Preparados para la temporada alta

Con la llegada de la Semana Santa, la más tardía en los últimos cinco años, son muchos los negocios y lugares turísticos de la región que aprovechan este periodo para ponerse a punto y reforzar sus plantillas con la vista puesta en el verano. Un aumento de trabajo que se refleja tanto en pequeños comercios como puede ser el caso de las heladerías hasta establecimientos de mayor magnitud como los hoteles. Ampliación de horarios y aumento de plantillas son solo algunas de las medidas que preparan empresarios y gestores del mundo de la cultura, el ocio y la hostelería ante la campaña veraniega en Cantabria.

Uno de esos sectores, el de la hostelería, presenta año tras año serias dificultades para captar trabajadores y responder al aumento de turistas que vive Cantabria en los últimos años. El director del Hotel Astuy, Emérito Astuy, tiene claro la idoneidad de que la Semana Santa caiga en abril para encarar la temporada estival. «Si me dejan elegir, yo siempre pondría la Semana Santa durante la primera o segunda semana de este mes. Nos aporta una estabilidad en el calendario que nos beneficia a los hosteleros», remarca. «En nuestro caso, nosotros hacemos muchísimo esfuerzo en mantener una plantilla grande durante el invierno sin necesidad para que cuando empiece la temporada, como es este momento, tengamos una base estable, profesional y que nos permita un mínimo de funcionamiento y completarla a partir de ahora con gente de temporada de más o menos meses. Unos empiezan ahora, otros vienen solo fines de semana y según van pasando los meses, progresivamente vamos haciendo que la plantilla sea un poco más larga».

Una gestión, la del Hotel Astuy, que el director compatibiliza con la de dos bloques de apartamentos y dos asadores. «Las reservas están parecidas a las de otros años, la gente se espera a los últimos días para ver el clima que va a hacer», advierte. «Con el puente de mayo y el verano tan cerca empezamos a abrir los asadores, que es una tarea siempre complicada. Hay que revisarlo todo, limpiar y reparar la maquinaria para que estemos a pleno rendimiento en unas semanas».

Con un ojo puesto en el cielo y con la esperanza de que el buen tiempo aparezca, el director de Cabárceno, Míchel Valdés, comparte las ganas de recibir a todos los visitantes que se acerquen al Parque en estos próximos meses. «Estamos expectantes, sobre todo por la climatología, que es un factor importante para que la gente se anime a venir. Las reservas para estos días están en buenos números, pero es verdad que hay muchos visitantes que se esperan a última hora por el tiempo».

Para esta gran afluencia de público que se espera, sobre todo el Viernes Santo, desde el Parque se revisa todo para que esté en «perfecto funcionamiento» y se trae de vuelta el servicio de ecobús «para evitar que se llene el aforo con los coches». Aunque en el horizonte ya queda cercano el verano, la medida de los autobuses eléctricos será puntual para estas jornadas y regresarán más tarde para la temporada estival.

Valdés concreta que buena parte de los preparativos que se realizan están centrados «en ampliar los horarios» de las diferentes exhibiciones y del propio Parque. «El de vuelos de aves rapaces adapta sus horarios y tiene un pase más, también se aumenta la disponibilidad de la telecabina», añade. El director espera que el puente de mayo sea también una fecha «potente» de visitas antes del verano.

Si hay que hablar de conciertos y festivales en Cantabria, Guillermo Vega, CEO de Mouro Producciones es una de las personas clave para la industria de la música durante los próximos meses de verano. Aunque esa tarea de preparación y puesta en marcha de los diferentes eventos viene de bastante tiempo atrás. «Los meses de marzo, abril y mayo son los de máximo trabajo», confiesa. «Empezamos con Música en Grande en el mes de junio en Torrelavega y acabamos el verano con La Plaza en septiembre. Son ocho festivales, 36 días de música, y más de 200.000 personas que esperamos que asistan», apunta. El CEO de Mouro Producciones advierte que durante estas fechas se lleva a cabo la fase de contratación de los artistas para el próximo año: «La globalización de las bandas y sus giras mundiales implican cerrar con bastante antelación los nombres que ocuparán los carteles de los festivales del próximo año».

