Antonio Juan Pastor
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Antonio Juan Pastor
El médico Antonio Juan Pastor (Palma de Mallorca, 1966) llegó a Laredo hace un año con la intención de «cambiar el rumbo» del hospital comarcal. Y aunque no le faltan problemas con los que lidiar (la falta de anestesistas ha sido el último), está convencido ... de que ese cambio ya está en marcha y que trabajadores y pacientes verán los resultados «en los próximos meses».
-¿En qué situación encontró el hospital cuando llegó a la Dirección?
-Me preocupó el estado de ánimo general. Me dio la sensación de que llevaba un tiempo largo en cierto declive, hasta el punto de que había una rumorología, lógicamente infundada, de que se podía cerrar. Yo nunca he visto cerrar un hospital público, es imposible. Y menos de la importancia de este, que atiende a 100.000 personas. En esas primeras impresiones había una falta de mantenimiento y de intervención más técnica en el bloque quirúrgico que era lo que había impedido que se pusiera en marcha. Parecía como si el envoltorio acompañara a la idea. También me llamaron la atención las dificultades para captar y retener a sus profesionales. ¿Por qué tenía esa fuga?
-¿Por qué?
-Hay muchos factores. Estamos en un contexto de altísima competencia. Tenemos que diferenciarnos y los hospitales pequeños podemos hacerlo en cuestiones como agilidad, organización, trato, innovación incluso. Pero esa idea se había perdido con el tiempo. Cuando tú trabajas en un entorno en el que estás a gusto te cuesta mucho irte. Ahí influye cómo es tu día a día, tu futuro a medio plazo en desarrollo profesional y si todo eso te encaja con tu vida personal. Creo que aquí lo que ha ocurrido es que en un momento determinado, y por diversos factores, algunos servicios como Anestesia han visto peligrar todo esto por las guardias. Al hacer más de la cuenta, eso te desencaja todo lo demás: hay menos cohesión en el equipo, estás más cansado, cuesta más conciliar... Ahí empieza lo que después ha sido un conflicto.
-Acaban de contratar a 14 médicos de distintas especialidades, «un hito», pero ninguno de Anestesia, ¿a qué lo achaca?
-A los residentes cuando acaban les cuesta irse de su hospital; si te puedes quedar en Valdecilla, en este caso, no te vas a otro sitio. Ellos se sienten parte. Y yo lo entiendo. Pero estábamos convencidos de que alguno vendría.
-¿Como alternativa, se plantean unificar los servicios de Anestesiología de Valdecilla y Laredo?
-Cuando tú tienes este problema, lo primero que tienes que hacer es proveer la atención. Necesitamos una provisión de las guardias, que ya está garantizada, y cubrir dos puestos de Anestesia. La fórmula en que se haga debe ser la mejor para los dos servicios. En este momento, no se ha propuesto una concreta. Con las guardias cubiertas, que irán descendiendo en cuanto contratemos, nosotros funcionamos. Pero hay que contar con la voluntariedad de los profesionales, que tienen que entender por qué se hace esto. Tenemos varios anestesistas en cartera, pero no para incorporarse de forma inmediata. Estamos haciendo todo el esfuerzo por contratar. Y con la estabilización, se incorporará un anestesista en las próximas semanas. Eso nos dará un respiro.
-Valdecilla ha tenido que reducir su actividad quirúrgica. ¿Cómo de grave era el problema en el Hospital de Laredo?
-Nos preocupa mucho también que Valdecilla pueda sufrir por esta situación. La actividad de Laredo cuantitativamente no es tan importante, pero porcentualmente hemos tenido que suspender un 30% de la actividad quirúrgica que queríamos hacer, que ya era de mínimos. La primera semana, cuando se produjeron las bajas sobrevenidas, tuvimos que suspender el 50% de las endoscopias y los preoperatorios previstos.
-Un jefe de servicio de Valdecilla ha apuntado que sería más eficiente trasladar a los pacientes de Laredo a operar a Valdecilla en lugar de mover a los anestesistas, ¿qué opina?
-Me dejó atónito esa afirmación. El mundo va en sentido contrario, no va a la concentración de medios, sino al trabajo en red. El hospital central es Valdecilla, pero tienes que prestar servicio donde está la población. Pensar que en 2024 la solución es concentrar los recursos y desplazar a la gente es de los años setenta.
-¿Qué diría a quienes creen que se está dejando morir al hospital?
-Este hospital tiene un grandísimo futuro. Nos hemos dedicado un año a preparar el hospital para incrementar la actividad: hemos abierto el bloque quirúrgico, hemos actualizado la agenda de consulta externa, hemos mejorado la gestión de camas (no tenemos ni un solo día problemas de camas para ingreso). Hemos preparado al hospital para su despegue. En cuanto tengamos las vacantes de Anestesia cubiertas, alguna de Traumatología y de Otorrino (hace un mes, la lista de necesidades abarcaba a ocho servicios), pondremos la guinda a esto. Pero no podemos lanzar las campanas al vuelo, porque desde el punto de vista del ciudadano hay quien lleva esperando dos años para una cirugía de Traumatología. Pero hay que explicarle esto para que tenga una expectativa de mejora. Este hospital está mejorando, que no quepa duda.
