El Presupuesto salva su primer escollo con la abstención de Ciudadanos y Carrancio
Cantabria ·
PP y Podemos consideran un «fraude» las cuentas para 2019 mientras PRC y PSOE se defienden cargando contra los morados por su crisis internaSecciones
Servicios
Destacamos
Cantabria ·
PP y Podemos consideran un «fraude» las cuentas para 2019 mientras PRC y PSOE se defienden cargando contra los morados por su crisis internaEl guión ya estaba escrito desde el viernes por la mañana. Los actores tuvieron todo el fin de semana para memorizar sus papeles y la representación ha salido sin sorpresas. El Gobierno de Cantabria salvó este lunes el primer escollo para sacar adelante ... el Presupuesto al tumbar las enmiendas a la totalidad de PP y Podemos con la abstención de Ciudadanos y del diputado del Grupo Mixto Juan Ramón Carrancio. Más allá de unos números y los pactos anunciados, el protagonista fue también el gran ausente: José Ramón Blanco. La incógnita era ver si finalmente aparecía por el antiguo hospital de San Rafael el diputado morado, que lleva más de un mes de baja, desde que anunció que dimitiría arrinconado por las acusaciones de acoso de tres compañeras, pero finalmente acudió a votar la ley más importante del año. Su incomparecencia le valió las críticas directas de regionalistas y populares, que le acusaron de «degradar la calidad parlamentaria» por no asistir.
El Gobierno sacará adelante sus presupuestos de 2019, que ascienden a 2.850 millones de euros, un 4,4% más que los de 2018, gracias al acuerdo que alcanzó este viernes con Ciudadanos, que permitirá aprobar las cuentas a cambio de una rebaja fiscal de 40 millones de euros, entre otras medidas, según explicó el consejero de Economía, Juan José Sota.
Para justificar su abstención, el diputado del Grupo Mixto, Juan Ramón Carrancio, asumió que no le gusta elPresupuesto pero que la bajada de los impuestos «es lo mejor» para los cántabros. «Devolver las cuentas no permitirá sacara adelante las mejoras para los funcionarios, la convocatoria de oposiciones o las ayudas para los ganaderos», defendió el parlamentario, que el año pasado fue clave para dar luz verde al documento.
En la misma línea, el portavoz de Ciudadanos, Rubén Gómez, detalló que con su apoyo en 2019 «se aliviará el bolsillo» a la clase media y trabajadora. «Hacemos justicia con la eliminación de Sucesiones y Donaciones», recaló Gómez, quien también puso en valor las bonificaciones en el IRPF que ha pactado con PRC y PSOE.
La otra cara de la moneda la mostraron el PP y Podemos. A pesar de que tenía la enmienda perdida de antemano, la presidenta de los populares, María José Sáenz de Buruaga, criticó con beligerancia las cuentas del bipartito, ya que son «una farsa», «irreales» y han convertido a Cantabria «en un infierno fiscal». La líder popular cargó también contra Ciudadanos por ser «un aliado dócil» y convertirse en el «salvavidas del Gobierno de Miguel Ángel Revilla, haciendo suyas las cuentas».
Después de un repaso somero a las partidas, Sáenz de Buruaga disparó al bipartito porque «no ha generado más que parálisis económica, inseguridad jurídica a su alrededor: ni ley del suelo, ni Plan Regional de Ordenación al Territorio, ni solución a la anulación de los Planes Generales o a las sentencias de derribo, ni rastro de las máquinas de los obreros ni de los millones que nos prometió en la comarca del Besaya». «Esto es un decorado de piedra que se cae a pedazos», sentenció.
Las críticas no se quedaron ahí. A renglón seguido, subió a la tribuna la portavoz de Podemos, Verónica Ordóñez, quien se sumó a las tesis del PP al arremeter contra unas cuentas «irreales» por «la incapacidad política del consejero de Economía, Juan José Sota, quien, a su juicio, ha consolidado en esta tierra «la precariedad, la temporalidad y la siniestralidad laboral».
La morada defendió la devolución del proyecto de las cuentas públicas porque renuncia a conseguir «un marco socieconómico digno para nuestra tierra, ahondando en la precariedad en la que está asumida e incumpliendo compromisos fundamentales que asumieron con nosotros y con el conjunto de la sociedad». Y justificó su oposición porque teniendo la posibilidad de dejar un Presupuesto «claramente progresista y avanzado» para la siguiente legislatura, su apuesta es «dejar el marco lo suficientemente poco social como para poder gobernar con la derecha, bien sea el PP o bien sea Ciudadanos si llega a resultar ser necesario».
