La polémica entre Echevarría y González ha surgido después de una semana en la que el Puerto de Santander ha perdido el ferry a Cork, al decidir la naviera Brittany Ferries trasladar la línea con Irlanda al puerto de Bilbao. Por eso esta sábado en el acto del 38º Aniversario del Estatuto de Cantabria, ambos fueron protagonistas. En la fila noble, junto a Miguel Ángel Revilla, estaba el delegado del Gobierno en Cantabria, Eduardo Echevarría. Justo detrás de ellos, el responsable de la Autoridad Portuaria de Santander, Jaime González. El primero pudo escuchar plácidamente el discurso del presidente del Parlamento con motivo del aniversario del Estatuto. El segundo no. Nada más comenzar el acto recibió en su móvil la nota oficial con las declaraciones con las que el representante del Estado en la comunidad autónoma rompía su silencio, tres días después, y se pronunciaba sobre la pérdida de la ruta marítima entre Santander y Cork.
Mientras desde el atril se lanzaba al aire un mensaje de consenso y hermanamiento, Echevarría (PSOE) acababa de abrir un conflicto político con González, que desde ese momento no pudo despegarse del teléfono.El dardo contra él, que se hacía extensivo al consejero de Industria, Francisco Martín (PRC), era directo y sin anestesia:«La Autoridad Portuaria de Santander es la entidad gestora responsable de la seguridad en el recinto portuario. Si su presidente se siente incapaz de gestionarla, que dé un paso a un lado».
Todo en un comunicado con un tono muy poco habitual, especialmente teniendo en cuenta que el intercambio de reproches se produce entre dos instituciones integradas en la misma Administración. Porque la Autoridad Portuaria depende del Ejecutivo central y, por tanto, también de la Delegación del Gobierno como su voz en Cantabria. Aunque esté subordinada al Estado, por su particular dualidad administrativa, al presidente del Puerto se le designa desde Cantabria y fue el PRC, desde el Gobierno regional, el que propuso el nombramiento de Jaime González. Y el PSOE, partido que además Echevarría preside en la región, ahora le enseña el camino de salida.
No menos contundente que la nota fue la respuesta a unas declaraciones «lamentables». Y a dos bandas. González subrayó que la seguridad en el recinto depende de las fuerzas y cuerpos de seguridad, «que hacen un trabajo encomiable, pero claramente insuficiente por los medios que tienen y por el tamaño de la problemática», mientras que el titular de Industria devolvía el golpe y decía que tomar medidas para reforzar los controles habría requerido menos tiempo que elaborar un comunicado que está «fuera de lugar».
En ese comunicado, la Delegación del Gobierno aseguraba que «desconoce las razones» por las que la naviera rectifica la decisión tomada hace 18 meses de abrir esta nueva ruta y pone el énfasis en que la propia compañía justificaba la drástica medida como un asunto comercial. O lo que es lo mismo, duda de que el motivo real de la marcha –o por lo menos, el principal– sea la imposibilidad de proteger las mercancías que se transportan por el gran número de polizones que tratan de colarse en el barco. ¿Por qué? Porque «aun habiendo reducido Bilbao su problema de seguridad, todavía es mayor que el de Santander». Los datos que maneja González, que lleva meses denunciando lo que, a su entender, es lo que ha tenido más peso en la decisión de Brittany Ferries, son totalmente opuestos.
De hecho, desde que conoció la noticia, la Autoridad Portuaria advierte de que son necesarios más medios humanos –pide un aumento en los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, dependientes de Echevarría– y materiales para que algo así no vuelva a ocurrir. También el consejero Martín, y por tanto el Gobierno de Cantabria, que a mediados de semana señalaba: «No podemos permitirnos que los operadores piensen que el de Santander no es un puerto seguro».
La reacción de Echevarría deja claro que esas palabras no han gustado en la Delegación de Gobierno. La prueba es que el sábado subrayaba que la efectividad de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en la captación de polizones y el desarme de mafias es del 92%. A ambos, González y Martín, les pide que «dejen de buscar culpables»y les replica que lo que deben hacer es «arrimar el hombro, aportar planes e ideas, como terminar el Plan de Seguridad del Puerto y concluir las obras empezadas». Eso y «señalar y pedir menos y trabajar más».
Echevarría dejó el sábado ejemplos suficientes del resquemor con González: «Escuchamos pedir un puerto más seguro y hablar de la buena comunicación con el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander de la Autoridad Portuaria. Pues animamos a su presidente a que esa comunicación fluida la tenga en su propia casa, que es Puertos del Estado. En esa tarea iremos de la mano».
El Puerto insiste en la causa
Mientras que para el delegado del Gobierno los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil «no son guardavallas» y asegura que la Policía Portuaria –funcionarios del Puerto– es quien tiene que garantizar que no haya saltos, Francisco Martín se lamenta de que haya que recordar al jefe de las fuerzas y cuerpos de seguridad que el control de las fronteras es su «competencia exclusiva». «No queremos confrontación, sino resolver un problema que es importante para el Puerto y también para Cantabria, porque es un motor fundamental de la economía. Yo no esperaba algo de estas características. Esperaba una convocatoria urgente para un problema urgente», apuntó el consejero.
Y tras acabar el acto en el Parlamento, González, todavía atónito por el comunicado y después de casi una hora –lo que duró la celebración del aniversario del Estatuto de Autonomía– respondiendo mensajes, no sólo se ratificó en que la causa de la pérdida de la línea Santander-Irlanda es la inseguridad, sino que aseguró que lo confirmará este lunes mismo el presidente de Brittany Ferries: «Es muy sencillo. Si fuera por razones comerciales, la compañía no habría venido hace 18 meses. Cambia porque las condiciones de seguridad han empeorado notablemente». Aunque desde sus asientos podían tocarse con apenas estirar el brazo, Echevarría y González no se dirigieron ni una palabra.
En los últimos días, no solo han sido Martín y González; también UGT, sindicato mayoritario entre los trabajadores del puerto, los partidos de la oposición y el principal beneficiario, el Puerto de Bilbao, han reconocido que existen complicaciones por el control de los accesos en Santander. Sin embargo, menos categórico ha sido hasta ahora el ala socialista del Ejecutivo cántabro, que ha evitado establecer una relación directa entre la pérdida de la ruta y los polizones.
El vicepresidente Pablo Zuloaga ya había dicho que es partidario de valorar con calma los motivos de la naviera, pero este sábado el delegado del Gobierno fue mucho más allá y abrió con sus declaraciones lo que parece un nuevo episodio de desencuentro entre los socios del bipartito autonómico.
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