«Preocupación» en el Banco de Alimentos por las nuevas tarjetas para comprar comida

Los Bancos de Alimentos, que hasta ahora eran responsables junto con Cruz Roja España de la entrega de alimentos, anticipan que «la reforma dejará a muchas personas desatendidas, como personas mayores solas, personas sin hogar, familias migrantes sin hijos, personas con rentas bajas, o con ingreso mínimo vital, familias con hijos mayores de 15 años, beneficiarios de comedores sociales, entre otros. Solo serán beneficiarios de las tarjetas, aproximadamente, un 16,5% de las familias».

Desde el Banco de Alimentos de Cantabria –que en 2023 atendió las necesidades de 9.500 personas y repartió 1,1 millones de alimentos– señalan que uno de los principales objetivos de las tarjetas monedero, es dignificar la entrega de alimentos y evitar las colas, «y es lo que llevamos realizando todos los Bancos de Alimentos desde hace más de 30 años, gracias a la ayuda de las entidades colaboradoras, que reparten directamente al usuario final». «Nos sentimos preocupados ante este escenario, ya que está en riesgo el derecho a una alimentación digna y saludable de miles de personas vulnerables. Estamos abiertos para mantener una línea de colaboración con las distintas administraciones para ayudar a todas las personas afectadas», afirman.

A la presidenta de la entidad, Gema Díaz, también le «asusta» el no saber cómo se va a implementar el nuevo sistema ni quién va a comprobar qué beneficiarios tienen derecho porque cumplen con los requisitos. «Creo que nos va a afectar negativamente. Además, habrá que controlar que no haya duplicidades», advierte.

Frente a la «preocupación» del Banco de Alimentos está la «satisfacción» de Cáritas de Santander, que recuerda que hace ocho años comenzó a sustituir en Cantabria la entrega de alimentos por otros modelos de apoyo económico, como las tarjetas monedero. De hecho, durante el año pasado, 3.171 personas en la región cubrieron sus necesidades de alimentación a través de estos nuevos formatos, con una inversión superior a los 375.000 euros.

«La gente nos da verdaderas lecciones de cómo administrar su compra con la tarjeta monedero. Una herramienta que dignifica el derecho a la alimentación», afirma Sonsoles López, directora de Cáritas Diocesana de Santander.

Dignificar el derecho a la alimentación era el objetivo que llevó a esta entidad a implantar estas tarjetas como una herramienta más dentro del proceso de acompañamiento que Cáritas presta a las personas que lo necesitan. «A lo largo de estos años hemos visto cómo los beneficiarios refuerzan su autonomía y su dignidad. Ya no tienen que ajustarse a lo que otros deciden que es bueno para ellas, sino que pueden optar por qué comprar en función de sus necesidades, costumbres y gustos», explica López.