Los portavoces socialista, Víctor Casal, y regionalista, Pedro Hernando, ejercieron a partes iguales de muro de contención ante las críticas y de arietes contra PP y Podemos al defender «un Presupuesto que se sustenta en el Estado del Bienestar y que revierte todos los recortes impulsados la pasada legislatura» por el gabinete de Ignacio Diego.
Casal lamentó el ejercicio de «funambulismo retorcido» del PP, que calificó de «falacia» y de «proyecto hueco». Hernando, que fue mucho más duro, le advirtió de que su alternativa «no existe, no ha existido en cuatro años, y lo que es peor, en la calle existe la sensación de que no va a existir en mayo de 2019». Y, metiendo el dedo en el ojo, le avisó de que otros «ocuparán su sitio por la derecha o por el centro».
Pero las principales críticas fueron a parar a Podemos. Todos los grupos parlamentarios hicieron referencia a su situación interna y la baja de Blanco, que centró parte del debate porque su ausencia en la Cámara condiciona el resultado de las votaciones hasta el punto de hacer decaer de forma automática las enmiendas a la totalidad únicamente con los 17 votos de PSOE y PRC, que están a falta precisamente de un escaño para la mayoría absoluta.
El portavoz de Ciudadanos, Rubén Gómez, aseguró que un Parlamento con un diputado menos convierte el debate de totalidad en algo «descafeinado» y un «mero trámite». Igualmente, Sáenz de Buruaga apuntó que el «discrepante» de Podemos «anula la mayoría que el pueblo de Cantabria dio a la oposición» en la Cámara, al garantizar que el presupuesto continúe su tramitación «con acuerdo (con Cs) o sin él».
Hernando reprochó a los morados que «son conscientes que ni siquiera sus tres diputados en esta Cámara apoyan la enmienda» y les dijo que cada día «defraudaban a sus votantes por sus problemas internos». «Cuando ustedes llegaron no representaban a un partido poco serio, desprestigiado, sin ideas, sin control, que cada vez representa a menos, incluso no les representa a ustedes», zanjó. Minutos antes, Casal dijo reconocer que no sabía «quién era el interlocutor válido», porque «no han tenido tiempo de sentarse con nosotros antes de la presentación de enmiendas» y les pidió que «se miren al ombligo».
Muchos de los comentarios se quedaron sin respuesta de Verónica Ordóñez, porque ya no la tocaba intervenir, aunque en su primer turno opinó que las alusiones de PSOE y PRC a los «problemas» de su partido evidencian «bajeza y poca elegancia».
El guión ya estaba escrito desde el viernes por la mañana. Los actores han tenido todo el fin de semana para memorizar sus papeles y la representación ha salido sin sorpresas. Ni siquiera los nervios han jugado a sus señorías una mala pasada. El Gobierno de Cantabria ha salvado hoy el primer escollo para sacar adelante el Presupuesto al tumbar las enmiendas a la totalidad de PP y Podemos con la abstención de Ciudadanos y del diputado del Grupo Mixto Juan Ramón Carrancio. Ni La única incógnita pendiente era ver si aparecería por el umbral de la puerta el diputado morado José Ramón Blanco, que lleva más de un mes de baja laboral por la situación interna de su partido, y finalmente tampoco ha acudido a la Cámara, lo que ha provocado las críticas de regionalistas y populares que le han acusado de «degradar la calidad parlamentaria» al no asistir.
A pesar de que tenían la enmienda perdida de antemano, la presidenta del Partido Popular, María José Sáenz de Buruaga, ha criticado con beligerancia las cuentas del bipartito, ya que son «una farsa», «irreales» y han convertido a Cantabria «en un infierno fiscal». La líder popular ha cargado también contra Ciudadanos, su socio natural en muchas votaciones a lo largo de la legislatura, por ser «un aliado dócil» y convertirse en el «salvavidas del Gobierno de Miguel Ángel Revilla, haciendo suyas las cuentas».
«Esto no es una operación de maquillaje, es una operación de camuflaje, un fraude monumental, una deslealtad política a los ciudadanos… Esto no hay quieren lo cuadre ni a martillazos», ha lamentado la líder del PP, quien ha acusado al Gobierno de hacer suprimido por la «puesta de atrás» el tipo reducido del 8% para las rentas inferiores a 30.000 euros que el año pasado se pactó con Carrancio para sacar las cuentas de 2018. Es decir, que volverán a pagar un 10%, como todos los demás, por la compra de una vivienda de segunda mano.