Con una plantilla estable de diez personas, más cinco jefes de equipo que les acompaña gran parte del año, en verano viven un aumento «hasta las 200 o 250 personas». Una de las acciones que tienen previstas para esta próxima semana de Semana Santa es lanzar la campaña 'Queremos que vuelvas'. «Lo que vamos a intentar es que los turistas que vengan durante las vacaciones puedan ver nuestra oferta musical y regresar para el verano». Vega confía en que el trabajo de ahora permita mejorar la experiencia de los asistentes a los conciertos y festivales durante los meses de verano.

La apuesta por los museos en la región también es uno de sus principales atractivos culturales. El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS) recibió desde su reinauguración en el mes de mayo a casi 50.000 personas -49.132 para ser más exactos- que atravesaron sus puertas hasta finales de diciembre.

El estreno de la exposición al legado de Fernando Bermejo, la cuarta de carácter temporal desde su reapertura, espera atraer un buen número de visitantes hasta junio, cuando será retirada. La muestra será el enlace perfecto hasta la campaña veraniega. Asimismo, el MAS cuenta con su otra exposición temporal dedicada a Daniel Alegre y la colección permanente capitaneada por Felipe VII, de Goya, y otras obras magistrales. «Las dos exposiciones temporales que tenemos ahora mismo son muy atractivas y van a funcionar muy bien en Semana Santa», relata Salvador Carretero, director del MAS. «La de Fernando Bermejo va a ser una sorpresa porque es muy singular. Es arte contemporáneo, por supuesto, pero es un arte muy asequible, muy fácil de mirar y de disfrutar. Con la colaboración de la Fundación Caja Cantabria los visitantes van a disfrutar de uno de los últimos trabajos del artista afincado en la región».

El turismo activo de montaña y multiaventura es una de las opciones que más peso gana en Cantabria con la llegada del buen tiempo. Hugo Campo, responsable de El Portal de Picos y presidente de la Agrupación de Empresarios de Hostelería y Turismo del Valle de Camaleño, confía en que haya bastante afluencia estos días y explica que la plantilla que está ya para estos días, es «la que vamos a tener en verano, porque no queremos que nos coja con el pie cambiado». Ante la fecha de estas vacaciones, cree que caen «relativamente» tarde y eso impedirá que las rutas en raquetas o el esquí de montaña sean «inexistentes». Los turistas nacionales y extranjeros que se acerquen tendrán ya muchas de las actividades consideradas de verano: vías ferratas, descenso de barrancos, rutas a caballo en Picos de Europa, rutas de senderismo, vuelo en parapente o descenso en canoas.

«Una vez pasen estos días también esperamos que haya un periodo de transición entre la Semana Santa y el verano, que haya bajón, pero bueno, ya estamos empezando a ver bastante turista extranjero, que es una muy buena señal, y esperemos que se mantenga», puntualiza.

Con la subida de temperaturas propias del verano, son muchos los cántabros y visitantes que apuestan por el helado artesanal. En Ontaneda, son más de cien años haciendo helados y varias generaciones las que atestiguan el amor de Helados López por este alimento dulce que sirve para refresco durante la temporada estival. «Es algo estacional. Cantabria cada día es más turística y se nota mucho en la época de vacaciones como aumenta la clientela», asegura Inma Martín, responsable de la heladería. «La Semana Santa es como un mini agosto, si hace bueno, nos esperan unos días entretenidos de trabajo».

Conocidos por su sabor de queso, el cual llevan realizando más de veinte años, han empezado la temporada con una apertura de viernes a domingo, pero con la llegada de la Semana Santa incorporan el jueves y pretenden que sea así ya hasta el final de verano. «Somos un obrador pequeño, nosotros hacemos más o menos el helado que pensamos que venderemos. Trabajamos por semanas. Si vemos que va a haber gente, pues hacemos más helado y hasta dónde llegamos, porque queremos que siempre tengan la misma calidad». La responsable de Helados López confiesa que mucha gente llega desde Santander o Torrelavega hasta Ontaneda y piensa que se hace una gran cantidad de helado: «La realidad es que tenemos una persona o dos atendiendo, por lo que tampoco es muy difícil que un domingo por la tarde que haga buen tiempo se fome bastante cola en la puerta».

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