con el PRC? Que seguiremos aquí». Las explicaciones que dio fueron las ya conocidas:la ola popular que se extendió por toda España y la penalización a quienes de una forma u otra han apoyado a Sánchez. Eso sí, Revilla precisó que el PRC, pese a que a muchos se les ha olvidado, no apoyó su investidura porque no le gustaban las compañías. Sí ha votado a Sánchez Presupuestos y leyes, pero a cambio de ordeñar la vaca «hasta la última gota».
Les penalizó eso y la aparición en el peor momento del 'caso Carreteras' y el escándalo de los trenes. «¡Qué casualidad!», ironizó Revilla, convencido de que existía «una consigna para acabar con el PRC, cosa que no van a conseguir». Igual que Sánchez en sus ataques a los poderes económicos y mediáticos, el aún presidente de Cantabria cree que en su derrota han incluido los grandes poderes. «¡Cuidado con los grandes poderes!», avisó.
Y si tomó prestado eso de Pedro Sánchez, de Mariano Rajoy copió la costumbre de no usar el nombre de la persona a la que alude. No dijo «esa persona de la que usted me habla» como el gallego para referirse a María José Sáenz de Buruaga, sino «esa señora». Usó esa expresión cuando señaló que la futura presidenta tiene todos los grandes proyectos en marcha (las obras del Estado, el Mupac y La Pasiega) y también cuando garantizó que, aunque el PP esté en el poder, él se emocionará con cada noticia buena que salga de Cantabria. Por ejemplo, con el paro:«Ojalá esta señora consiga batir el dato de paro que le dejamos, que es de récord».
Las razones de la derrota son las razones por las que el PRC tiene ahora imposible mantener el diputado en Madrid el 23J y también por las que los regionalistas no darán esta batalla. «Aunque hemos hecho la tarea, no hemos tenido el premio electoral, pero os aseguro que algún día el PRC volverá a ganar las elecciones», dijo Revilla, que anticipa que la gente se dará cuenta más pronto que tarde de que «este partido que es ejemplo de honradez» fue injustamente tratado.
El líder regionalista no dio consignas sobre a quién votar en las generales. Por lo menos no directamente. A Feijóo no le citó y de Sánchez dijo que «tendrá muchos defectos, pero os aseguro que no tiene en la cabeza romper España». Igual que justifica la abstención ante Buruaga para evitar que Vox entre en el Gobierno cántabro, del partido de Abascal dijo que «no tiene ninguna propuesta». Más incluso, avisó del peligro de que gobierne en Madrid:«Además de estar en contra de la Autonomía, tiene gentes muy retrógradas. Hay cosas que mejorar, pero no se debe retroceder en grandes adelantos que ha hecho este país».
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