-Los propios profesionales llevan años lanzando el SOS de salvar al hospital (al día siguiente de realizarse esta entrevista, el viernes, salió a la luz la carta enviada a la Consejería para aclarar que «la situación crítica» que vive Laredo «no es un problema puntual sino crónico»). ¿Les sobran motivos para quejarse?
-Estamos en el buen camino para solucionar los problemas de plantilla y los profesionales lo saben, solo que en estos momentos expresan su preocupación, que compartimos, por los plazos para recuperar toda la actividad que pretendemos hacer. Hablamos todos los días con ellos sobre este asunto y seguiremos informándoles de cualquier avance.
-¿Cuál es la lista de espera ahora mismo de Laredo?
-Tenemos 20.000 personas en listas de espera. Vivo en Laredo y cuando entro en algún establecimiento pienso que una de cada cinco personas a mi alrededor está en esas listas, eso no me lo quito de la cabeza. A esa gente es a la que tenemos que dar respuesta. Pero a este hospital le estaban quedando cada año 10.000 consultas externas sin hacer. Es una barbaridad. Esa bola se empezó a engendrar hace cinco años. Y eso no lo desmadejas en uno. Con las contrataciones y los nuevos espacios habilitados podremos llegar a hacer 50.000 consultas anuales.
-¿Cuándo verán los pacientes que el hospital levanta cabeza?
-Durante 2025 se va a notar claramente la diferencia, sobre todo en Neurología, Oftalmología, Neumología y Digestivo. Tendremos algo más de dificultad en Trauma -ahí estamos potenciando Rehabilitación para mejorar la calidad de vida de los pacientes en espera de intervención- y de Otorrino, pero al resto le podemos dar un empujón importante. En un año quitaremos esa lista de espera de consultas en la mayoría de las especialidades, pero los efectos se empezarán a notar antes. En la lista quirúrgica, si logramos incorporar anestesistas en jornada ordinaria podemos hacer mínimo cuatro quirófanos diarios.
-¿Se ha llegado a utilizar todo el bloque quirúrgico nuevo?
-No simultáneamente. Nos falta aumentar un poco la actividad quirúrgica para ir atacando la lista de espera y alcanzar el equilibrio con la lista de consultas que entra desde Atención Primaria, pero llegará un momento en que con cuatro quirófanos diarios lo consigamos (el doble que ahora).
-El 60% de los médicos contratados proceden de otras comunidades, ¿cómo les han convencido, viendo las dificultades que siempre tiene Laredo?
-Porque tenemos un proyecto y creemos firmemente en hospitales como el nuestro, y eso se transmite. Hemos contratado médicos de País Vasco, Asturias, Madrid, La Rioja, Sevilla... No creo que haya ningún hospital de este tamaño en España que haya hecho tantas contrataciones este año.
-¿Entonces los incentivos ligados a las plazas de difícil cobertura sí han funcionado?
-No solo han funcionado, sino que eran imprescindibles. Otra cosa es que fuera suficiente. Tiene que haber algo más que un contrato, te tiene que gustar trabajar en un hospital pequeño y ver que hay plan de futuro.
-¿Corre riesgo el área de partos de Laredo por falta de anestesistas? ¿Se plantea que su actividad lo asuma Valdecilla?
-Hay rumores y estigmas que no sé si nos desprenderemos de ellos. Y este es uno que persigue al bloque obstétrico desde hace años. El Hospital de Laredo es conocido y reconocido por el área materno-infantil, forma parte de su identidad. No se trata de un tema cuantitativo, de cuántos partos se atienden, de si es rentable... Claro que Valdecilla podría absorber sin problema 300 partos de Laredo, pero ese no es el debate ni el discurso. Si te vas a lo realmente importante, al impacto social, a la importancia para esta zona, no hay debate. No se puede cuestionar el área materno-infantil. Sería una pérdida que no se puede permitir. Se dice que sin partos se resuelve el problema de anestesia, y no es cierto. Necesitamos anestesia de guardia sí o sí, haya partos o no.
-Como solución a la falta de personal en Urgencias este verano recurrieron al equipo de Hospitalización Domiciliaria. ¿Ya se ha retomado su actividad?
-Sí, desde mediados de septiembre la Hospitalización Domiciliaria ya está funcionando con normalidad. Se da la paradoja de que este año ha sido el de más actividad y debido a la tesitura de tener que reforzar el servicio de Urgencias, tuvimos que decir a los profesionales que cesábamos transitoriamente en el mes de agosto la hospitalización domiciliaria para que pudieran apoyar a Urgencias. Y tengo que decir que la actitud ha sido ejemplar. Aprovechamos esta crisis para refundar la unidad, reordenando horarios, de forma que hemos ampliado de 12 a 16 camas, con las mismas personas.
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