Después de un repaso somero a las partidas, Sáenz de Buruaga ha disparado al bipartito porque «no ha generado más que parálisis económica, inseguridad jurídica a su alrededor: ni ley del suelo, ni Plan Regional de Ordenación al Territorio, ni solución a la anulación de los Planes Generales o a las sentencias de derribo, ni rastro de las máquinas de los obreros ni de los millones que nos prometió en la comarca del Besaya». «Esto es un decorado de pierde que se cae a pedazos», ha sentenciado.
Las críticas no se quedaron ahí. A renglón seguido, ha subido a la tribuna la portavoz de Podemos, Verónica Ordóñez, quien se sumó a las tesis del PP al arremeter contra unas cuentas «irreales» por «la incapacidad política del consejero de Economía, Juan José Sota, quien, a su juicio, ha consolidado en nuestra tierra «la precariedad, la temporalidad y la siniestralidad laboral».
La morada ha defendido la devolución del proyecto de las cuentas públicas porque renunciara conseguir «un marco socieconómico digno para nuestra tierra, ahondando en la precariedad en la que está asumida e incumpliendo compromisos fundamentales que asumieron con nosotros y con el conjunto de la sociedad Cántabros para poder ser Gobierno». Y ha justificado su oposición al Presupuesto porque teniendo la posibilidad de dejar un marco presupuestario «claramente progresista y avanzado» para la siguiente legislatura, su apuesta es «dejar el marco lo suficientemente poco social como para poder gobernar con la derecha, bien sea el PP o bien sea Ciudadanos si llega a resultar ser necesario». Un dardo que ha lanzado con sorna y le ha recordado que ya lo hizo en su momento y no duda en la capacidad de Revilla para «poder hacerlo».
Los portavoces socialista, Víctor Casal, y regionalista, Pedro Hernando, han ejercido de arietes contra PP y Podemos al defender un Presupuesto que se sustenta en el Estado del Bienestar y que revierte todos los recortes impulsados la pasada legislatura por el gabinete de Ignacio Diego. Y han criticado a Buruaga que «suba a la tribuna sin sonrojarse» por el panorama apocalíptico que ha dibujado y le han achacado que hayan presentado «una enmienda corta y pega del año pasado».
Casal ha lamentado el ejercicio de «funambulismo retorcido» del PP, que ha calificado de «falacia» y como un «proyecto hueco». A Podemos le ha lanzado una pulla sobre su crisis interna al reconocer que no sabía «quién era el interlocutor válido», porque «no han tenido tiempo de sentarse con nosotros antes de la presentación de enmiendas» y les ha pedido que «se miren al ombligo y digan si ha sido seria su forma de actuar». También ha agradecido a Ciudadanos «su forma de actuar con responsabilidad».
Hernando ha sido más duro. A Buruaga le ha dicho que su alternativa «no existe, no ha existido en cuatro años, y lo que es peor, en la calle existe la sensación de que no va a existir en mayo de 2019». Y le ha advertido de que otros ocuparán su sitio por la derecha. Pero las principales críticas han ido a para a Podemos, ya que les puso en solfa su unidad. «Son conscientes que ni siquiera sus tres diputados en esta Cámara apoyan la enmienda» y les ha metido el dedo en el ojo al «acusarles de defraudar cada día a sus votantes por sus problemas internos». «Cuando ustedes llegaron no representaban a un partido poco serio, desprestigiado, sin ideas, sin control, que cada vez representa a menos, incluso no les representa a ustedes», ha zanjado.
El diputado del Grupo Mixto, Juan Ramón Carrancio, ha reconocido que no le gustan las cuentas, pero ha justificado su abstención en que se «bajarán los impuestos» y será lo mejor para los cántabros. «Devolver las cuentas no permitirá sacara adelante las mejoras para los funcionarios, la convocatoria de oposiciones o las ayudas para los ganaderos», ha defendido el parlamentario que el año pasado fue clave para dar luz verde al Presupuesto.
En la misma línea, el portavoz de Ciudadanos, Rubén Gómez, ha detallado que con su apoyo en 2019 se aliviará el bolsillo a la clase media y trabajadora. «Hacemos justicia con la eliminación de Sucesiones y Donaciones», ha recalcado Gómez, quien también ha puesto en valor las bonificaciones en el IRPF que ha pactado con PRC y PSOE. A pesar de que este presupuesto no es que Ciudadanos «haría», el naranja puso en valor que con el pacto alcanzado se mejorará la vida de los ciudadanos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.